El 5 de febrero de 1597 Pablo Miki fue crucificado en Nagasaki junto al resto de los cristianos que formaron el conocido como grupo de los 26 mártires de Japón. Las ejecuciones se llevaron a cabo por orden de Toyotomi Hideyoshi, que buscaba eliminar esta religión de su país y acabar con cualquier influencia exterior en su nación.
¿Quién fue Pablo Miki?
Pablo Miki nació en una familia noble de Kioto. Su educación estuvo en manos de varios sacerdotes jesuitas. Esa influencia le llevó a entrar en la Compañía de Jesús. A partir de ese momento, Pablo consagró su vida a predicar el evangelio en Japón. La religión católica había empezado a conocerse en el país del sol naciente solo unas décadas antes, con la llegada de San Francisco Javier —que había llegado desde España junto con otros compañeros para llevar a cabo un proyecto de evangelización—. El religioso navarro había pedido permiso para instalar una congregación, pero la rapidez con la que producían las conversiones a la nueva fe provocó la ira del gobernante Toyotomi Hideyoshi. A los jesuitas se les dio un ultimátum, tenían seis meses para abandonar Japón, pero todos decidieron continuar con su misión.
¿Por qué crucificaron a los 26 mártires de Japón?
Los religiosos se escondieron, pero fueron descubiertos por los soldados de Hideyoshi. Junto a Pablo Miki había tres jesuitas, seis franciscanos y dieciséis laicos nipones que ejercían de catequistas. A los 26 les cortaron la oreja izquierda y les obligaron a hacer andando el camino —más de 1.000 kilómetros— entre Kioto y Nagasaki. Esta última era la ciudad más evangelizada de Japón, y por ese motivo fue elegida para llevar allí a cabo la crucifixión a modo de escarmiento. Los 26 mártires de Japón fueron canonizados a finales del siglo XIX por el papa Pio IX. Según los testimonios que se aportaron, antes de morir San Pablo Miki perdonó a sus verdugos: «Yo declaro que perdono al jefe de la nación que dio la orden de crucificarnos, y a todos los que han contribuido a nuestro martirio»
Otras efemérides históricas del 5 de febrero
El 5 de febrero de 1146 tuvo lugar la batalla de al-Luŷŷ o batalla de Albacete, que enfrentó a los castellanos con el rey musulmán Áhmad al-Mustansir Sayf al-Dawla.
El 5 de febrero de 1556 el monarca español Carlos I y el francés Enrique II firmaron la Tregua de Vaucelles.
El 5 de febrero de 1810 el general Sebastiani entró en Málaga al frente de las tropas napoleónicas.
El 5 de febrero de 1852 tuvo lugar la inauguración del museo Hermitage de San Petersburgo.
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