Han pasado diez años desde la muerte de José Luis Sampedro y su figura empieza a desvanecerse entre las nuevas generaciones de lectores. De ahí que sea tan importante la biografía literaria que ahora publica José Manuel Lucía Megía. Entre otras fuentes, el libro incluye información sobre los manuscritos, diarios, notas, esquemas y borradores extraídos del archivo personal de Sampadro.
En este making of, José Manuel Lucía Megías explica el proceso creativo de José Luis Sampedro. Un hombre fronterizo (Plaza & Janés).
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José Luis Sampedro siempre decía que él no elegía el tema de sus novelas, que, en realidad, eran ellas las que le elegían a él. Su método era muy sencillo: iba abriendo carpetas a los temas y argumentos que le interesaban en cada momento, y, un día, se daba cuenta que todos los apuntes, reflexiones, anotaciones iban a parar a la misma carpeta. Y a partir de este momento, esta carpeta, que no era más que el germen de una “novela”, es la que le había elegido para centrar todos sus esfuerzos literarios.
El punto de partida fueron las exposiciones que Olga Lucas, Amaya Delgado y yo mismo hemos ido realizando en estos años para dar a conocer al gran público algunas de las claves del complejo y dilatado escritorio de José Luis Sampedro, comenzando con la que hicimos en el 2012 en la Biblioteca Histórica Marqués de Valdecilla: José Luis Sampedro. La escritura que nos lleva, la exposición permanente en Alhama de Aragón desde 2014 (José Luis Sampedro. Viaje a la libertad) o las itinerantes que preparamos para conmemorar el centenario de su nacimiento en 2017 (En el desván de José Luis Sampedro y Geografías literarias de José Luis Sampedro). Pero, como le gusta repetir a Olga Lucas, la compañera y viuda del escritor, “José Luis Sampedro es mucho José Luis Sampedro”. Y el libro fue ampliándose, moviéndose en territorios impensados en un primer momento. Las carpetas —en este caso en el ordenador— se fueron multiplicando.
Dos aspectos, en todo caso, han permanecido inalterables en el proyecto desde sus inicios, allá por el mes de julio de 2022, cuando comencé los primeros contactos con la Agencia Balcells: la naturaleza del libro, que no es más que una biografía literaria de José Luis Sampedro donde sus escritorios fueran los protagonistas, y así poder comprender al autor en el contexto de su tiempo —tanto literario como político y social—; y en segundo lugar, la “frontera” como el aspecto esencial estructurador de toda la obra, siguiendo el guión trazado por el propio autor en su discurso de entrada en la Real Academia Española en 1991. ¿Y el cómo? Lo tuve claro desde un principio: solo podía ser desde el diálogo entre dos personas que, aunque separados por edad y por obra, compartíamos dos grandes pasiones: la enseñanza y la literatura. Un diálogo que ha sido posible gracias a que contamos con unos materiales excepcionales a la hora de adentrarnos en la espesura de su forma de escribir: por un lado, un libro delicioso y clarificador: Escribir es vivir, terminado en su forma final por Olga Lucas, y publicado en el año 2005 por Areté. Una mina de contentos y un tesoro de pasatiempos para conocer de primera mano algunas de las claves de su escritura, de sus recuerdos y de cómo la soledad literaria de los primeros años se fue convirtiendo en una conversación con muchas voces, entre las que destaca Olga Lucas, sin lugar a duda. Pero, por otro lado, y gracias al esfuerzo de la Asociación de Amigos de José Luis Sampedro, he podido consultar la base de datos digitalizado de su archivo personal, que ahora se encuentra depositado en la Biblioteca Nacional de España, a la espera de su catalogación final para poder ser accesible a los usuarios. Estas fuentes, más otros libros en los que dejó escritos sus opiniones, como el escrito por Gloria Palacios: José Luis Sampedro. La escritura necesaria (Madrid, Siruela, 1996), junto a otros archivos, han posibilitado ofrecer en este libro más de 200 textos inéditos y casi un centenar de documentación no conocida hasta el momento. Un nuevo José Luis Sampedro, sin duda.
Pero lo que más me fascinó a la hora de su escritura fue ir descubriendo a un José Luis Sampedro que había quedado, parcialmente, sepultado después del éxito de Octubre, Octubre (1980) y, sobre todo, de La sonrisa etrusca (1985), cuando José Luis Sampedro estaba rozando los 70 años de edad. Poder adentrarme en los cimientos de su construcción como escritor en su infancia, juventud y primeros años en Santander, con una guerra civil por medio, que trastoca —como a todo un país— sus planes de futuro y que le obliga a reconstruirse personalmente, ha sido apasionante. Como apasionante ha sido también dedicar páginas y páginas a su primer escritorio, justo ese que comienza en 1940 y que se queda a las puertas de 1980, de su novela-mundo Octubre, Octubre. Tanto era lo que había que contar, tantos los descubrimientos diarios (la posibilidad de haber ganado la primera convocatoria del Premio Planeta en 1952 con Congreso en Estocolmo, o los comentarios de lectura de su novela La sombra de los días, que destacaba por su originalidad en el ambiente literario del momento, y que quedó inédita hasta 1991…), que el libro comenzó a adquirir dimensiones que lo alejaban de su primera idea y finalidad: ¿cómo cargar con un cuaderno de bitácora que estaba llamado a tener más de mil páginas a este ritmo de escritura?
El buen criterio y el buen hacer de los editores David Trías y de Virginia Fernández de Plaza & Janés permitieron poner coto a tantos desmanes sampedrianos, y en una reunión en abril de 2023 se decidió que el libro no podía centrarse solo en el primer escritorio de José Luis Sampedro (el menos conocido y, por eso, uno de los grandes aportes de mi libro), sino que tenía que ser completada con el segundo escritorio y con un tercer escritorio, a partir de El amante lesbiano, con la que inaugura José Luis Sampedro el siglo XXI.
Y aquí está la obra final, las más de 600 páginas en que he dialogado con José Luis Sampedro, con su tiempo y con su obra, para ofrecer al lector curioso una guía tanto de sus obras como de su proceso de creación, y no solo de las obras publicadas sino también de un buen puñado de las que han quedado inéditas, además de sus opiniones sobre economía, sobre la política de su tiempo, sobre su visión sobre el mundo y su compromiso con causas sociales y económicas, que siguen haciendo de José Luis Sampedro un referente de su tiempo y de nuestro tiempo, un hombre fronterizo que nos sigue iluminando sobre los peligros del “centro”, de esas “leyes naturales” que nos impone el capitalismo liberal para preservar los privilegios de unos pocos. Solo en el movimiento, solo en intentar llegar más adentro en la espesura y traspasar nuestras propias fronteras podemos comprender el hacer y hacerse de José Luis Sampedro, dentro y fuera de sus obras literarias. Y gracias a su ejemplo, a su palabra en primera persona que ahora se rescata en diálogo con mi propio descubrimiento y mi propia lectura, sigue siendo José Luis Sampedro un ejemplo y un faro en un mundo donde cada vez domina la oscuridad de los gritos y de las consignas alejadas de toda solidaridad, de toda fraternidad, uno de los principios motores para la nueva era que nacerá de las cenizas de nuestro mundo en crisis y decadencia.
Más de 600 páginas que recuperan al propio José Luis Sampedro que nos mira en 96 fotografías, tantas como años cumplió.
“Mi biografía más verdadera son mis obras”, le dijo José Luis Sampedro a Gloria Palacios en 1996. Y adentrarnos en sus escritorios es también hacerlo en nuestra historia desde 1917 hasta 2013… y, con su ejemplo y con sus obras, hasta nuestros días. José Luis Sampedro. Un hombre fronterizo es un buen ejemplo de ello.
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Autor: José Manuel Lucía Megías. Título: José Luis Sampedro. Un hombre fronterizo. Editorial: Plaza & Janés. Venta: Todostuslibros.
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