Buscando la música de The Ships

Joseph O’Connor es el hermano de Sinead O’Connor. Es una información totalmente irrelevante para la novela, ya que Joseph O’Connor no parece utilizar ninguna experiencia que le hayan podido relatar a la hora de generar esta ficción sobre una banda de música que nunca existió, y a la vez es importante decirlo para desligar la novela de posibles ideas preconcebidas en quienes, a golpe de click, lleguen a esta información.

Robbie Goulding, ex guitarrista de una banda de gran éxito en los años 80 llamada The Ships será el encargado de contar una historia que comienza, como la de toda buena banda, cuando dos jóvenes aficionados a la música se encuentran y deciden unir sus vidas bajo el sonido de esta pasión. En este caso son el propio Robbie y Fran  Mulvey, a los que no tardan en unirse los gemelos Sarah y Seán, quienes buscarán la fama a un ritmo que a mí me ha querido sonar con ecos de U2 en una historia que deja en el lector la sensación de que si entrase en Spotify, tal vez podría encontrar alguna de sus melodías. Esto sucede porque el autor, arriesgándose con el formato, suma a su prosa brillante la transcripción de entrevistas y reseñas creando de este modo una suerte de universo paralelo en el que esta ficcion band tiene cabida.

La historia que relata O’Connor de los comienzos de la banda es fascinante. Desde la universidad de Luton el autor muestra su lucha, sus sueños, el ascenso que les permite conocer a quienes antes fueron sus ídolos  y ver como pasan de dormir en el coche y salas de grabación con olor a comida barata a otras profesionales con las que un día solo se atrevieron a soñar. Y avanza, por supuesto, hasta llegar a su ocaso. Cuando comienza la novela Goulding es un hombre de mediana edad con un pasado latente y una familia con la que no vive. Dos familias en realidad, ya que la camaradería de los miembros de una banda que viajan y pasan juntos tantas horas acaba forjando unos hilos entre ellos igual de fuertes que los consanguíneos, y quizás por eso sus batallas sean en ocasiones letales para la música. Desde ahí recuerda al Robbie joven, marcado por la soledad, que cuando conoce a Fran focaliza su vida en él, algo que después les sucedería a los fans que se enamorarían de su carisma y excentricidades tanto como de esa parte oculta que sabiamente el autor mantiene también para un lector que no puede evitar caer bajo su hechizo mientras observa el triunfo de estos cuatro chicos que lucharon por un sueño. Y entonces, se separan. ¿No sucede acaso así en la mayor parte de las ocasiones cuando un grupo de chicos jóvenes alcanza la fama relativamente rápido? Siempre hay momentos difíciles, egos y motivos de disputa: un amor, un desencuentro, la búsqueda de un camino en solitario… El viaje ha sido intenso y para volver a escucharlos juntos solo queda esperar al momento en el que la banda se vuelve a ver en un concierto de reencuentro, punto que el autor aprovecha para cambiar el foco de la narración quitándole la palabra a Robbie y provocando un remolino de emociones inexplicables en el lector revelando la verdadera naturaleza de la novela.

Puede parecer que O’Connor escribe una novela de amor a la música pero Reyes vagabundos es más que eso; es una historia de amor, de amistad, de emociones, redención y soledad en la que la música que jamás escucharemos se transmite a través de las letras que expresan los sentimientos de quienes, en ese universo paralelo, una vez las interpretaron.

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Autor: Jospeh O’Connor. Título: Reyes vagabundos. Traducción: Isabel Márquez Méndez. Editorial: Impedimenta. Venta: Todostuslibros.