Hace unos días estuve en Usera, un barrio periférico de Madrid, retratando a Fidel por su gran proyecto Guantes Manchados.
Para saber más sobre Fidel:
Fidel Oliván Navarro nació en 1993 en Zaragoza. Es fundador y profesor de boxeo del proyecto social Guantes Manchados en Almendrales, Usera. Es sociólogo, politólogo y dinamizador comunitario. Nos habla sobre su proyecto Guantes Manchados, boxeo popular en Usera.
¿De qué están manchados estos guantes? “De sangre”, fue la respuesta de una chiquilla de dieciséis años con una sonrisa enorme en la cara, en una de las primeras asambleas durante una fresca tarde de la primavera del 2018. Muchos nos quedamos atónitos ante la salvajada que acababa de soltar: “Nos podemos llamar Guantes Manchados de Sangre”. Queríamos hacer grupo, y para ello necesitábamos un nombre, sólo que no estábamos preparados para esto. Decidimos optar por una solución menos gore: Guantes Manchados, porque estábamos, al fin y al cabo, en la Asociación Vecinal La Mancha.
Este fue el inicio de un complicado trayecto —todos los proyectos sociales voluntarios lo son— que este mes de febrero cumplió 5 años como proyecto social de boxeo para jóvenes en el barrio de Usera de Almendrales. Nacido como un excusa para poder intervenir en una zona complicada desde el activismo, para conectarnos con la juventud y, por qué no, para aprender algo nuevo, ya que ninguno había «educado» (con muchas comillas) o sido entrenador de boxeo, han pasado por él medio millar de personas, la inmensa mayoría jóvenes del barrio y alrededores.
Paseos por gimnasios amigos a por material donado, presentaciones en institutos y mucho, mucho trabajo semanal han situado a Usera en el mapa no del panorama pugilístico (nunca fue nuestra intención), pero sí en el de los proyectos sociales. Este, concretamente, se basa en la heterogeneidad: no es un grupo de autodefensa con un perfil concreto, un grupo de amigos (al final un poco), un colectivo militante, como tampoco es un proyecto social muy marcado con una población concreta. Somos vecinas, activistas, alguna población más jodida, alguna menos, alguno más mayor (¡algún abuelo!) pero porque venía el nieto también… Y mujeres, no las que quisiéramos, pero sí siempre tratándonos de mover siempre en la paridad, algo impensable (casi imposible) en algo como el boxeo.
Cinco años de espacio de referencia de ocio saludable, de escuela de participación, de espacio seguro para las mujeres, para los conflictos al exterior, notablemente el de bandas… Cinco años intentando, errando, pero sobreviviendo, y consiguiendo, que no es poco en este tipo de grupos. Y este quinto año estamos más fuertes que nunca, tanto que vamos a celebrar nuestro lustro con una velada al aire libre en nuestra plaza, la plaza Campo de Criptana, para todo el barrio.
Durante estos cinco años, hemos podido comprobar cómo, efectivamente, los guantes se han manchado de muchas cosas. Se han manchado sobre todo de barro, el barro de nuestros barrios, de nuestras calles mal asfaltadas, de nuestros parques mal cuidados, de nuestros barrios malqueridos, pero que hemos aprendido a cuidar, a querer, a luchar por ellos. Se han manchado, todas las semanas, de sudor, del esfuerzo de aprender un nuevo deporte que para más de quinientos chicos y chicas ha sido su primera experiencia deportiva, gratuita, cercana y segura. Se han manchado, esta vez sí pero en muy escasas ocasiones, de sangre, porque golpeamos y nos golpean, más por torpeza que por malicia, en esta “dulce ciencia de los moratones”. Y es que en cinco años no ha habido una sola pelea, un solo golpe feo, una sola expulsión.
Se han manchado de compromiso, con el deporte, con los cercanos, con los lejanos; se han manchado de responsabilidad, ya que el proyecto es común, del “de todos para todos”; se han manchado de humildad, de aprendizaje y de igualdad, porque hay pocas cosas tan democráticas, tan igualadoras como el boxeo. Se han manchado, además, de barrio, de solidaridad, de ganas de hacer cosas, de camaradería, de risas, algunas veces de amor y otras de lloros.
Este no es, como acostumbra a ser, un listado prefabricado de emociones, experiencias y vítores que suele aparecer en la introducción de los reportajes o libros sobre proyectos bonitos, que merecen ser contados, no. Esta es, simple y llanamente, la expresión de cómo toda expectativa que pudimos concebir hace cinco años Javi, Inés, Jorge y yo cuando empezamos el proyecto de Guantes Manchados se transformó en una gota minúscula de lo que se ha convertido el torrente, la riada de vida que ha significado Guantes Manchados para nosotras, para el barrio, para los chicos y chicas de Usera y otros lugares.
Nos recomienda este libro a los lectores de Zenda:
El decimocuarto asalto: Adolescencia golpeada, de Julio Rubio Gómez.
Tal vez la chispa que hizo que iniciáramos todo el proceso. Conocíamos proyectos, conocíamos gimnasios populares, sólo hacía falta la motivación y el análisis de la realidad. Fue Julio, ahora buen amigo, fundador de Hortaleza Boxing Crew, quien nos la otorgó yo creo que queriendo pero sin saberlo a través de su libro sobre cómo el boxeo puede ser una herramienta transformadora de la juventud. Una ayuda, un apoyo, una posibilidad. Años y años entrenando, pero nunca nos atrevimos a juntar activismo y boxeo. A ello se lo debemos, a este libro, que evidentemente recomendamos.
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