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Cada despedida es un nuevo comienzo

Cada despedida es un nuevo comienzo

El Premio Goncourt, Vivir deprisa (Contraseña), es un camino por el duelo de la autora tras la muerte de su pareja justo cuando habían comprado una casa e iban a mudarse. Escrita desde el reposo, la autora no se decide a contarlo hasta que firma la venta de aquella casa que su marido jamás llegó a habitar, convirtiendo esta mudanza en un nuevo comienzo liberado de todo aquello que ensombreció la anterior. Beatrice Giraud escribe una novela más que íntima, privada, en la que desarrolla ese bucle que se produce ante una pérdida, que lleva al doliente a recorrer cada instante buscando cada cosa que hubiera podido hacer que el fatal desenlace no se produjera. Giraud abandona la casa que su marido no conoció sabiendo que en el lugar que está ubicada será atravesado por un nuevo diseño urbanístico. “He vendido mi alma y quizá la suya”, nos dice describiendo cómo se va a meter una carretera en la que ha sido su casa hasta ese momento, en una cruel representación del fatídico accidente de moto que terminó con la vida de su entonces marido. Este momento se convierte en el punto de partida para relatar el difícil momento del duelo. “Firma de la escritura. Accidente. Mudanza. Funeral”, nos dice como si fuera un ataque frontal al lector para obligarlo a permanecer callado mientras su yo del pasado se deja llevar por la ira, convirtiendo la reforma de su casa en un derribo a mazazos del hogar que creyó que iba a tener con su familia, ahora diezmada.

"Dicen que la mayor tortura a la que podemos autosometernos es repasar los “y si...” de nuestra vida"

Y comienza la letanía. Dicen que la mayor tortura a la que podemos autosometernos es repasar los “y si…” de nuestra vida, los momentos que dejamos ir, las veces que no nos atrevimos o simplemente pensamos que podríamos aprovechar más tarde pero esa opción nunca llegó. Imaginad lo que son cuando se recorre la línea temporal de la persona que amamos y perdimos. Y si no hubiera vendido el piso, no hubiera dicho que tenemos garaje —vemos la autotortura—, hubiera tenido un móvil. Si Stephen King… para, piensa el lector mientras reconoce ese íntimo tormento de búsqueda desesperada del motivo único por el que se produce la desgracia para, por qué no reconocerlo, torturarse después por no haberlo sabido evitar. Porque detrás de este proceso tan íntimo se esconde la culpa. En cada repetición del proceso, con cada variable desmenuzada por insólita que pueda parecernos, la autora desnuda la culpa de quien se queda y que es inherente a todo duelo, descubriendo la parte más privada y doliente que acompaña a la pena y la nostalgia al recordar a quien no está. El lector establece entonces ese tipo de relación improvisada entre aquellos que se reconocen por haber transitado el mismo camino mientras yo pienso que si Auster realizó cuatro interpretaciones de una vida en las que mostraba los pequeños cambios y sus consecuencias, cómo no va a hacerlo esta joven mujer que se niega a ponerse la etiqueta de viuda.

"Vivir deprisa es la presentación de un lugar que todos hemos habitado alguna vez en un vano intento de explicar lo inexplicable"

Acostumbrados como estamos a los libros que ahondan en el recuerdo tras una pérdida resulta refrescante, y al mismo tiempo familiar, y por tanto perturbador, ver una vía nueva de ahondar en el tema, y la narrativa de Giraud es a ratos precisa pero siempre sobrecogedora en sus bordes, afilada con ella misma y con los que seguimos vivos y podemos leer su libro. La narradora nos dice que con el paso del tiempo los rasgos de quién amó se desdibujan y el lector asiente mientras se prepara para continuar este particular descenso a los infiernos del destino.

Vivir deprisa es la presentación de un lugar que todos hemos habitado alguna vez en un vano intento de explicar lo inexplicable, de buscar sentido a aquello que no lo tiene y nos golpea hasta dejarnos sin aire. Un libro necesario en el que muchos lectores se verán reflejados. Una reunión en una casa con jardín.

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Autora: Brigitte Giraud. Título: Vivir deprisa. Traducción: María Teresa Gallego Urrutia. Editorial: Contraseña. VentaTodostuslibros.

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