Periodista y poeta costarricense, a lo largo de su obra ha tejido una delicada unión entre los imaginarios de carácter mítico y la fuerza feminista de su toma de posición política. A continuación reproduzco Claustro elegido, un poema de Mía Gallegos.
Claustro elegido, de Mía Gallegos
No busco nada.
A nadie aguardo en este día.
Esperar es una de las raras
estratagemas de Dios
para detenernos en un punto.
Mi país:
montaña verde y lluvia.
Un caballo se pierde en la llanura
imaginada,
que ahora está vedada a mis ojos.
Busco la intensa reflexión:
la de los libros amigos,
la luz interna que preciso para vivir,
el candil de oro,
el Eclesiastés y la paciencia de Job.
A mi edad y en un país de lluvia,
el claustro es una elección.
Ahí se pierden los contornos.
La vida se diluye en un ir y venir
del trabajo al café,
del café a la taberna.
Busco la infancia que soy:
la llanura, la sombra del árbol gigantesco,
el único mar sin fondo,
el caballo desbocado en su furia,
el verdor de la montaña junto al cielo.
Me gusta quedarme a solas
sintiendo como la sangre me nutre de nuevas vestiduras.
A solas me pertenezco.
No hay dicotomía entre el espejo y yo.
Una vive y la otra sueña.
Juntas recordamos a un hombre.
Juntas hemos escrito estos versos.
Enorme poema!! No.conocía esta poetisa.
Aquó va un no enorme (pequeño) poema mío :
La Gata
Yo le abría mis bolsillos :
ella abrió mi corazón.
Ella (la Gata)
ronroneaba en mis oídos,
rasguñaba la pasión.
No era mía ni de nadie,
ni de ella, ni de Dios.
Y aunque todos la tocaran
el amor no la rozó.
Ya no recuerdo su nombre:
su silueta perduró.
Y perduraron sus ojos
rasgados hasta el dolor.
Nunca nadie pudo nada:
el dinero la inmoló.
Yo la abria mis bolsillos:
ella abrió mi corazón.
Muy bueno; tal vez, eso sí, sensaciones que todavía se me escapan, por la edad; tiene una honda belleza reflexiva, sintética (palabra que aplicada a un trabajo poético, muchos poetas ni entienden).
Poema con P Mayúscula!