Un seudónimo con el que oculta su identidad de ingeniera que trabaja en el norte de España, Greta Alonso, permite a esta autora mostrarse «más real» y superar el «miedo» a publicar con libertad libros como La dama y la muerte, su segunda novela, que promociona en entrevistas telefónicas y sin encuentros con los lectores.
«Estuve dudando bastante», confiesa en una entrevista telefónica la escritora, quien relata las dificultades de mantener en las sombras su identidad mientras realiza la promoción de un libro en una gran editorial (Planeta), sin encuentros con los lectores o entrevistas físicas. Sin embargo, el perfil de Instagram que usa le permite interactuar con sus lectores, hasta el punto de crear «vínculos» con algunos de ellos, a los que Greta considera «ya amigos».
«No se sabe quién soy pero se puede saber muy bien cómo soy», añade esta ingeniera que trabaja en el norte de España. La razón es la «transparencia» con la que se muestra frente a sus seguidores, respaldada por su seudónimo y con el que «no miento nada», asegura.
«A veces, por el trabajo que tengo y la vida que llevo no puedo ser yo misma, y con el seudónimo de Greta sí lo soy, porque escribo lo que quiero, en redes sociales me muestro más como soy realmente y me corto menos en decir lo que pienso», subraya.
ARTE Y NOVELA NEGRA
Su segunda novela llega tres años después de El cielo de tus días, un tiempo en el que la autora ha trabajado «sin plazos», desechando incluso un texto que «no era bueno».
El resultado es otra novela negra inspirada en su pasión por el arte, su gusto por los filmes noir y el misterio, con una serie de asesinatos vinculados al personaje de Dama, que también, como la autora, oculta su verdadero nombre.
En esta novela asegura que se ha volcado en la construcción de sus personajes, en los que ha dejado «algo» de ella misma, empezando por el sentido de la justicia o los orígenes humildes del protagonista, el policía Mateo Valtierra o las ansias de libertad e independencia de Bianca.
También con ese personaje, Dama, un misterioso artista del que «no se sabe nada, solo que pinta» y del que, aunque sus motivaciones «no tienen nada que ver» con las de la autora, sí refleja su forma de «camuflarse».
Y con la primera víctima de la novela Lucas Cúe, una estrella de fútbol retirada de forma prematura en la que Greta ha expresado su «sensibilidad», la «defensa» que supone su seudónimo y las ganas de apartarse «de los focos». «No soy antisocial pero a veces me agobia la gente», abunda Alonso.
Todo ello desarrollado en Santander, una ciudad con la que la autora también tiene una «gran vinculación», desde su infancia y porque vive «en el norte de España». De la capital de Cantabria ha tomado, además, sus «contrastes» para dibujar personajes «del mundo más sofisticado» y del «más obrero».
A pesar de que La dama y la muerte es una historia concluida, Greta Alonso confiesa haberse «enganchado» al personaje de Mateo Valtierra, y no descarta volver a mostrarle en futuras novelas. «Preferiría una trama nueva, pero me he enganchado al personaje», reitera la autora, quien baraja distintas posibilidades para este policía santanderino aunque sin nada definido, ya que trabaja «sin plazos» y no se sienta a escribir «sin tener claro» lo que va a plasmar.
«La escritura me la tomo como una afición, no un trabajo y ahora mismo no escribo», asegura, aunque seguro que será una novela negra, subraya. Y volverá con su seudónimo, que no sabe si podrá mantener, pero que ve necesario para sobrevivir en un mundo literario que le da «pánico», y cree que la hubiera «sobrepasado» de haber mostrado su verdadero nombre y rostro.
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