Nuestro silencio nunca puede ser una respuesta

La escritura poética de Lucía Megías se formaliza con una voz continuamente plasmada en tercera persona, en singular o plural. Desde el íncipit empiezan a desdibujarse los coordenadas espacio-temporales con un paisaje de fondo, la guerra de Afganistán que late una y otra vez y muestra al lector la ciudad hostil de Kabul. Un registro personal e íntimo de la voz poética nos introduce en el sufrimiento de las mujeres y las niñas afganas a través del horror, la violencia, la venganza y el odio por un lado. Sin embargo, por otro, es un canto a la esperanza en el hombre, a la tolerancia, a la defensa de derechos y libertades que nos incita a la reflexión y al diálogo. Es una apuesta segura y firme por poner fin a la esclavitud de la mujer así como para mostrar al lector la impotencia e indiferencia a veces, del mundo occidental e incluso del género masculino, ante la barbarie en el propio Kabul. Es un grito ante la comunidad europea que valida y confirma la invisibilidad de la mujer.

El poeta denuncia la invasión y reclama la libertad de la mujer por parte de los talibanes, así como el establecimiento de la paz mediante un lenguaje muy directo, un tono realista experiencial y un enfoque existencialista. Un poeta que se implica en denunciar las atrocidades de la guerra de Afganistán como conflicto bélico librado en ese país, iniciado con la invasión llevada a cabo por los Estados Unidos y sus aliados el 7 de octubre de 2001 y finalizado con la caída de Kabul el 15 de agosto de 2021 a manos de los talibanes, con la retirada total de tropas estadounidenses el 30 de agosto del mismo año.

La lectura de Kabul (Crónica de un silencio) nos sumerge en el miedo, la angustia y la soledad de las mujeres en la capital de Afganistán, Kabul, en la que late el silencio bajo la mirada de la mujer. Kabul, una ciudad fantasma, atravesada por el silencio, la angustia, la soledad y el miedo de los fusiles de la guerra. El temor invade la ciudad, los talibanes se apoderan de ella.

El universo poético de Lucía Megías se enclava en la confluencia de la palabra y el silencio o entre lo que no se expresa y lo que sugiere. Testimoniar a través de sus versos un mundo hostil que aqueja a las mujeres en Kabul, denunciar los acosos y abusos que cometen los talibanes a modo de persecución por motivos de género y comprometerse con su escritura para defender sus derechos y libertades son tres de los objetivos que refleja Lucía Megías en su libro de poemas.

El título refuerza el contenido del texto. En forma de crónica el libro se estructura con un conjunto de poemas fechados de forma cronológica empezando por un íncipit en junio de 2022. A continuación se suceden 58 poemas fechados en su parte superior derecha durante los días 15 al 31 de agosto para acabar con un colofón. Recordemos que la guerra de Afganistán ha durado 20 años, siendo el conflicto bélico más largo llevado a cabo por Estados Unidos en toda su historia.

Recordemos que la Universidad Complutense de Madrid quería crear la biblioteca básica del español en Kabul y recaudó 1000 libros entre todo el profesorado y voluntarios que con ilusión y esperanza durante el mes de junio de 2021 enviaron a su Universidad. Al ver Lucía Megías día tras día por televisión las imágenes tan atroces que se sucedían en la capital afgana, sintió la necesidad de escribir esta crónica de silencio en forma de poema largo formados por varios a su vez. Su libro de poemas parte de la dicotomía definida como civilización-barbarie. Kabul es un espacio de represión y hostilidad, de hermetismo humano e intelectual. A Megías la poesía le permite denunciar y comprometerse con la sociedad afgana y en concreto, con el sufrimiento y la muerte. Los elementos que utiliza Megías en su poesía son la memoria enclavada en el ayer, de lo que fue y significó el pueblo afgano y el hoy del S.XXI. El espacio hostil de la ciudad de Kabul se configura como personaje, se convierte en ciudad-protagonista del silencio, ciudad-cárcel de la muerte y nos sumerge en el silencio de la noche, en el silencio de las niñas y mujeres que con miedo vagan por sus calles con angustia a pesar de mostrarse valientes y coraje. El poeta viaja por diferentes espacios de Kabul e invoca al horror y la barbarie en cada uno de ellos. Con una especial sensibilidad y sabiduría lírica se sumerge en la tragedia de la mujer afgana, en la privación de derechos de las mujeres y niñas de Afganistán impuesta por los talibanes, en sus miedos, dudas e incertidumbres. Sus versos vagan, penetran y se adentran por los espacios, por esos lugares marginales. Desde los no lugares como el aeropuerto de Kabul, símbolo de muerte y vida, de humo y esperanza pasando por el espacio al aire libre que lo cubre e invade el cielo, los espacios públicos como la universidad y más concretamente, la biblioteca hasta los espacios privados como la casa de cada uno. Todo está invadido por el miedo y la angustia, plazas, avenidas y calles.

Lucía Megías define a la gente que se encuentra por el camino, rescata su voz y resucita sus palabras a través de imágenes y de símbolos. La geometría invade su verso a través de una narración que no deja indiferente a nadie. Se pone en el lugar del Otro, encarna y entra en la piel de esas mujeres afganas, siente, se emociona, sufre el mismo silencio que esas gentes y de alguna forma, se compromete a no olvidarlos y a tenerlos presentes mediante la palabra, el lenguaje.

Una poesía precisa, con trazo hondo que a través de repeticiones, metáforas e hipérboles, nos muestra la brutal contingencia de una guerra geopolítica. Lógica matemática, el tiempo, el número, el calendario, los segundos, los días, los años, los latidos y medidas del espacio (Kilómetros, metros) inundan los versos de Megías con paralelismos y simetrías en la estructura de muchos poemas.

Un intelectual como Lucía Megías indaga en su mundo poético a través de la metaliteratura y la búsqueda de la verdad. Referencias a Cervantes, como no podía ser de otra forma, al Lazarillo, a La Celestina, La Regenta y por supuesto, a las hermosas citas de Nadia Anjuman (poeta y periodista afgana, asesinada a golpes por su esposo en 2005) nos acercan a su mundo literario y nos invitan a traspasar la puerta del silencio y a leer la primera página de Kabul (crónica de un silencio). Dejemos hablar al poeta y escuchemos su discurso.

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Autor: José Manuel Lucía Megías. Título: Kabul (Crónica de un silencio). Editorial: Huerga y Fierro. Venta: Todos tus libros.