Grabriele Morelli nos trae de vuelta a Gerardo Diego, al trasluz de la luna de Recanati, en su estudio: Homenaje italiano a Gerardo Diego (colección El clavo ardiendo, Editorial Renacimiento). Dos poemas sirven a este hispanista especializado en la generación del 27 y en la Vanguardia española para establecer un paralelismo entre el autor de Manual de espumas y el de los Canti.
Morelli nos redescubre la pasión que sentía el poeta de la Fábula de Equis y Zeda por Italia, patria de Dante y Petrarca a la que realizó cinco viajes, siendo el primero el de novios con su mujer Germaine por «Venecia y Roma». En los pagos de Leopardi siempre tuvo una cálida recepción, al margen de su valía como poeta, por el prestigio que le acarreó su innovadora antología poética —Poesía española. Antología 1915-1931— entre los críticos y estudiosos italianos.
Gerardo Diego tuvo una gran influencia entre los antólogos de la poesía española contemporánea del pasado siglo —influencia todavía vigente entre los antólogos actuales—, desde Francisco Ribes a José María Castellet. Sus antologías Poesía española. Antología 1915-1931 y Poesía española. Antología (Contemporáneos), editadas respectivamente en 1932 y 1934, fueron reunidas en un solo volumen por el poeta cántabro, en 1959, bajo el definitivo título de Poesía Española Contemporánea (Antología). Jaime Gil de Biedma llegó a decir sobre su antología —refiriéndose especialmente a la primera— que «es importante porque es el primer caso de antología conscientemente utilizada por un grupo como medida de política literaria. Las antologías posteriores han sido copia de Gerardo Diego». Seguramente debido a varias razones, pero sobre todo a la propuesta canónica que el audaz compendiador realiza de acuerdo con sus intereses estéticos y grupales, haciendo pasar, como señala Ruiz Casanova, «por antología panorámica lo que en realidad es antología programática de grupo». Este método por el que el antólogo legitima un grupo, enmascarando sus intereses canonizadores con otros autores contemporáneos, así como la propuesta que hizo a los antologados para que realizasen «una declaración de principios poéticos», a modo de poética, fue muy seguido en España en compendios ulteriores. Célebres fueron las poéticas de su antología, entre otras, las realizadas por Antonio Machado, Juan Ramón Jiménez y Pedro Salinas.
La influencia de la antología de Gerardo Diego no solo se dejó sentir en España, sino, como evidencia Morelli, también en Italia resultó determinante, como método y modelo a seguir por los antólogos italianos; además de servir como eficaz medio divulgador de los poetas españoles entre los estudiosos y lectores italianos.
Poesía española. Antología 1915-1931 fue un exemplum que inspiró «la antología de Luciano Anceschi Lirici italiani, antología poética contemporánea (1943) y también y sobre todo, la conocida Antologia della poesía italiana contemporánea de Giacinto Spagnoletti (1946)». El prestigioso crítico del grupo florentino Carlo Bo, a través de Eugenio Montale, conoció la antología de Diego al que incluyó con cinco poemas —entre ellos «Insomnio»— en su Lirici spagnoli. Pero quizá, la antología con mayor resonancia sea la de Oreste Macri: Poesía spagnola del Novecento (1961 y 1974), que sigue, como apunta Morelli, el modelo de la histórica antología de Gerardo Diego.
La poesía tiene sus enigmas y misterios y la luna muchas ensoñaciones. Morelli trata de descubrir las vinculaciones ocultas tras los versos de ambos autores, y se acaba encontrando con otro poeta al seguir el rastro ecdótico de los tres borradores que acaban configurando la versión definitiva de «Insomnio». Y es que el escritor cántabro escribió los primeros dos borradores detrás de dos poemas de Basilio Fernández. Un poeta oculto e interesantísimo, discípulo y luego amigo de Gerardo Diego, cuya publicación póstuma de su obra fue distinguida con el Premio Nacional de Literatura en 1991, por primera vez concedido a un autor fallecido. Pues bien, gracias a la magia de Morelli, volvemos a encontrar a los tres autores y a sus renacidos poemas fundidos en un rayo de luna.
Morelli examina con profundidad, especialmente en uno de los epígrafes de su estudio, el soneto «Insomnio» del creador de las jinojepas. Un soneto que Dámaso Alonso —autor de otro célebre «Insomnio», memorable poema de Hijos de la ira— considera como «uno de los sonetos más intensamente emocionantes que se hayan escrito en lengua castellana». El hispanista italiano contrapone en su análisis a los medidos versos del cántabro, como sustrato intensificador, más que como palimpsesto, el movimiento lento y envolvente del ritmo versal que recorre el idilio de Leopardi: «La será del dì di festa». Las reflejadas simetrías y cruzadas connotaciones de algunas de sus estrofas, puestas de relieve por el estudioso hispanista, amplifican —dando nuevas orientaciones— el registro significativo y simbólico de ambos poemas.
Gerardo Diego y Giacomo Leopardi no solo están vinculados por estos poemas como dos rostros disímiles, en el anverso y en el reverso, de una misma moneda. El azar, a veces, también opera sabiamente, como demuestra el hecho de que una serie de afortunadas circunstancias hayan propiciado el hermanamiento «entre las dos instituciones representativas de los dos autores, que son Pozuelo de Alarcón en España, donde descansa el cuerpo de Diego, y Recanati, cuna de Leopardi».
Gerardo Diego tuvo una larga vida creativa que se fue desdibujando en el prolongado eclipse del franquismo, cuya oscuridad pareció hipnotizarle, a lo que también influyó, sin duda, su afán por publicar demasiado y por ganar algunos premios innecesarios. Pero Gabriele Morelli nos lo devuelve de nuevo intacto, joven y renacido, bajo la luna de Leopardi.
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Autor: Gabriele Morelli. Título: Homenaje italiano a Gerardo Diego. Editorial: Renacimiento. Venta: Todostuslibros
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