Cuando haces alusión a las mujeres de la Guerra Civil española (GCE), podemos etiquetarlas como trabajadoras, fuertes, persistentes, pero caeríamos en el empleo de demasiados epítetos. Las mujeres fueron en la GCE más que todo eso: mayoritariamente sustentaron la retaguardia, las cosechas y la ganadería, los negocios y las empresas, las familias y a ellas mismas. Eran mujeres de “su casa”, a merced del hombre, con escasa formación y bastante sumisas, y así fue en la Asturias rural hasta la década de los 90. Pero también hubo mujeres que no se dejaron someter ni por lo inevitable, como Melina, la protagonista de esta novela.
Arranca la novela con la revolución de octubre de 1934, que representa los 20 días más sangrientos que se recuerdan sobre unos huelguistas: murieron entre 1500 y 2000 personas. El historiador Paul Preston describe que el ejército africano dirigido por Franco desplegó contra los revolucionarios asturianos “una brutalidad similar a sus prácticas habituales al arrasar aldeas marroquíes” e infligir castigos colectivos a la población civil.
Juan Ramón Lucas nos presenta a una desgraciada familia asturiana de la cuenca del Caudal. Pepín, el carpintero y padre, que nunca se dio por vencido ni en la derrota y que enarboló la bandera de la dignidad y el valor, es un hombre que sacrificó su vida por principios y vivió muriendo hasta que recuperó la ilusión. Chayo, su mujer, está resignada a vivir con permiso, y Melina es la hija no deseada que hila sus recuerdos entre aromas de cocina y libros. El resto de la familia tendrá mal final.
Secretos familiares que se esconden en la vida y amargura vital que mina el alma. Los años de postguerra teñidos por el estraperlo, porque el buen dinero no solo quita el hambre, también ablanda voluntades.
A Melina le inculcaron desde cría que debía vivir sin pedir permiso, y sin arrepentirse pone de por medio diez mil kilómetros para volver a empezar, o al menos intentarlo.
Su padre vivió casi de prestado, amargado por la sucesión de fracasos pero siempre con principios, hasta que Felipe González gana las elecciones en 1982.
El tiempo no cura los dolores, pero alivia sus filos, y con ello presente Melina lucha por sus sueños sin importarle el qué dirán y se convierte en una afamada guisandera. Su sucesora es Viri, en el concejo asturiano de Candamo.
En la España de postguerra la sospecha abría la puerta al castigo. Vencedores y vencidos vivieron juntos pero no revueltos, unos denunciando y otros temiendo serlo.
Una gran novela, bien asesorada y documentada, escrita con el cariño por una tierra que no es la suya pero que la siente como tal, para dejar su homenaje a todas las mujeres que lucharon contracorriente haciendo hoy de España un país más libre e igualitario, aunque con mucho camino por recorrer.
Un final de novela que aplaca rencores y regala justicia a una vida de pundonor y principios.
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Autor: Juan Ramón Lucas. Título: Melina. Editorial: Contraluz. Venta: Todostuslibros.
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