Que el mundo es una pelota Alfredo Relaño lo sabe bien, y lo cuenta aún mejor. Este es un libro que le regala al lector mucho más de lo que anuncia la portada. 366 historias del fútbol mundial (que deberías conocer), reza el título. Una por día. Una por página. Y en ese año de fútbol está contenida la crónica pormenorizada del fenomenal invento inglés.
Como dijo Arrigo Sacchi: «El fútbol es la más importante de las cosas menos importantes de la vida». Pero en este libro también encuentran cabida la guerra, la muerte, el sufrimiento y la resurrección. Lo grotesco y lo poético, las gradas en llamas y la alegría de una nación. “Jesús Gil la emprende con el gerente del Compostela (1996)”, título de sobra explicativo, y en la página siguiente “Un antecedente de la tragedia de Hillsborough (1946)”, donde se cuenta el fallecimiento de 33 personas en una terrible montonera en los accesos a un estadio inglés.
Aquí está la gran historia de España: guerra civil, posguerra, franquismo y todo lo demás. Y la intrahistoria, la trastienda de las cosas. Y ahí, el espíritu de la época se hace carne en la crónica de sucesos. “Suñol muere fusilado en el Alto del León (1936)”, “Zamora, encarcelado por los dos bandos de la Guerra Civil (1940)”, “Excelencia; hemos vencido a la pérfida Albión (1950)”, “Franco no quería rusos en el Madrid (1960)”, “La ikurriña en manos de Iríbar y Kortabarría (1976)”. Y al otro lado del río, “Coque se ha fugado con Lola flores (1954)”, donde se cuenta el amor desesperado del futbolista con la folklórica que acaba con la carrera del jugador, que es del Atleti y la derrota la debía de llevar en los genes.
Hay aviones que se estrellan con equipos enteros dentro y poetas del pueblo que mueren en circunstancias trágicas, absurdas, o ambas a la vez. Maradona y Garrincha. El Torino y el Manchester United. Y está la Segunda Guerra Mundial, o más bien el antes y el después, adonde el libro se asoma y mira con estupor. “El día que Noruega fue Owens (1936)”, “El drama que inspiró Evasión o victoria (1942)” y «El hombre que nunca quiso matar a Stalin» (1942).
Está el puro fútbol, también. El 12-1 a Malta, el día del Centenariazo o la parada mágica de Banks a Pelé. Esas imágenes que perviven tras generaciones y alimentan a los chavales en el patio tienen, cada una, una entrada. “Zidane topa bruscamente con Materazzi (2006)” o “Juanito pisa la cabeza de Matthäus (1987)” son cromos que contienen una violencia de cómic que el buen aficionado sabrá paladear.
Relaño le da una importancia central al nacimiento del fútbol en Inglaterra y su posterior desarrollo. Estas entradas construyen una metáfora de la civilización. Del salvajismo del harpastum romano al reglamento minucioso que los ingleses entendían que debía proteger la libertad y la belleza del juego. Fue el empuje y prestigio del imperio británico lo que hizo eclosionar al fútbol en América y Europa. Y ahora es el dinero del petróleo el que paga la fiesta carísima en la que se ha convertido aquel deporte amateur. Todo esto queda registrado en las narraciones que levanta Relaño. Como él mismo afirma en la introducción: “Con pinceladas sueltas, firmes, que miradas todas juntas en la distancia provoquen el efecto pleno de la pintura impresionista. El cuadro se lee completo cuando los detalles se funden en una sola imagen”.
Desde la atalaya del fútbol, Relaño explora el mundo de los últimos 100 años. Y así se lee el libro. Como una espléndida crónica que deja saciado al lector. Por lo menos hasta que empiece la próxima temporada y el telón se levante de nuevo.
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Autor: Alfredo Relaño. Título: 366 historias del fútbol mundial (que deberías conocer). Editorial: Espasa. Venta: Todostuslibros
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