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‘El mundo entonces’: un viaje al presente de Martín Caparrós

‘El mundo entonces’: un viaje al presente de Martín Caparrós

Lejos de fórmulas ya ensayadas y adentrándose en territorios inexplorados, Martín Caparrós cincela en sus libros una búsqueda de nuevas formas que hagan de cada obra algo único. Si en crónicas como El interior, aquel viaje de 30.000 kilómetros en auto para conocer las provincias de la Argentina, utilizó la poesía para dibujar a los personajes, ahora el autor argentino se adentra en una aventura escrita con un punto de vista del futuro.

El mundo entonces: Una historia del presente (Random House) nació en las páginas de El País, pero no es una recopilación de textos. Los ha ampliado, los ha modificado, ha incluido nuevas voces —24— que aportan un contexto a lo que se quiere contar, que no es otra cosa que el epílogo de una nueva era cuando todavía no se termina de arrancar la siguiente. ¿Hay certeza de que empiece?

"Los datos que aporta Caparrós reflejan que en esta parte del hemisferio, al menos la mayoría de nosotros, somos unos afortunados"

María del Mar Peregrín dialogó con el Maestro de periodistas en el Museo Picasso Málaga. Fue una conversación elegante, llena de detalles cómplices, organizada por el Centro Andaluz de las Letras. La psicóloga almeriense afincada en la segunda ciudad andaluza (María del Mar es una enorme lectora) calificó la obra como un libro que abre “mil tertulias”; porque es infinito, por las variantes que plantea, y que se inició hablando de la crónica, del Nuevo Periodismo, de cómo utilizar “todos los recursos posibles de la literatura para mejorar la realidad”.

Aprende a escribir con… Martín Caparrós

Un mundo rico y un mundo pobre. Creemos que no somos suficientemente ricos, que los ricos son los millonarios. Pero los datos que aporta Caparrós reflejan que en esta parte del hemisferio, al menos la mayoría de nosotros, somos unos afortunados. En este planeta una de cada cuatro personas carece de grifo. Dos de cada cuatro no tienen cloacas donde hacer sus necesidades.

"El libro diagnostica los sistemas políticos justo en un momento en el que muchos jóvenes lamentan que la libertad les ha dado poco trabajo y menos esperanzas"

Claro que en la Tierra la situación va a mejor, si se compara con cualquier otra época de la humanidad, pero aún hay 2.000 millones de personas que no saben si comerán mañana. Al mismo tiempo, 1.500 millones comen como nunca se había hecho antes, en cualquier época. “La mayor parte de lo que hacemos en el mundo rico lo podemos hacer porque somos pocos los que lo hacemos”.

No, no hay carne suficiente si más millones de personas deciden comer las grandes cantidades que se consumen en Estados Unidos o Europa. La situación, precisa Caparrós, ya es “muy inestable”. Y otra pregunta asalta, nos asalta, concierne, nos concierne: ¿somos ciudadanos o consumidores?

El libro diagnostica los sistemas políticos justo en un momento en el que muchos jóvenes —por ejemplo los de Argentina menores de 45 años que han vivido siempre en Democracia y no conocen la Dictadura militar— lamentan que la libertad les ha dado poco trabajo y menos esperanzas. Se preguntan si no habrá otra opción. El periodista, siempre lúcido, contundente en sus afirmaciones —contextualizadas y argumentadas—, critica la politiquería que ha sustituido a la política: las negociaciones en los pasillos, las comidas, las reuniones, los arreglitos. “La política es encontrar metas por las que valga la pena luchar”, sentencia ante un auditorio que escucha, toma notas —mentales o a mano, o en el móvil— y espera el momento para hacer preguntas.

"No hay ningún sistema social, económico o político que dure para siempre. Hay progreso y esperanza de vida"

Ay, el Periodismo. Farándula, crímenes y algo de futbolista. “El círculo vicioso”, le recuerda Peregrín. “¿Qué eso del círculo vicioso que escribí?”, pregunta Caparrós, curiosísimo. Ah, las tonterías, las noticias más leídas en los principales medios de América Latina. Pan y circo en versión de febrero de 2020. Lo dejó escrito en The New York Times: contra el público. Un respetable, por utilizar la palabra española, que no es respetable a su juicio. Y escribir para un público que no existe todavía.

Las relaciones humanas. De cómo la iniciación en el sexo arranca por efecto repetición, no como una tierra incógnita, como era hace pocas décadas. Ahí está la descontrolada información —dícese pornografía audiovisual— al alcance de una conexión de Internet. Y guerras que son locales y reticentes. Un periodo que se confirma como el de menos cantidad de víctimas de los últimos siglos, aunque creamos que es un mundo horrible y cunda la desesperanza.

“Martín cree en el cambio”.

"Existe la amenaza demográfica, la de las Dictaduras, el reto de Gobiernos que sean democráticos y eficaces... y el estímulo del pujante trabajo colectivo de los periodistas"

Lo proclama María del Mar Peregrín. Es cierto. Porque no hay ningún sistema social, económico o político que dure para siempre. Hay progreso y esperanza de vida. Hace 150 años nadie contemplaba que una mujer pudiera votar. Hace 100 años se podría ser esclavo de una persona. Había reyes absolutistas. ¿Y el futuro? ¿Es una promesa o una amenaza? Existe la amenaza demográfica, la de las Dictaduras, el reto de Gobiernos que sean democráticos y eficaces… y el estímulo del pujante trabajo colectivo de los periodistas; saber que la profesión, que es un oficio vocacional, también puede estar bien pagada, y si es en equipo surgen grandes historias: los premios de la Fundación Gabo son un vivo ejemplo.

No fue el remate de su diálogo, tan estimulante en este final de la Edad del Fuego que vivimos/sufrimos, pero bien podría haberlo sido. Lo dijo Peregrín con una sonrisa: “La vida no es justa, pero es maravillosa”.

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