No fue un poeta particularmente prolífico, pero supo capturar el impulso novísimo de su generación y asimilar influencias culturales de otras tradiciones poéticas, construyendo una obra verdaderamente estimable. A continuación reproduzco Used words, un poema de Juan Luis Panero.
Used words, de Juan Luis Panero
Con palabras usadas,
gastadas por el tiempo y la costumbre,
cuyo último temblor ya no se siente.
Con palabras, como sueños, quemadas por la vida,
esta noche de lluvia hablo contigo,
trato de hablar al menos, ligeramente ebrio,
construyendo cada sílaba en el país de nunca jamás,
y sintiendo esa repentina lucidez
con la que, de pronto, rompemos la rutina de ser y conocemos,
sintiendo, digo, esa rara sensación, distante y desangrada,
del whisky, de la noche y el silencio,
de la entusiasta desesperación con que aceptamos la derrota,
de ese vértigo, a veces, sólo a veces, tuyo y mío,
donde morimos sonriendo con los ojos abiertos.
Sintiendo lo poco que es un beso al fondo de tu lengua,
o tus ojos mirándose en los míos,
o nuestras manos unidas en el aire,
recorriendo un museo de aceptados fracasos.
Desfilan, batallón desolado de fantasmas,
nombres y nombres con distinto eco.
Pretendemos, con abolidos rostros, fechas caducadas, ciudades imposibles,
contestar una vieja pregunta
cuya respuesta sólo la muerte ya conoce.
Años y años, voluntarios exilios de seres y países,
los hijos que no quise tener, los que tú sí tuviste,
el temblor del deseo que aún guardas en tu piel,
mi repetido navegar de cama en cama,
se reúnen y afirman su destino
frente a la ceremonia del amanecer.
Y todo lo sabemos y está escrito en tus ojos,
sin embargo hoy, este día con sol —tan raro en Bogotá—,
de finales de julio, de algún año cualquiera,
te propongo mi amor, sé que tú aceptarás,
con palabras usadas, te propongo mentirnos.
Pasada ya la noche, quietos frente al espejo,
mientras yo me afeito y tú pintas tus labios,
te propongo mi amor, decir que nos queremos.
Decir —y son tan sólo ejemplos— «hoy existe la vida por nosotros»
o «tú no te morirás nunca»
o, tal vez, «aún hay noches y noches que esperan
nuestros brazos, ese especial calor de dormir abrazados».
Olvidando, tratando de olvidar nuestro pasado,
ignorando el futuro, sin duda inalcanzable,
con palabras gastadas, decir y repetir
—es otro ejemplo— «gracias mi amor por haber existido».
Al menos por un rato —a nadie molestamos—
con palabras usadas mentirnos y mentirnos,
mentirnos contra el tiempo, despreciar su victoria.
Envío:
Te dejo este poema
confuso, absurdo, largo,
para que tú lo tengas como un pañuelo viejo
a los pies de tu cama, para que tú la tengas,
y un día te lo encuentres, confuso, absurdo, largo,
un día como éste —cuando ya no estaremos—
y recuerdes, debajo de la ducha,
que alguna vez te quise —mentiras y mentiras—
que alguna vez te quise —era un día de julio—
con palabras usadas, como un disco rayado,
que recuerdes, mi amor, esta letra de tango.
Es uno de los poemas más preciosos que he leído de la poesía española del siglo XX, éste poeta y su otro hermano Panero son una familia de grandes escritores
Gracias por divulgar tan alta poesía.
Gabriel Jiménez Eman
No sé donde le ves la belleza a este poema…
Yo también veo belleza en este poema, Jaime. De hecho la tendrá para haber sido publicado aquí. Pero es tan extensa y diversa la tierra poética, somos tan diferentes los que la habitamos, que diverger es permitido. Un saludo.