Las 10 mejores películas de Gus Van Sant

Nacido en 1952 en Louisville, Kentucky, Gus Van Sant vivió durante su infancia en permanente movimiento debido al trabajo de su padre. En su etapa formativa, de vocación multidisciplinar —la pintura fue siempre una inquietud para él—, la influencia de artistas de vanguardia de comienzos de los 70 como Andy Warhol o Jonas Mekas le hizo inclinarse definitivamente por el cine. En una primera etapa realizó trabajos como ayudante de dirección y también diversos videoclips —mantuvo una estrecha relación con su compañero de estudios David Byrne, líder de Talking Heads, y también con David Bowie, entre otros artistas—, y su largometraje debut, Mala noche, llegaría ya mediados los años 80. En sus primeras películas es constante la presencia de personajes marginales y ajenos al status quo, tanto en relación a la clase social como a la sexualidad: Drugstore Cowboy y, sobre todo, My Own Private Idaho, son los dos grandes emblemas de esa etapa de su filmografía. Tendiendo en mayor medida hacia el mainstream, recibió su primera nominación al Oscar a mejor director gracias a su trabajo en El indomable Will Hunting —la segunda llegaría gracias a otra de sus películas de corte más académico, Mi nombre es Harvey Milk—. Ya en el siglo XX, su interés por la cultura suburbana estadounidense —con sus violencias sistemáticas, inscritas en un imaginario cultural que permea con fuerza desde la juventud— fructificó en grandes trabajos como Elephant o Paranoid Park. La primera, de hecho, se hizo con la Palma de Oro en el Festival de Cannes. Este sábado, en Zenda, seleccionamos diez de los mejores trabajos de Gus Van Sant, uno de los cineastas más heterodoxos del Hollywood de las últimas décadas.