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Colgarse del muérdago

«Mi madre, la difunta señora Winterson, era una mujer depresiva bastante extravagante. Pero en particular amaba la Navidad, no sé por qué, era como si tuviera una inyección el 21 de diciembre y de repente se sentía feliz en esta época. Ella preparaba los pasteles de carne picada más deliciosos, con una masa seca crujiente y perfecta, llena de la carne picada. Por lo que siempre he seguido esa receta y la he copiado, y, por supuesto, tenía que estar en el libro», escribió la autora británica Jeanette Winterson sobre Días de Navidad (Lumen), un volumen publicado hace uso años y que gana vigencia con el paso de los años.

En Días de Navidad, Winterson reúne doce de los relatos navideños que ha escrito durante años: historias para leerse en voz alta, en familia, frente al fuego de la chimenea, y que acompaña con ilustraciones y recetas sobre cómo preparar col lombarda, salmón marinado, pavo biryani, bizcocho borracho al jerez y, por supuesto, las tartaletas de picadillo de la señora Winterson, su madre, la mujer depresiva referida al comienzo de estas líneas, la misma que invitó a salir de casa a la escritora Jeanette Winterson y alrededor de la cual orbita todo este libro.

"Su perfil de hija perfecta se truncó cuando a los 16 años confesó a su madre que amaba a una mujer"

Winterson fue adoptada por una pareja evangélica de escasos recursos económicos que la educó en el estricto dogma evangélico pentecostal. Imbuida del fervor religioso de su familia, Winterson soñaba con ser misionera, y con solo seis años, ya escribía sermones para la iglesia. Su perfil de hija perfecta se truncó cuando a los 16 años confesó a su madre que amaba a una mujer. Ella le dio dos opciones: “O te vas de esta casa y no vuelves nunca más o dejas de ver a esa chica”.

Jeannette decidió abandonar el hogar, pero cuando estaba saliendo de casa su madre le preguntó: «Jeanette, ¿puedes decirme por qué?». «Cuando estoy con ella soy feliz. Feliz sin más». La señora Winterson hizo entonces la última pregunta: «¿Por qué ser feliz cuando puedes ser normal?», la frase, por cierto, dio título a la autobiografía que la autora escribiría años después. Esa mujer ha sido, en buena parte, la médula de todo cuanto la británica ha escrito, incluido este libro.

"Lleva razón Winterson: la Navidad también está formada por esta bella y bienaventurada lista de miserias"

Si hasta ahora la descripción de Días de Navidad solo remitía a una evocadora ñoñez, ahora es posible entender que en sus doce relatos, y por supuesto en sus recetas, contiene una secreta carnicería. En sus páginas se mezclan la tradición y la rebelión: el bizcocho de navidad borracho de jerez del padre, la mayonesa casera que acompaña a las patatas, el salmón y la resaca, la segunda mejor cama de una navidad en la que intruso se abre paso, el hospicio donde anidan las ranas de plata y por qué no, el Rey de la selva junto al león y el Unicornio.

Es sin duda un libro poco convencional. La venganza definitiva de Winterson sobre la familia, pero también sobre ese talante traumático de los relatos y libros navideños. Está lleno de textos para leer a la lumbre de las obcecaciones. Si se lee con atención. Es posible entender que es una gran factura por pagar en nombre de quienes no pueden. «Hagamos lo que hagamos con la Navidad, debería ser nuestra, no algo que compramos en un mostrador», escribe la británica. Lleva razón Winterson: la Navidad también está formada por esta bella y bienaventurada lista de miserias.

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