La cosa no es de hoy, porque lleva tiempo. No hace muchos años, mientras asistía al rodaje de una película basada en una novela mía, advertí que el actor —un buen actor— que encarnaba a un conde del siglo XVII, grande de España, agradecía con una inclinación de cabeza que un criado le sirviera una copa de vino. Me atreví a intervenir para explicar al actor y al director que un noble de entonces no sólo no habría agradecido nada a nadie, sino que se habría limitado a alargar una mano a un lado, altivo e indiferente, y le habrían puesto la copa en ella.
Pensando en ello no pude evitar relacionarlo con otros casos: películas y series recientes donde los anacronismos y las distorsiones de la realidad son frecuentes. Si pasas revista puntillosa a lo más fresco en producciones de vitola histórica, acabas descubriendo una abrumadora serie de anacronismos e inexactitudes. Porque una cosa fue el cine norteamericano clásico de aventureros y espadachines, con sus disparates destinados a la propaganda y al entretenimiento, y otra el rigor con el que, más tarde, obras maestras como Los duelistas, Master & Commander, El padrino, Downton Abbey, Mad Men, Hermanos de sangre y tantísimas otras acabaron tratando lo histórico o lo referido a un pasado reciente.
Ahora no es así, o empieza a serlo mucho menos. Y no hablo sólo de doblajes ni interpretaciones puntuales, sino de la manera que algunos guionistas, directores y actores tienen de entender el pasado, aplicando usos del presente a situaciones y personajes de cuando el enfoque de la vida era otro. Hace sólo veinte años, por ejemplo, mi editora francesa y su marido aún se hablaban de vous en público; y no hace todavía un siglo nuestros abuelos se dirigían a sus padres tratándolos de usted. Sin embargo, ahora parece que retorciendo la visión desde el presente nos propongamos reescribir y modificar el pasado. Así, en la Inglaterra victoriana nos sitúan con toda naturalidad a refinados aristócratas de origen africano, en la Francia dieciochesca hacen que la corte de Versalles acepte sin pestañear a una pareja que muestra públicamente su homosexualidad, convierten a un enano en temible espadachín o te colocan, como lo más natural del mundo, en la reciente y fallida Babylon, a una mujer directora de películas en el Hollywood de los años veinte y a un trompetista negro, en la misma época, como gran estrella de cine.
Nada de eso sería importante si el público estuviera preparado para encajarlo. Entre gente con información y conocimientos, esas variantes pueden ser incluso interesantes y educativas: enfoque distinto, visión original y hasta provocadora o destructora de la tradicional, como ocurrió en la última edición de Letras en Sevilla, cuando para el debate Lo que queda de don Juan se decidió que el Tenorio fuese interpretado por Emilio Buale, que además de ser un gran actor es negro, frente a una doña Inés angelicalmente rubia. Pero ése no es el caso común. El público ignorante, desinformado o sumiso a los patrones sociales de hoy, que gracias a la demolición de la educación y la cultura empieza a ser demasiado, acaba creyendo que la realidad histórica fue aquélla, con sus anacronismos y disparates. Y como nadie se atreve a desmentirlo, por miedo a la sanción social de quienes viven y medran con algo de lo que ofenderse para demostrar su compromiso social, su progresía moral y su pureza ideológica, ese falso relato acaba imponiéndose. De aquí a poco —ya ocurre en el ámbito anglosajón, del que copiamos cuanta hipócrita basura nos colocan— nadie podrá ver o leer, pues quedarán proscritas, las novelas, las películas, los libros de Historia que cuenten el mundo como realmente fue y no como quisiéramos que hubiera sido. Con Holmes y Watson tuteándose, con la batalla de Trafalgar librada por dos almirantes lesbianas que se conocían de antes, con un capitán vikingo de color azul marino, con un indio sioux al mando del Séptimo de Caballería. Etcétera. Rizando el rizo hasta el disparate total, sin conocer el pasado, sin comprender el presente y sin explicar el futuro.
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Publicado el 10 de febrero de 2023 en XL Semanal.
«De aquí a poco (…) nadie podrá ver o leer, pues quedarán proscritas, las novelas, las películas, los libros de Historia que cuenten el mundo como realmente fue y no como quisiéramos que hubiera sido.» – Me permito disentir: en el ámbito del cine sí está ocurriendo eso de «corregir» la historia para borrar desigualdades que hoy nos resultan inaceptables. Pero no sucede eso -afortunadamente- en el ámbito de la literatura: los clásicos están a salvo, hay una copiosa literatura sobre la segunda guerra mundial que no ahorra sucesos abominables, y que funciona como testimonio de lo que fue y no debería repetirse. En los medios audiovisuales el público busca básicamente entretenimiento (a menos que se trate de documentales); la literatura, en cambio, tiene géneros dedicados al entretenimiento y la fantasía… y géneros testimoniales que reflejan la historia tal como fue.
Quizás no sea un clásico, pero todo es empezar.
https://www.msn.com/es-es/entretenimiento/cine/james-bond-las-novelas-de-ian-fleming-se-reescriben-para-evitar-una-ofensa-a-los-lectores-modernos/ar-AA17ZsQ9
Sí, claro, hay iniciativas en ese sentido (como el «intervenir» las obras de Roal Dahl, para censurar la palabra «gorda»), pero yo creo que esas iniciativas no prosperarán. La gente comprará la versión original de Dahl, y la versión corregida quedará relegada a la biblioteca de algún militante en pose «progre».
Tan grave me parece que tergiversen la historia en una película como en una novela escrita. ¿O es que el cine no es también cultura y sirve también para enseñar y no solo entretener, como usted dice? Me niego a que cambien el cuento de Caperucita roja para hacer bueno al lobo, y así mismo, las películas sobre el nazismo o el periodo de esclavitud, etc., etc.. es nuestra historia y a ella nos debemos y por ella existimos como somos hoy en día.
Acabáramos.
«… de quienes viven y medran con algo de lo que ofenderse» . Magistral la frase, don Arturo. Real, tristemente descriptiva, reflejo de una decadencia moral, social e intelectual. Sí se puede. Se puede dar completamente la vuelta al forro y vivir de ello. Y que les paguen. Y que el pianista siga tocando. Hasta que no quede ni una sola empresa en el pais. Hasta que todos los que piensan se hayan ido. Hasta que solo queden los que aplauden hasta con las orejas. Hasta que ellos, foooooorrrrrrrados, también se hayan ido… a Nueva York, claro.
La coñalición, gobernando en un erial, lleno de imbéciles. Futuro.
«Sin conocer el pasado, sin comprender el presente y sin explicar el futuro». Debería haberla escrito yo. Frase lapidaria que debería grabarse en la tumba de todos ellos cuando mueran. Si se pudiera morir de estupidez… los dioses serían benévolos.
La batalla de Trafalgar con dos almirantas lesbianas. Me hubiera reído si no fuera por lo tristemente trágico de este asunto. Quieren normalizar lo excepcional y excepcionalizar lo normal. Desde los niños. En otra época esto sería un crimen. Querer convencerlos a todos de que son trans. Excepto a sus hijos. Descerebrados. Descerebrados y chupones. Han encontrado el hueco… para medrar.
Acabáramos.
Los jóvenes y no tan jóvenes no saben ustear. Algunos pueden comenzar con el usted para alternar a continuación con el tu. El comienzo de ese guirigay se produjo en las escuelas públicas, cuando mediante un progresismo absurdo se procedió a nombrar a los maestros por su nombre de pila acompañado del tuteo, como si ello significase más confianza alumno/ maestro.
En Argentina (o al menos en Buenos Aires) la razón del tuteo extensivo es otra: hay que ser joven; o parecerlo; o al menos hacer todos los esfuerzos posibles por aferrarse a cualquier resabio de juventud. El tuteo es signo de juventud -que cuando ya nos tratan de «Ud.» … hay que correr al cirujano plástico-. El ensalzamiento de la juventud como valor supremo… se refleja en el auge de bótox, en el retoque obsesivo de las fotos y en el lenguaje – el Ud. queda relegado para momias de geriátrico…
Los americanos tienen el you para todas las edades y situaciones sociales, pero el español posee el tu y el usted y debemos usarlo.
El usted en España se utilizaba al hablar con alguien desconocido o con personas cuya dignidad lo requería.
A mi me tutesn todos los jóvenes que conozco, pero me desagrada la incultura y la desfachatez. Usted seguramente llegará a ser momia de un geriátrico si vive lo suficiente, yo soy vieja pero procuro estar bien física y mentalmente y créame mi aspecto es lo opuesto a una momia. Ah! Y no utilizo botox ni liposucción.
Atentamente.
Julia
Estoy de acuerdo con Ud. Y lamento que mi ironía no haya sido captada – tal vez no sé usarla. Estoy absolutamente en contra de esa carrera desenfrenada contra el reloj (que además, es una batalla perdida de antemano). Por eso lamento la obsesión que veo en Argentina – y sobre todo en la TV-, alrededor de juventud como valor máximo. Solamente traté de explicar la relación entre esa obsesión y el uso extendido del tuteo – quienes se obsesionan con la juventud creen que ser tuteados es una señal de que aún se cuentan entre los jóvenes… – Soy como Ud.: me preocupo por estar bien de salud y tener un aspecto prolijo y digno. Lo de «momia de geriátrico» no es una expresión mía sino de todos los que le temen a esa etapa de la vida inevitable.
Le he puesto sólo cinco estrellas porque no hay más.
De hecho, el tuteo es solo en España, en América Latina el tuteo está reservado para amigos, entre jóvenes, entre estudiantes y en la familia. De hecho en algunos países de América Latina es común oir la forma USTED usada entre Padres e hijos y viceversa.
La primera vez que estuve en España me chocó muchísimo que me trataran de tú
En España era igual hasta hace poco. La llegada del ‘tú’ en España coincide con la memocracia y la anglotontería. Poco antes de morir Franco, en muchas familias españolas se comenzó a tutear a los padres, mientras a los abuelos se les continuaba hablando de usted. Las formas no son lo más importante, pero indican si vamos hacia arriba o hacia abajo. Perderlas no ha sido un avance, sino un empobrecimiento y señal de la falta de estima y respeto hacia los mayores y cualquier forma de autoridad. El mandar a los abuelos al asilo y darles matarile con una inyección en un hospital de la Seguridad Social es el final del camino iniciado años antes, y al que ya hemos llegado. Y todos aplaudiendo.
Lamento contradecirlo en cuanto s América Latina pero en Venezuela el tuteo se extiende a todos por igual incluso en las oficinas públicas y peor aun le agregan «mi amor, gordo, mi rey o mi reina» y pare usted de contar.
El tuteo en Venezuela —junto al «miamoreo»— campea sobre todo en los locales comerciales, donde la persona que lo atiende a uno rompe todas las barreras, habidas y por haber, de distancia y respeto. La otra expresión, que ya tiene un buen rato de moda, es el «chico» o «chica» —en vez de «señor», «señora» o «señorita»—, usada por el cliente para llamar al empleado del local comercial.
En fin…
Completamente de acuerdo, me pregunto yo cómo vamos a encajar en adelante a los clásicos, empezando por Homero y terminando por Cervantes o Shakespeare, o Proust…todo valdrá para que estemos contentos y seamos felices…e idiotas. Esto se parece cada vez más al 1984 de Orwell y ya mismo se hace necesario un Ministerio de la Verdad que organice este tinglado..Y lo peor es que la izquierda de toda la vida, supuestamente comprometida con la emancipación del ser humano lo tolera o lo encabeza…la confusión es total. Y mi conclusión es que no se a quien votar
Pues fíjese usted que ya le van a meter mano a las novelas de Ian Fleming, reescribiendo las aventuras de Bond, por misógino, racista y no ser un tipo progre y a la moda actual. Yo desde que empecé a ver elfos negros, princesas lesbianas y a la sirenita mulatona y caribeña, me dije que vamos cuesta abajo y sin frenos. Menuda generación estamos preparando entre todos. ¡Hay, señor, llévame pronto!.
Nos falta ver al Cid trans y a Fernando el Católico follando con Colón…
Elfos y sirenitas… son personajes imaginarios, y no veo ningún problema en que sean representados por personas de diferentes etnias… El problema aparece cuando la historia es maquillada para no herir susceptibilidades (en tiempos en que había servidumbre, el amo no agradecía al criado que le sirviera una copa – las clases sociales estaban bien diferenciadas y el trato de las clases altas hacia las bajas no era ni cordial ni especialmente respetuoso).
Doña Paula, lo importante no son en sí las representaciones sino la inrención con la que se hacen. En una situación de naturalidad y de aceptación inconsciente, todo esto dejarìa de tener sentido. Pero no es esto. Hay una intención de sobrerrepresentación y de realzamiento de determinadas etnias y determinados colectivos que se desea sean predominantes y hegemónicos. Si se fija usted, la sirenita no la representan con etnia inuit, uzbeka o indígena australiana. Los elfos tampoco son amarillos o tienen asperger.
La intencionalidad es torticera, es sectaria, no es aséptica y hay detrás todo un sistema de ingenierìa social pagado y mantenido no se sabe por quien… o si. Nada es aséptico.
Saludos.
Supongo yo que, como todo filme es al fin y al cabo un producto, y debe ser vendido… quienes deciden qué minoría representar… eligen una minoría dispuesta a consumir tal producto. El capitalismo, como sus virtudes y defectos. NO me parece que haya que buscar teorías conspirativas. Lo que puede ser vendido, se produce – así funciona este sistema, para bien y para mal. Una sirenita inuit sería muy original pero tal vez no atraería tanto público.
Aún no vi a un Shaka Zulú rubio de ojos azules, ni una película sobre Nelson Mandela con un morenazo de ojos verdes con piel clara y lampiña, ¿O es que esto de ser progre va sólo en una dirección?. No Paula, no todo vale, Tolkien se basó en la mitología nórdica donde la cultura africana no pinta nada, la sirenita ya ve usted, de un danés, el escritor la escribió pensando en una mulata bailando reguetón. En fin, todo un despropósito, luego se llevan un descalabro en taquilla y se preguntan el porqué. Del hada madrina de la nueva versión de Pinocho, hablamos otro día.
¿Usted cree, de verdad, que intentar convencer a los niños de que son trans no tiene una intencionalidad socio-político-ideológica?
Más que «intencionalidad socio-político-ideológica»… a mí me parece que es sencillamente estupidez. Como a la gente con una sexualidad no normativa se la excluyó durante siglos… y ahora afortunadamente se les respeta… hay quienes quieren llevar la cosa aún más lejos y desarrollan teorías de género y otros dislates. Pero insisto en que no hay ninguna conspiración detrás de esto, sino mera idiotez (no sé si es mejor o peor que sea así).
No le niego que, además, sean estúpidos. Miremos hacia atrás. El fascismo y el marxismo y quienes los promovieron, también eran estúpidos. Estúpidos y malvados. Pero todo ello fue planificado hasta el último detalle. Y esa planificación fue la que procreó seguidores, innumerables. La idiotez también es planificada. Quizás lo más planificado sea la idiotez. Los ministerios como el de igualdad no se han generado solos, sin intencionalidad, por mucha instulticia que derramen y desborden, pertenecen a un plan a un objetivo que, tristemente para algunos y por desgracia para todos, es más importante que la economía.
Todo por la pasta, sin las subvenciones no existirían.
Eric Arthur Blair
La sanción ya no es sólo social,sino también penal y económica.
Un saludo.
Como siempre, una visión certera y clarividente de lo que ocurre a nuestro alrededor en este tiempo que nos ha tocado vivir.
¿Nadie ha escrito algo aún? Poco se podría añadir cuando, en este rectángulito donde incluimos nuestros comentarios aparece, antes de incluir un sólo signo, el siguiente texto: «Sé el primero en comentar».
Un poco de respeto Don Arturo que, desgraciadamente, ni nos conocemos en persona ¿y ya osa tutearme antes de escribir cualquier tontería de las mías?
Me tutean al ponerme el té en la cafetería; al pedirme información de como quiero cortarme el pelo; al indagar la forma de pago en la caja del supermercado tras la compra; en la página web de venta de entradas para el teatro; y hasta en algunas páginas telemáticas de administraciones públicas, al pedirles una cita personal o requerirles una información que debería estar previamente clara.
Algunas veces me apetece el colegueo expresivo y parece que me quitan años en la relación, como si aún fuera Alcalde de Madrid el señor Tierno Galván (qepd). Pero, otras veces (en especial cuando reiteradamente me interrumpen en la hora de la siesta para ofrecerme ofertas de suministros que no he pedido y entran al tuteo al asalto) me encuentran con el colmillo torcido y afilado y me cisco cien veces en su falta de respeto contumaz ante el cliente o el ciudadano, al que no conocen, aunque conozcan más de mi que yo mismo por las malditas cukis informáticas y la puñetera inteligencia artificial. Y echo de menos el respetuoso, o a mi me lo parece, «vos» argentino de algunos foros extranjeros donde entro algunas veces, donde parece que ingresas en una educada tertulia del siglo XIX o principios del XX, en algún local de bebidas espirituosas e infusiones. ¿Pero usted también, Don Arturo, ha caido en el compadreo casi chabacano? En serio, no me lo esperaba de ti…
A nosotros, los argentinos – o al menos los porteños – nos ocurre lo contrario: el «tú» nos transporta a los exóticos escenarios de las películas americanas que siempre recibimos dobladas en español mexicano o colombiano (con el «tú» y no el «vos»). En cuanto a los foros argentinos… el «vos» a Ud. le parecerá educado.. pero el contenido de esos foros muchas veces no lo es. Que tanto con el «tú» o con el «vos» se puede insultar y agredir a gusto (lo que ocurre es que en una lengua foránea el improperio pierde la fuerza que tiene en la lengua materna).
Totalmente de acuerdo con usted.
En este caso en concreto, el del tuteo en las traducciones del idioma inglés, siempre me ha fascinado la facilidad con la que aparentemente se detecta cuándo traducir el «you» por «usted» o por «tú»
El idioma inglés permite cierta ambiguedad. Para dejar la cosas claras, los angloparlantes usan el apelativo Mr.(apellido) – que equivale a nuestro tratamiento de «Ud.»- o el nombre de pila, que equivale al tuteo. En francés (como en español) hay más niveles de distancia social (el tuteo sin más, el tratamiento de Ud. pero con nombre de pila, o el tratamiento de Ud. seguido de Señor-Monsier y apellido).
Tiene usted muchísima razón. Y no hablemos de la ropa, que se van de siglo sin darse ni cuenta.
Nombrando usted al famoso detective,por Netflix vi una adaptación del legendario personaje en donde Watson es negro homosexual perdidamente enamorado del detective y éste- Holmes- padre de una adolescente china producto divino de uns pareja hetero inglesa . La licuadora está sin su tapa,pase y mezcle a su gusto los clásicos. ❤
Sin embargo, a veces las adaptaciones que transladan una obra del siglo diecinueve a la época actual (y a una geografía diferente)… resaltan el hecho de que ciertas problemáticas son universales y atemporales. He visto «The beautiful lie», una serie australiana que es una libérrima adaptación de Anna Karenina, y me pareció excelente: tanto en la Rusia de Tolstoi como en la Australia de hoy, una madre a quien quitan la tenencia de un hijo como castigo por haber tenido un romance extramatrimonial… puede enloquecer.
Los cambios siempre son duros. Que sean para bien, de algunos seguro. Bueno es reconocer y admitir derechos pero debería de haber más rigor y tutela ante aquellos que con el fin de afianzarse en una sociedad tan competitiva no dudan en manipular en favor de sus causas cualquier escenario que fuera favorable a otros anteriormente.
La ducha por la vida…!!!
» sin conocer el pasado, sin comprender el presente y sin explicar el futuro». Justamente de eso se trata, don Arturo, de que los lectores o televidentes no se enteren, no se pregunten y que acepten las estupideces de hoy como la norma universal, atemporal y, por lo tanto, eterna. El reich durará mil años, decía Adolfo. Afortunadamente, le salió la gata capada.
Como siempre, toda la razón del mundo. Pero lo mismo pasa con los elfos negros, o la sirenita de color (de color negro, claro). Hay empeño en reescribir todo según el buenismo imperante hoy en día. Si un autor escribió algo habrá que interpretarlo como él lo pensó, no como nosotros queramos que hubiese sido. Y si no, pues que no hagan películas de esas historias. Prepárese maestro, porque poco queda para que Alatriste pierda más aceite que un cuatro latas
Verdades como templos, don Arturo.
It drives me crazy when someone in historical fiction, whether it’s a movie or a novel, uses expressions that have only recently come into use.
Se esta cambiando el pasado para imponernos el futuro.
Sinceramente hasta el papo de los comentarios de este tío que pone a todo el mundo que no comparte su forma de ver el mundo de analfabeto para abajo.
¡Un poquito más de arena señor mayúsculo!
Abrazxs.
¡Y lo que usted disfruta al quejarse!
A Roald Dahl ya no le dejan poner gorda en sus libros.
En versión original Holmes y Watson no se tutean, Sr. Pérez-Reverte, sólo hay un pronombre de segunda persona del singular en inglés: you. Con él se trata al anciano y al niño, al príncipe y al mendigo.
ES cierto que tanto nuestro «Ud.» como nuestro «tú» se traducen al inglés como «you», pero no olvide que a menudo agregamos a las frases que dirigimos a nuestro interlocutor, un apelativo: «Señor (apellido)» o «(nombre de pila)». Con esto se indica, en inglés, si el trato es familiar (nuestro tuteo) o si hay una cierta distancia (por edad, por jerarquía social, etc.), que equivaldría a nuestro «Ud.».
No crea que todos los nobles españoles eran iguales: el arzobispo Alonso Carrillo fue estafado por un alquimista, a quien dio una importante suma para comprar retortas y materiales para convertir el hierro en oro. El alquimista se fue y no volvió. Como su tesorero le echara la bronca por ser tan fácilmente engañado, el arzobispo le preguntó:
-¿Y qué diríais si regresará el alquimista?
A lo que el tesorero respondió:
-Entonces quitaríamos a vuestra señoría del libro de los tontos y le pondríamos a él.
A lo cual, el arzobispo respondió con una carcajada que debió oirse en las antípodas.
Buenas noches, literato, señor o señor Arturo Pérez Reverte amén de : como se ha abordado aquí el tema de la corrección en el trato personal, en las distintas épocas y las repercusión que tiene para captar de forma objetiva como ha ido evolucionando a través del tiempo sin necesidad de hacer saltos que involucran directamente a la evolución de los mismos, en su conocimiento a través de la cultura que es la única manera de entender este «asuntillo» en descargo a la época en que vivimos no podemos evitar intentar entender que este siglo, ha traído mucha tecnología, muchas aplicaciones ,pero también mucha distorsión con respecto a nuestro inmediato pasado. Es bueno que se remarque que se haga entender que tenía más lógica que unas imágenes que por si solas te señalan una época, deberían señalarte el lenguaje que se usaba en el trato personal y en las costumbres de esa misma época ,tan fácil como se dice. Pero esta época tiene menos cultura ,porque miran mucho más al presente futuro, que los referentes del pasado, y por eso ocurre lo que ocurre con ese tipo de cosas a la que usted con esa vehemencia nada dulzona se refiere, seguramente cerrando un poco el puño. Yo en muchos aspectos de la vida soy tan nostálgico como lo es usted ,de las buenas formas a la hora de representar determinada época en determinados personajes ,aunque mil nostalgias vayan por otro camino. Pues nada que tiene que seguir siendo El Vigía de la corrección oral temporal ,es un cometido digno de un académico pero no de un Influencer. Y por último le voy a decir: que la gente ya reconoce como anacrónico lo que intentemos hacer por lo que intenten hacer o entender de tiempos pretérito de forma correcta ,simplemente porque los aburre. Por desgracia bienvenido al presente. Un saludo y espero no haberle aburrido en exceso. Si quiere alguna posdata hágamelo saber de algún modo. También sé ser irónico cuando me sale de los cataplines.
Hace poco Netflix presente en formato de serie la novela detectivesca Arsenio Lupin ,y todavía no del todo acostumbrada a estas modernidades me he topado con un Lupin negro, lo peor es que estos nuevos roles nos ponen en la disyuntiva con uno mismo, acaso era yo racista y no lo sabía ?
Bueno, pues no, no los soy pero no pude ver la serie, pertenezco al mundo de la verdad, y todo se ira distorsionando aún más, acá en Argentina no se desaprueba a los alumnos ni hay repitencia en el último año del secundario para no estigmatozar al ignorante alumnado…habrà que preguntarse cuanto más se los estigmatizará en el futuro cuando no puedan acceder a un trabajo por saber leer , escribir o interpretar textos, malo malo,
«(…) cuanto más se los estigmatizará en el futuro cuando no puedan acceder a un trabajo» – creo que muchos ya encontraron la solución a esto: tener hijos y cobrar asignaciones familiares, inventar «trabajos» nuevos que no requieren preparación alguna (como los «trapitos» – para quienes no conocen la realidad argentina, explico: los «trapitos» son personas que piden dinero, en los estacionamientos al aire libre, por «cuidar» el auto de quien estaciona ahí. No sé muy bien de qué los cuidan (de ellos mismos, posiblemente – una sutil forma de extorsión), y la gente, para evitar problemas, acepta pagar..
Me precio de haber tratado a mis padres de «usted» y que hasta el día de hoy mis sobrinos -No tuve la suerte de engendrar hijos- me tratan con igual respeto. En el trabajo, cualquier joven que se propasa y usa el tuteo es inmediatamente informado -Amistosamente- que tal cosa es considerada una falta de respeto y que se prefiere el «usted» mutuo.
En cuanto a las barbaridades en el cine, la literatura y la TV, la verdad es que no me sorprendería ver una película con el fantasma de Sócrates violando secretarias/os en el Pentágono, con un héroe «trans». Lo que sea que signifique eso.
Y que conste que ya hicieron un bodrio llamado «Abraham Lincoln, Cazador de Vampiros». Con hacha ensangrentada y todo.
Cuando hay confianza y conocimiento entre personas, el tu puede ser familiar, puede ser cómplice, puede indicar amistad. Entre desconocidos, el tu es agresivo, se inmiscuye en la personalidad del otro, lo asalta, echa abajo las defensas a las que todos tenemos derecho, destruye la intimidad. Siempre necesitamos distancias frente al desconocimiento. Las defensas nos son imprescindibles. Sin ellas estamos desnudos e inertes ante lo indeterminado. Los verdugos SS de los campos trataban de tu a los presos. Los torturadores tratan de tu al torturado. El usted es respeto, es distancia imprescindible, mantiene la intimidad.
¿Ustedes me entienden, verdad?
Mi madre y su mejor amiga se conocen desde que tenían 25 años, son como familia y se han apoyado la una en la otra en lo que fuese necesario, ahora tienen 92 y siguen tratándose de usted.
Totalmente de acuerdo, soy un » anticuado» me chocan todos esos anacronismo sociales, históricos y hasta sexuales y que conste que no me considero una persona retrógrada. Gracias PR, soy un ferviente seguidor de sus trabajos
Pero todo sea por la inclusión, te distraen con fuegos de artificios. Excelente nota Don Arturo
En efecto Don Arturo, entre sutilezas y despropósitos, entre ignorancia y propaganda, entre comercio y cultura, se va poblando el mundo del cine y ahora el de las series. Pero también no hay que ser tan fatalistas, de todo hay como en la viña del señor. El chiste es dar en el clavo de lo que a cada cual le interese.
Coincido con usted Arturo. Ya hace tiempo que vengo observando lo mismo. Note como se confunde en las pel´´iculas españolas, y como en las dobladas, el tratamiento de majestad y alteza.
La falta de rigor, las mas de las veces por ignorancia, y otras por tergiversación deliberada, invaden las películas y lo que es peor los reportajes documentales e informativos.
Animo en su atenciión crítica.
Un cordial saludo.