En su decimosexta edición, Getafe Negro, el festival de novela policiaca de Madrid, sigue apostando por una concepción ecléctica del género que da nombre a la convocatoria. Tanto es así que una de sus primeras actividades fue una lectura de Anne Carson, celebrada el pasado viernes en el salón de Actos de la Fundación y Centro de Poesía José Hierro. La iniciativa fue a coincidir con una compensación del destino de cierta deuda: la contraída con los lectores españoles de esta poeta canadiense en 2020, cuando la autora de La belleza del marido (2001) fue distinguida con el Premio Princesa de Asturias y, debido a los rigores de la pandemia, tuvo que pronunciar sus palabras de agradecimiento por videoconferencia. Pero quisieron los hados que, el mismo día que los premiados en este 2023 recibían sus galardones en Oviedo, en Getafe —la capital del sur de Madrid, según sus naturales—, Anne Carson leyese su obra para sus admiradores españoles.
Si bien no ha sido esta su primera visita a España —fue peregrina en el Camino de Santiago, al que dedicó uno de los capítulos de su ensayo Tipos de agua (1995)—, sí que ha sido esta última estancia en Madrid la de la satisfacción de la deuda de hace tres años y lo ha sido con creces. El jueves pronunció una conferencia en El Prado sobre Perro semihundido (1819), una de las más enigmáticas Pinturas negras de Goya y, ya en la tarde del viernes, los asistentes a un seminario sobre la obra de esta autora canadiense, celebrado en la Fundación José Hierro, coincidieron con los convocados por Getafe Negro en el auditorio de esta casa para asistir a tan esperada lectura. Entre unos y otros, no faltó la alcaldesa de Getafe: Sara Hernández. También se vio a algún poeta emergente, aunque afecto al gusto de la poesía de la Guerra Civil. En resumen, eran tantos los lectores de Carson allí reunidos que, según Julieta Valero, directora del centro José Hierro, el auditorio nunca se había visto tan lleno.
Recuerdo hace unos años, en otro Getafe Negro, a León Arsenal trazando un brillante símil entre las fronteras de los países en alusión al tradicional eclecticismo de esta cita madrileña. Cultivador él mismo de distintos géneros, venía a decir que las lindes que separan a unos de otros son tan sutiles que apenas se perciben, como las fronteras naturales que, lejos de la línea de demarcación, de la aduana, se antojan inexistentes. Ahora bien, vaya el lector a traspasar las fronteras de cualquier país ilegalmente, que ya se encargarán las autoridades correspondientes de recordarle la existencia de estas demarcaciones.
Sin embargo, Anne Carson —ensayista y poeta— es una de esas autoras que campan a sus anchas en un limbo en el que verdaderamente no existen fronteras que separen los géneros. La belleza del marido, como su propio subtítulo indica, es un “ensayo narrativo en 27 tangos”; Autobiografía de rojo (1998), una novela en verso sobre un monstruo relegado —Gerión— y Rec Doc (2013), su secuela. Es más, incluso en su ya proverbial hallazgo de esa edición bilingüe de Safo, que cambió para siempre su vida —“La visión de las dos páginas yuxtapuestas, una de ellas un texto impenetrable, pero de gran belleza visual, me cautivó y compré el libro”—, referida el viernes por Julieta Valero; incluso en esa anécdota, ya con trazas de proverbio, puede percibirse algo de esa mecánica —poética— de su obra. Ante este panorama, pocas cosas se antojan tan lógicas como que, en su actividad académica, Anne Carson sea profesora de literatura comparada.
Pero es su lectura en Getafe Negro la que nos ocupa y ésta empezó con Merry Christmas from Hegel, un texto de 2016, aún inédito en español, cuya traducción a nuestro idioma podía leerse en una pantalla habilitada al respecto. Escrito en primera persona, versa sobre la experiencia de alguien que está leyendo algo sobre Hegel el día de Navidad del año en que murió su hermano. No sé si debo apuntar primera estrofa o primer párrafo, pero el caso es que la narración comienza sin rodeos. Y seguro que no es baladí que el referido sea uno de los filósofos del idealismo alemán, precisamente el que nos muestra una articulación del desarrollo del idealismo. Las múltiples sugerencias que propone al lector, son uno de los principales atractivos de la obra de Anne Carson.
Puso fin a la velada la lectura de los 59 párrafos de Albertine Rutina de ejercicios (2014). Esta invitación a la obra de Proust, por parte de la escritora canadiense, sí que es sobradamente conocida por sus lectores españoles, ya que ha sido traducida por Vaso Roto, desde 2011 una de las más decididas editoriales autóctonas de Carson. Tanto es así que ellos -representados por María Fuentes, coordinadora general de la casa- también jugaron un papel determinante en la organización del recital.
Por qué alguien que obviamente no tiene ni la más remota idea de Carson escribe esto es un misterio.