5 poemas de A todo esto, de Arturo Tendero

A todo esto es, como insinúa el título, un brindis a la vida en el que el poeta celebra estar vivo y ser consciente, conversa con sus hijos y también con sus muertos, reposa con su mujer en el sofá, toma unas cañas con los compañeros de trabajo, va a un partido de fútbol, busca aparcamiento y sobre todo pasea, pasea mucho por las ciudades y por su pueblo manchego. Los poemas se van creando y engordando con esas cosas, igual que las pelotas de borra van engordando en una casa que no se barre. La fluidez y la transparencia crean la falsa sensación de que no está ocurriendo nada. Como decía Borges, esa es la engañosa sencillez del poeta maduro. A todo esto es el noveno poemario de Arturo Tendero (1961), un escritor que se atreve con todos los géneros sin quitarse nunca la capa de poeta.

En Zenda ofrecemos cinco poemas de A todo esto (Pre-textos), de Arturo Tendero.

***

DESCUELGA

DESCUELGA, que mi voz
está llegando:
salva puentes, cruza ríos,
adelanta a las águilas,
tan alta y tan veloz que con su estela
riza en los charcos lluvia,
estremece el rocío
de un amanecer que compartimos
(te acordarás, en nada
que me oigas).
Del hontanar sonoro de tu risa,
por más que te parezca
inalcanzable ahora,
traigo señales,
cosquillas conocidas,
arroyos chispeantes
que quieren murmurar
por todos los desvelos de tu cuerpo.
Al vuelo de mi voz
descorre los cerrojos.
Traigo, más que palabras,
anhelos de escucharte.
No dejes que una tecla nos separe.

***

MONTAÑERO

TREPO por una grieta, entre calizas
que van desmigajándose a mi paso.
Es como si mi vida y mi proyecto
empezaran a ser insostenibles
para la tierra. El sol declina,
y verlo es aceptar la lenta decadencia
de mi sombra, sentir que el horizonte
es más un marco hermoso
que una voz que me llama a la aventura.
Aun así, con empeño, me debato
aferrando la piedra
que se triza en mis manos
y cede bajo el peso de mis pies.
Apoyo mis raíces y me asomo
lo mismo que estas hierbas montaraces,
me bruñe el sol con miel de su cansancio.
Sudar es mi certeza.
Me apuesto todo entero en el afán
de auparme a una repisa, de emprender
un sendero seguro, una rutina
que me calme y conforme.

Ay, me engaño:

creyendo que regreso.
Sólo busco el momento de rendirme.

***

PLEAMAR

ME refiero a una música ascendente
que empieza con un solo de susurros.
Antes tal vez, con una solitaria
mano que se desliza silenciosa
y levanta una onda en otra piel.
Enseguida responde la mirada.
La mañana está ahí, no importa dónde.
Pero una vez que empieza la cadencia,
está llevándonos, se van las manos
solas, las bocas acompañan, buscan,
las sábanas no pueden contener
esta pleamar que viene a desbordarse
en olas que destellan al tocarlas:
el agua silenciosa de la que estamos hechos
entre murmullos bulle, sincroniza,
y todo es comprensión y nada piensa
porque esto fue anterior al pensamiento,
cuando éramos la luna en un estanque.

***

ÚLTIMAS PALABRAS

LA noche ataca
con sus bombillas mustias
y su falta absoluta de futuro.
Toca batirse en retirada
hacia el embozo. Allí apagar la luz,
cubrirse
y que la sombra
arrase cuanto fuimos
a lo largo del día.

Mejor no estar presente.

***

RÉQUIEM

DEJO la bolsa negra en el contenedor
y en lugar de olvidarme como siempre,
con la mente persigo
a ese camión que arrastra mis despojos
hacia un reino de afueras

en donde alumbran menos
los charcos y las latas,
crujen los puentes viejos de hormigón,
es más árido aún, más hosco el viento,
a duras penas llegan
las wifis y las ondas
sin nadie que las capte
y las convierta en frases ingeniosas.

Sólo las plagas, ratas,
bacterias, virus, moscas
en torno a mis residuos,
mi dádiva del día.

Y unas cuantas gaviotas
que, tras darse un banquete en la basura,
me sobrevuelan todas
las tardes en el campo,
hermosas sobre el cielo del crepúsculo.
Ellas son el futuro
que estoy alimentando.

—————————————

Autor: Arturo Tendero. Título: A todo esto. Editorial: Pre-textos. Venta: Todos tus libros, Amazon, Fnac y Casa del Libro.