«Escribir me dio un espacio amable en medio de lo hostil», asegura la ecuatoriana María Fernanda Heredia, ganadora del Premio Cervantes Chico Iberoamericano, quien confiesa que su objetivo nunca fue convertirse en escritora.
Heredia cuenta que su timidez y soledad fueron el motor que la impulsaron a comenzar a utilizar un diario íntimo que finalmente “se convirtió en el espacio donde generaba sus propios diálogos”.
“Cuando escribo de alguna manera vuelvo a ser esa niña tímida, solitaria, que se hace un montón de preguntas que le cuesta muchísimo responder, vuelvo a ser esa María Fernanda de los seis, siete años” recuerda.
“LA LITERATURA INFANTIL NO TIENE EDAD”
Heredia (Quito, 1970), autora de célebres títulos que forman parte de la biblioteca de todo niño como Amigo se escribe con H, reconoce que este premio recientemente otorgado por el Ayuntamiento de la localidad madrileña de Alcalá de Henares fue el que le hizo notar que ya lleva muchos años escribiendo.
“Tengo una gran emoción pero luego aterrizo y digo: es un premio a la trayectoria. Caigo en cuenta que ya llevo muchos años haciendo esto y espero que vengan por delante muchos años” sentencia la escritora, quien además califica este premio como el “más importante” en sus 30 años de carrera.
“En una presentación de un libro llega una mamá con una niña y la mamá me dice: yo te leía cuando era niña y ahora traigo a mi hija. Me encanta ser consciente de lo afortunada que he sido de poder recorrer estos 30 años”, reflexiona.
Tras recordar textos como el clásico Hansel y Gretel de los Hermanos Grimm, la autora sostiene que “la literatura infantil es la única que no tiene edad” ya que posee una “capacidad simbólica poderosísima” que permite que una historia sea igual de cercana a los cinco años que a los 50.
LA NECESIDAD DE “IDENTIFICAR MONSTRUOS”
En sus escritos, Heredia trabaja temáticas conflictivas como el divorcio, la migración forzada, el bullying y la violencia sexual a través de historias amenas, muchas veces utilizando el humor para que el acercamiento a los niños suceda de forma natural.
Es por esto que fue declarada “amiga de UNICEF” tras el relanzamiento de su libro Voces de caminantes, que reúne relatos inspirados en testimonios de niños y adolescentes venezolanos que tuvieron que migrar forzosamente.
Para la ecuatoriana, “hablar de estos temas es urgente y necesario” ya que “los monstruos están muy cerca, muchas veces dentro del propio hogar, en la escuela. Y quizá entre todos debemos ayudarnos a identificarlos”.
En este sentido considera que “la literatura genera un vínculo”, una “palmadita en la espalda que le dice: oye, no estás sola, no eres la única, hay salida”.
Sus libros se traducen al inglés y se distribuyen en distintos lugares del mundo. La autora es consciente que su audiencia cambia y que las infancias se viven de forma distinta según el lugar en el que uno nace.
Sin embargo, sostiene que en algunos países de Latinoamérica, por ejemplo, en su natal Ecuador, “la infancia se vive todavía bajo la estricta protección y vigilancia de unos padres o abuelitos muy preocupados por la seguridad de sus niños”.
Actualmente, Heredia ha lanzado su propio sello editorial que publicará exclusivamente en formato papel llamado “Delfina” en honor a su abuelo.
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