Con el estreno de La caída de la casa Usher, estratégicamente fechado este mes de octubre, finaliza la vinculación del director y guionista Mike Flanagan con la plataforma Netflix. El merecidamente apodado como uno de los reyes del terror actual ha fichado ya por Amazon y prepara el que podría ser un gran bombazo, la adaptación de la saga La Torre Oscura, de su amado Stephen King, en un ambicioso proyecto de series y largometrajes.
Todo comenzó en 2018 con el estreno de La maldición de Hill House, adaptación libérrima de la novela de Shirley Jackson en la que Flanagan introducía su capacidad de dar sustos imposibles y esconder fantasmas en el plano pero, sobre todo, un infinito talento a la hora de caracterizar dramáticamente sus personajes. Jugando con dos tiempos, el director contaba la caída de una familia desestructurada, y por el camino manifestaba nuestras emociones valiéndose de una emotiva partitura de los hermanos Newton. Tan dramática y emotiva como terrorífica, el encantamiento de la mansión de Hill House podría ser, con el permiso de Misa de medianoche, su gran aportación a la plataforma.
Poco después llegó La maldición de Bly Manor, vuelta de tuerca a Henry James (ja-ja) y su novela más conocida, objeto de mil y una adaptaciones a partir de la más mítica de todas ellas, ¡Suspense!, de Jack Clayton. Sin el protagonismo visceral y ambiguo de una Deborah Kerr, sin un reparto coral con sus variadas problemáticas, Flanagan sufría lo suyo para adaptar el contenido a una serie de diez capítulos de Netflix, pero el resultado recompensaba al espectador con no pocas lindezas. Quizá un poco demasiado pendiente de algunos aspectos coyunturales típicos del estudio, Bly Manor era una buena serie de terror, algo más formularia pero definitivamente romántica en sus intenciones y resultados, en la que Flanagan utilizaba la fórmula de su competidor en el género Ryan Murphy, autor de American Horror Story, reutlizando a muchos de sus actores fetiche, incluyendo a su esposa, Kate Siegel, en cada nueva historia.
Misa de medianoche es la gran aportación de Flanagan a la plataforma de streaming. Un relato original, bebedor del universo Salem’s Lot de Stephen King, pero de un impacto dramático devastador. Reflexión sobre la fe, la culpa, el amor, la vida y la muerte, este relato de (no, mejor no digamos qué monstruo es) es una de las visiones más oscuras de la soledad eterna a la que parece abocado el ser humano. Y una de las mejores aportaciones recientes al terror en su acepción popular.
El club de medianoche sirvió a Flanagan para (aparentemente) rebajar un poco el tono después de la caída a los abismos. Pero como decíamos, las apariencias engañan: ambientada en un hospicio de adolescentes con enfermedades terminales, el grupo investigaba una trama sobre el pasado de la institución mientras el péndulo de la muerte pendía sobre sus cabezas. Lo importante de El club de la medianoche, cancelada en su primera temporada y condenada a no tener final por la marcha de Flanagan de la plataforma, era el monumento que el creador hacía al arte de contar historias, lo que le servía para aportar distintos puntos de vista y tonos, más negros o más humorísticos, a los relatos que los chicos se contaban.
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