La importancia de no olvidar

Yo lo conocí con su primera novela en 2007, y ya ha llovido. Se tituló Camino de ida y la publicó la editorial Salto de página (después fue reeditada por Navona). Cuando la leí me di cuenta de que tenía algo distinto entre las manos. Carlos manejaba a su antojo las claves del humor, del surrealismo, del realismo mágico y de la novela negra. A partir de ahí me leí todo. La novela ganó el Premio Silverio Cañada de la Semana Negra de Gijón, que premia a la mejor primera novela negra del año anterior.

Carlos ha conseguido lo que pocos escritores consiguen y no son los premios. Tiene varios, nacionales e internacionales. Un premio lo puede ganar cualquiera si se dan las circunstancias adecuadas. Carlos ha conseguido desde el principio un estilo propio. En tiempos en que la mayoría de las novelas parecen iguales, podemos agarrar una novela suya y tapar la portada. Automáticamente sabremos que la ha escrito él.

El mundo literario de Carlos es tan vasto que no cabría en un artículo como este. Su poesía es única (Mudanza de cenizas, Solamente muero los domingos, Si dios me pide un bloody mary…) y sus libros de relatos increíbles, desde Yo también puedo escribir una jodida historia de amor hasta Relatos negros, cerveza rubia, pasando por Yo lloré con Terminator 2, con personajes tan míticos como Poe, Arregui o Diosito.

Su última novela es Tango del torturador arrepentido y la publica la editorial Alrevés. La génesis de la misma es una obra de teatro que el autor alumbró en 2011. Y llevaba muchos años dándole vueltas para adaptarla al formato novela. La historia gira alrededor de la dictadura de Videla y puede que si Carlos hubiera nacido solo unos pocos años antes a lo mejor habría sufrido las consecuencias de la misma, en forma de torturas o de asesinato, como les pasó a muchos de sus compatriotas. De ahí la importancia de la obra en el pensamiento del autor.

Pero si esperábamos una novela con la historia del golpe y la posterior dictadura estaríamos equivocándonos. Carlos ha hecho algo muy difícil: escribir sobre la barbarie de Videla y sus secuaces sin que esto sea el centro del relato, que va mucho más allá de eso. Va de tomar o no decisiones y de las consecuencias de ello. Pero va también de no olvidar porque cuando la narración se pierde por los vericuetos de los conflictos personales de cualquiera de los personajes la historia vuelve, en forma de Marcela, de Rovira, de Morales o del protagonista. La novela va también de dualidades, de cómo se puede habitar un cuerpo siendo dos personas diferentes, el impulsivo y el reflexivo, el torturador y el padre-marido, severo, pero amoroso. Lucía es la pesada de la amante despechada que juega su papel, como también lo juega Alba. No podemos desvelar el desenlace, pero sí decir que es espectacular.

Para los lectores fieles de Carlos, decir que, en esta novela, o al menos a mí me lo ha parecido, se recupera el tono de las tres primeras novelas, publicadas con Salto de página. Sobre todo, me lo han recordado personajes como el loco de las palomas y Federico, el coreano.

Del libro me ha gustado hasta la nota final del autor en la que no se intenta explicar la novela. Las novelas no hay que explicarlas, se leen. Pero ayuda a entender las motivaciones del autor para escribir esta historia y a comprender lo efímera que es la vida y que muchas veces vivir o morir es una cuestión de azar.

Estamos de enhorabuena. Tenemos Carlos Salem para rato. Y en plena forma.

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Autor: Carlos Salem. Título: Tango del torturador arrepentido. Editorial: Alrevés. Venta: Todostuslibros