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La Historia: obediencia o rebelión

La Historia: obediencia o rebelión

Cuando leo a José Antonio Marina no pienso en las grandes enseñanzas recogidas en sus libros, sino en la ingente cantidad de ideas que no ha escrito. Inteligencia, creatividad, motivación y felicidad son, desde mi punto de vista, los cuatro pilares en los que este filósofo toledano sustenta sus libros. Los cuatro representan las claves para crear un mundo menos egoísta, más solidario y eficaz.

En este ensayo, dividido en dos partes, la edad de la obediencia y la edad de la rebeldía, nos desglosa la necesidad de entender las acciones humanas para comprender la historia, porque sin motivación no hay aprendizaje ni evolución. Como dice, “la cultura es el conjunto de soluciones que los humanos han ido creando a lo largo de la historia”, pero en la Guerra Civil española se sufrió un enfrentamiento emocional y en la II Guerra Mundial fue la propaganda la que alentó tales despropósitos, lo que induce a una absoluta falta de entendimiento mutuo o no satisfacción de los deseos primarios. El individualismo y la participación social pueden conducir a cometer atrocidades.

"La plenitud vital depende en gran parte de la necesidad que tengas de tener, poseer o anhelar algo, porque en la medida en que no seas capaz de colmar tus satisfacciones o anhelos, así vivirás inmerso en la envidia e insatisfacción"

Conocer las aspiraciones, los deseos, las motivaciones primarias, el egoísmo genético, como diría R. Dawkins, las pulsiones personales, sociales o ampliar las posibilidades de acción, es la clave para comprender los actos humanos que nos llevan a actuar como primates o motivados hacia la autorrealización.

El antropólogo Clifford Geertz dijo que “los problemas son universales, pero las soluciones son locales”, de ahí que J. A. Marina analice la pulsión sexual, el concepto de felicidad o la inteligencia humana, enseñándonos a comprender los conceptos que nos sirven de ayuda para ponerlos en práctica en nuestra vida.

De poco sirve entenderlo y no vivirlo. La plenitud vital depende en gran parte de la necesidad que tengas de tener, poseer o anhelar algo, porque en la medida en que no seas capaz de colmar tus satisfacciones o anhelos, así vivirás inmerso en la envidia e insatisfacción, que pueden ahogarte en la codicia, que tantas guerras ha provocado.

La tribu guaraní de los mbüás lleva cuatro siglos buscando el paraíso perdido y los indios tupís-guaraníes buscan la Tierra sin Mal; para el autor son el paradigma de la humanidad. Dos tribus que ejemplifican la esencia de la vida, huir del mal y ser felices. “Todos vivimos en la misma realidad, pero en diferentes mundos”.

"Un libro que no dejará indiferente al lector por su estructura, rigor y fundamento filosófico, porque cuando la razón llama a tu puerta, la discordia debería bajar los brazos"

Marina analiza la capacidad humana de aprender, de autoimponerse logros o postrarse ante las experiencias mágicas para entrar en la servidumbre. Los tres grandes deseos: bienestar, seguridad y sociabilidad, colman las expectativas del ser humano “ciudadano”, porque en la ciudad tenemos la casa, la muralla, el palacio, el templo y la escuela, que nos llevan a vivir en la obediencia o en la dominación, ésta impuesta por el deseo de poseer, la avaricia, la soberbia y el egoísmo que desembocan en el ansia de reconocimiento.

También analiza el honor que tanto daño ha hecho y sigue haciendo, sobre todo, a muchas sociedades árabes y musulmanas y que deriva en la venganza. La justicia, la humillación, la autoridad, la gratitud, la indignación, la esclavitud, la igualdad racial, el odio, se analicen como se analicen deben tener presente la máxima del jurista romano Celso, cuando dice que “el derecho es el arte de lo bueno y lo equitativo”, un derecho del que han hecho acopio “divino” muchos reyes, príncipes, zares, emperadores, presidentes o cualquier forma de gobierno o religión para someter, maltratar o vejar a las poblaciones sobre las que ejercían su poder, pues “la discrepancia es un peligro”.

Un libro que no dejará indiferente al lector por su estructura, rigor y fundamento filosófico, porque cuando la razón llama a tu puerta, la discordia debería bajar los brazos. El antisemitismo, la misoginia o el racismo, son algunas de las vergüenzas más impunes en la historia, fundamentadas en que “la libertad de conciencia hace peligrar los intereses del poder”.

Como dijo Voltaire: “La historia no se repite nunca, los seres humanos, siempre”, pero si parafraseamos a Spengler tendremos que decir: “Para hombres diferentes, hay verdades diferentes”, y es entonces cuando negamos la identidad personal, porque como postuló la Declaración francesa de Derechos del Hombre de 1789: “La ignorancia, el olvido o el desprecio de los derechos del Hombre son las causas de las desdichas públicas y de la corrupción de los gobiernos”.

“La vida solo va a tener sentido si nosotros se lo damos”, porque el hombre, incomprensiblemente, aún no entiende ni vive de forma unánime la libertad. Busquemos no llegar de nuevo a un colapso ético pero no olvidemos las sarcásticas palabras de John Stuart Mill, “un cerdo quiere una felicidad de cerdo”, pero nunca olvidemos que la felicidad se consigue con la voluntad.

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Autor: José Antonio Marina. Título: El deseo interminable. Editorial: Ariel. Venta: Todos tus libros, Amazon, Fnac y Casa del Libro.

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Ricarrob
Ricarrob
1 año hace

Excelente reseña y excelente libro. Lo recomiendo. Placer de lectura y placer intelectual. Y enseñanzas. Muchas. Alejado de lo políticamente correcto, del buenismo y de la posverdad. Todavía quedan intelectuales. Todavía quedan mentes pensantes. Todavía quedan personas. Todavía…