Jack Reacher es un individuo poco pretencioso. Y que su padre Lee Child ponga en boca de su personaje referencias tan claras como Chacal y En la línea de fuego, dos de las películas sobre atentados a la autoridad más paradigmáticas, no puede ser solo un ejercicio de erudición.
Naturalmente, Reacher es de todo menos un funcionario público. Su asesoría no se cobra en dinero, aunque quizá sí en carne y un moderado romanticismo. Froelich es la profesional que le pide consejo y acaba sucumbiendo a ese encanto poco erudito pero inmediato de Reacher. Sucumbir sería un poco machista: quizá aquí opera una refinada trampa del subconsciente de ella y él que a Child le interesa explorar con una agudeza más física que metafórica. Aquí viene una de las cosas más interesantes del libro, una historia en la que, por cierto y como era de esperar, al autor le dan completamente igual las ramificaciones políticas de la trama: el vicepresidente solo es un tipo que está a punto de ceder su testigo, un instrumento narrativo con cara y ojos que bien podría llamarse McGuffin.
En Sin Fallos, Jack Reacher se pone en los zapatos de su hermano muerto Joe, personaje vital en la mitología del personaje y que aquí va cobrando forma más allá del cliché. Y se pone literalmente en sus zapatos, y también en su ropa. La frugal, un poco sombría pero también sensible descripción de esa ausencia moldea a Reacher, obligado a ahondar en uno de los episodios más penosos de su biografía. Lo hace junto a una mujer, Froelich, que vive el mismo proceso hasta que deja de hacerlo, y cuya mera existencia provoca en Neagley, uno de los personajes más radicales de ese “universo Reacher”, un gesto inusitado: un roce de dedos descrito con emoción y detalle por Child, tan ducho en la descripción de acciones y armas como parco en la de sentimientos.
Por eso, cuando estos se presentan, es mejor prestarles atención. Son momentos importantes, que no spoilers, de una trama que termina con una fenomenal escena de acción rural que roza lo agónico, y cuya publicación en español (la novela, sexta cronológicamente, se escribió en 2002) coincide con el rodaje de la segunda temporada de la serie de Amazon Prime que protagoniza Adam Ritchson en el personaje titular. El actor, una de las Tortugas Ninja digitales de Michael Bay, pone aquí músculo y labia a un personaje singular, uno que va cogiendo carril en la piel de toro gracias a la publicación de una más de sus novelas. Blatt & Ríos también ha publicado El Héroe, ensayo de Child sobre el valor de este concepto tan denostado todavía que algunos tienen que vestirlo de fantasía para poder aceptarlo. Reacher no es real, pero de momento no se le ha visto volar, aunque es lo único que le falta hacer.
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