Una profesión con futuro

Doña Paquita, nuestra profesora de 4ºB del colegio público Infante Froilán de Móstoles nos ha ordenado hoy que escribamos una redacción sobre lo que queremos ser de mayores. Yo lo tengo claro: voy a ser batería de un grupo súper famoso.

Ya he dicho lo que quiero ser de mayor, pero ahora tengo que razonarlo, porque doña Paquita nos obliga a razonar las cosas. Dice que los niños de hoy en día no estamos acostumbrados a razonar porque cuando no sabemos una cosa, en lugar de pensarla, la buscamos en internet. Y que como no pensamos, se nos van a atrofiar las neuronas cerebrales de la mente, así que el mundo del futuro será un sitio lleno de seres humanos bastante idiotas, donde solo pensarán las inteligencias artificiales y los cíborgs. Y que será la anarquía y el desgobierno. La verdad es que no sé muy bien qué significa eso de anarquía y desgobierno. Fijo que significa algo fatal de malo, aunque no lo sé, porque iba a buscarlo en internet, pero después de lo que nos contó doña Paquita me dio cosa.

De todas maneras, a doña Paquita no hay quien la entienda, porque dice que tenemos que razonar las cosas. Pero a la que nos ponemos a razonar en voz alta en clase, se pone mala de los nervios de la cabeza, y nos dice que somos unos iconoclastas y unos malhechores, y que no sabemos las ganas que tiene de tiene jubilarse para perdernos de vista. Busqué en internet, y por lo visto la jubilación es como un premio que les dan a los ancianos de más de treinta años por haber aguantado a iconoclastas y malhechores como nosotros.

El caso es que, si no razono por qué quiero ser batería de mayor, doña Paquita me va a catear. Y por eso voy a razonarlo.

De mayor quiero ser batería porque los músicos de rock ganan muchísimo dinero, y tienen coches, barcos, o multipropiedades. Si no me crees mira los videoclips, y verás que ningún musico tiene cara de pasar hambre. Bueno, alguno sí, pero es porque habrá hecho dieta para no salir gordo en los videoclips. Créeme, los músicos de rock son las personas que más dinero tienen del mundo. Bueno, los músicos y los que escriben libros, que esos son millonarios todos.

Yo quiero ser millonaria porque estoy harta de ser chusma de clase media. Lo de la chusma de clase media no lo digo yo, lo dice Lorena Blanco, que es la cantante de mi grupo, además de ser la niña más lista de mi clase. Lorena es tan lista porque hasta el año pasado iba al colegio privado Liceo Altacumbre, y vivía en un edificio residencial de Pozuelo de Alarcón, que es donde dice ella que vive la hélice de Madrid. Vivía allí porque sus padres eran ricos. Pero resulta que el padre de Lorena se fugó con una chica que trabajaba con él, y que según Lorena era una pelandusca y además de Totana. Así que el padre de Lorena se fue a vivir a Totana con la pelandusca y se divorció de su madre. De la madre de Lorena, me refiero, no de la madre de la pelandusca. La madre de la pelandusca no sé dónde vive y tampoco sé si está divorciada o no, porque no la conozco. El caso es que el padre de Lorena se fugó con la pelandusca de Totana, y como dejó sin dinero a Lorena y a su madre, tuvieron que marcharse del edificio residencial y venirse a vivir a nuestro barrio, que dice ella que es muy triste porque solo vive chusma de clase media. Y por eso ahora viene a nuestro colegio, donde por lo visto los niños muy listos como ella están francamente desaprovechados porque no pueden explotar todo su potencial de inteligencia.

A Rodri Chofas le revienta que Lorena le diga lo de la chusma de clase media. Pero claro, a Rodri le revienta cualquier cosa que diga Lorena, porque siempre están peleándose. Yo creo que andan todo el tiempo a tortas porque se gustan. Un día se estaban dando mamporros en el patio, y Niara, que es la guitarrista de mi grupo, dijo:

—¡Los que se pelean, se desean!

Como eso sea verdad, estos dos van a ser novios antes de llegar a primero de la ESO.

Rodri Chofas es el bajista de mi grupo, y le llamamos así porque siempre lleva gafas de sol. Lo de las gafas de sol no es porque quiera hacerse el chulito (que también), sino porque tiene alergia a los rayos solares. Además, tiene alergia al polvo, al polen, al salchichón, al huevo duro y al huevo frito. Ah, y también tiene alergia al pelo de los animales, como los perros, los caballos, o los espinosaurios, que al año pasado fuimos de excursión a una granja escuela y se lo tuvieron que llevar rápidamente al hospital porque casi palma.

Alimaña, que es mi mejor amigo, dice que Rodri es un vampiro, y que por eso tiene alergia a la luz del sol. Pero no hay que fiarse mucho de lo que dice Alimaña, porque se entera regular de las cosas, aunque molaría mogollón tener un vampiro en mi grupo. Además, Alimaña está por mí, pero yo tengo super claro que no voy a ser su novia, porque es más bruto que un arado y arregla todo a guantazos.

Otra razón por la que quiero ganar mucho dinero siendo estrella del rock es porque quiero comprarme el centro comercial Madrid Xanadú y convertirlo en mi casa, porque estoy bastante harta de vivir con mi familia.

Tengo una hermana mayor, Alex, que tiene quince años. La pobre tiene una enfermedad que se llama adolescencia, que consiste en que te crece el cuerpo y te encoge el cerebro. Y también tengo un hermano pequeño, Tetete, que es una mente bastante criminal encerrada en el cuerpo de un niño de dos años. Ser la hermana mediana no tiene ninguna ventaja, porque cuando en casa ocurre alguna catástrofe terrorífica, mis padres me echan siempre a mí la culpa.

Mi padre es tatuador, y como tiene que mantener todas sus cosas de tatuar mega limpísimas, está obsesionado con la higiene y la vida sana, que se pone mogollón de pesado y no te deja vivir ni comer chuches. Mi madre trabaja en una cosa de ordenadores, y como trabaja desde casa puede pasarse el día en pijama. Poder pasarme el día en pijama y no tener que salir a la calle sería el sueño de mi vida, pero mi madre anda todo el tiempo cabreada porque dice que mis hermanos y yo siempre estamos montando ruido en casa, y que así no hay quien trabaje. También nos dice que ojalá fuéramos mudos algunos días, pero que no tiene esa suerte.

Total, que, entre unas cosas y otras, mis padres se pasan el día discutiendo, aunque casi prefiero eso a que se pongan a hacer otras cosas asquerosas, como darse abrazos o besos. En mi opinión, la Constitución española debería prohibir que la gente anciana como mis padres vaya por ahí besándose. Ya tuvieron mucho tiempo para besarse cuando eran jóvenes, así que no tienen ninguna razón para seguir haciéndolo cuando son ancianos. A no ser, claro, que lo hagan para avergonzar a sus pobres hijos.

Menos mal que está mi abuelo Ramón, que los domingos me da una propina, y le quiero mogollón. No te creas que le quiero solo por lo de la propina, pero no te voy a engañar, la propina me viene fenomenal. Mi abuelo siempre cuenta que fue hippie de joven, pero luego se le debió de pasar, porque ahora es un viejo normal como todos los viejos normales que viven en Móstoles.

Resumiendo: que mi banda aun no es famosa, y no sé por qué, porque molamos una cantidad supersónica. Igual no nos hacemos famosos porque en vez de ensayar nos pasamos el tiempo discutiendo. Fíjate, que no hemos sido capaces de ponernos de acuerdo ni en el nombre del grupo. Pero da igual, porque si no nos hacemos famosos o no encontramos un nombre, me busco otro grupo y en paz. El caso es que cuando sea mayor voy a ser batería de un grupo de rock, porque fijo que es una profesión con mucho futuro.

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Autor: J. Olloqui. Título: Yumi y su banda. Editorial: Drakul. Venta: página web de la editorial.