Hasta ahora, el escritor, guionista y criminólogo Ivan Mourin había escrito novelas y ensayos relacionados con el misterio, pero de pronto se ha descolgado con un libro lleno de anécdotas sobre esos animalitos tan temidos por el grueso de los mortales: las ratas. Y no sólo cuenta su historia, sino que también localiza su presencia en nuestros hogares, en los laboratorios y, claro, en la literatura.
En este making of, Ivan Mourin explica el origen de su fascinación por las Ratas (Luciérnaga)
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Había escrito en varias ocasiones historias de ficción en donde las ratas aparecían en mayor o menor medida, pero nunca pensé que acabaría por trabajar en un ensayo sobre éstas, hasta que tuve una reunión con mi editora, Toñi Ramiro, para hablar sobre el nuevo libro que iba a escribir. Tengo una libreta en donde anoto toda clase de ideas que me gustaría acabar desarrollando en algún momento, bien como novela, relato, guion o, como en este caso, texto de no ficción. Tras un rato charlando, tuve una idea fugaz, pero que estaba seguro que no dejaría indiferente. «Ratas. Me gustaría escribir sobre ratas», propuse. La reacción de Toñi era de esperar: un estremecimiento, junto a un gesto de sorpresa, fue la respuesta. Pero esto fue cambiando a medida que le planteé el modo en que lo enfocaría: no sólo trataría el lado más sombrío de este animal, donde el mito, la superstición, incluso el terror, tendría presencia, sino que la mostraría en su día a día, con sus motivaciones y costumbres, desde diversos enfoques, desde el punto de vista que más la repudiaba hasta el que le podía otorgar el aspecto más opuesto y que la convierte en un animal sociable, afectuoso, leal, incluso hasta heroico de una manera casi inimaginable.
No quisiera adelantarme demasiado y lo mejor es regresar al lugar donde se forjó la idea. Por lo general, después de dejar a mi hija pequeña (hasta el año pasado, también a la mayor) en el colegio al mediodía, me espero hasta que salga de éste en el coche o, como le llamó cariñosamente, “la oficina móvil”. No es nada espectacular, porque es un vehículo pequeño, con una mesa plegable que encajo entre el volante y el asiento del conductor, una cafetera portátil, las libretas en las que escribo el texto original y tomo notas varias, y el iPad para escuchar algún podcast o banda sonora que se adapte para la ocasión. En uno de esos momentos, apartando la vista del papel para pensar cómo seguir con lo que estaba escribiendo, llamó mi atención algo que se movía en la maleza, al lado de mi “oficina” y de las escaleras que dan acceso a la parte trasera del colegio. Esperaba que fuera un gato, nada raros por allí, más porque hay un supermercado cerca, pero en realidad era una rata. No estuvo más de tres minutos presente, pero no pude quitar los ojos de ella, ni tampoco el objetivo de mi teléfono móvil, viendo cómo jugaba, dando brincos de peldaño en peldaño, hasta que decidió escaparse entre los matorrales, espantada por una gaviota.
Después de esta escena, me acordé de varias anécdotas que me había contado mi hija mayor y que había ocurrido en el patio de la escuela, desde la rata a la que había matado una gallina a picotazos tras colarse en el gallinero escolar, hasta la que le había “insistido” a un crío, rondándolo para que le diera su bocadillo, sin ninguna agresividad, marchándose en cuanto éste se lo tiró. Y, entonces, me di cuenta de una cosa: que no sabemos nada (o casi nada) sobre ellas, excepto que nos dan miedo o asco. Así que me dediqué a buscar noticias de todo el mundo relacionadas con este animal, y algunas eran tan sorprendentes que podían formar parte de la mejor de las ficciones. Ahí surgió la necesidad de escribir este ensayo, poder mostrar que la rata es mucho más que una criatura a la que temer, fascinante, compleja, inteligente, y con su propia mitología.
A la vez que indagaba en más y más noticias, y en los escasos libros que trataban del tema, me metí de lleno en el trabajo de campo. Fue sencillo: localizar más de un nido, sentarme cerca de éste y comprobar cómo actuaban las ratas en diversas situaciones, sin interferir. Pero, sin duda, con lo que más disfruto cuando escribo ensayos es al realizar entrevistas, siempre ante la necesidad de conocer diversos puntos de vista. Aquí, pude hablar con un controlador de plagas, capaz de dejarme con la boca abierta ante algunas historias escalofriantes vividas personalmente; con una chica que había tenido ratas por mascotas, mostrando el lado más afectivo de éstas; con una doctora que había trabajado con ellas en estudios neurológicos y que reforzaba que, en un medio controlado, podían ser muy empáticas y mostrar cariño; y con un grupo escritores con los que tuve una agradable tertulia sobre el enfoque del roedor como un elemento de terror realmente efectivo.
Ratas: Secretos y misterios de las reinas subterráneas muestra a este animal no sólo como la criatura que es, con sus costumbres y los peligros reales con los que se le relaciona, el estigma que las ha encuadrado como seres demoníacos o relacionados con la brujería a lo largo de la historia, sino también los beneficios desconocidos que pueden tener de cara a nosotros, o su figura más esotérica y paranormal, además de todas las leyendas que la rodean, algunas terriblemente reales. Si lees este libro, tal vez la próxima vez que te encuentres con una rata la observes con otros ojos… o tengas aún más motivos para escapar de ésta.
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Autor: Ivan Mourin. Título: Ratas: Secretos y misterios de las reinas subterráneas. Editorial: Luciérnaga. Venta: Todos tus libros, Amazon, Fnac y Casa del Libro.
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