En Polilla, Alba Muñoz tiene el don de la observación minimalista para ser capaz de describir momentos y escenas con una capacidad asombrosa, hace fácil la percepción de los detalles más íntimos para plasmarlos en descripciones que enganchan en su lectura e invitan a la reflexión.
La protagonista es una joven periodista que acaba un ciclo tras cuatro años perdidos en la Facultad de Periodismo y por delante tiene una vida para comerse el mundo, con mala hostia e internet. Decide irse con una “Academia de reporterismo” a Bosnia-Herzegovina, es el verano de 2008, la guerra acabó hace trece años pero las secuelas aún siguen en una población que no cogió el ritmo del resto del continente.
Los Acuerdos de Paz de Dayton pusieron fin a la guerra de Bosnia y Herzegovina en 1995, crearon un país sin salida al mar y 29 años después del conflicto es un Estado frágil, complejo políticamente y compuesto por la Federación de Bosnia y Herzegovina y la República Srpska, así como el Distrito de Brčko, dotado de una administración autónoma. Un engorro estatal con catorce distintos niveles de gobierno y competencias que se solapan entre ellos y no favorecen la convivencia y el progreso social ni económico.
Esta guerra le sacó los colores a Europa, que miró para otro lado, como tantas veces hacen los países; fue una guerra infame por sus atrocidades y el horror vivido durante esos tres años y medio de crueldad y masacre étnica en pleno Adriático frente a Italia. La guerra de Bosnia fue la primera en la que las violaciones se utilizaron sistemáticamente como arma de guerra entre distintas etnias. Más de 8.000 prisioneros musulmanes fueron asesinados en Srebrenica y entre 20.000 y 50.000 mujeres, niñas y varones bosniomusulmanes fueron violados durante la guerra de Bosnia-Herzegovina, según estimaciones oficiales.
Después de tres semanas recorriendo el país en un autobús con más jóvenes estudiantes, conoce a Darko y por un impulso decide quedarse con él, con quien compartirá una tórrida experiencia sexual que le genera mucha dopamina para vivir cargada de oxitocina por ese puñal del deseo que se le clava en las entrañas y no quiere sacarse.
Fadila, una bosnia un tanto peliculera, es quien le muestra una realidad oculta de mujeres explotadas y trata de niñas, a la que hacen oídos sordos todas las instituciones públicas y la mayoría de las privadas, salvo contadas ONG. Fadila la pone en contacto con Nikolina, quien le cuenta su mísera vida tras ser vendida y revendida, lo que afianza en la joven periodista el afán por escribir la historia completa de tantas mujeres y niñas bosnias.
En la novela combina sus momentos balcánicos, que dedica para investigar sobre las mujeres explotadas, con las visitas a Barcelona y una extraña relación con su padre.
Polilla rememora y honra a las mujeres y niñas violadas, vendidas, maltratadas, durante la guerra de los Balcanes (1992-1995).
Alba Muñoz, en su primera novela, ha sido capaz de escribir esta apasionante y fantástica Polilla: ya esperamos por la siguiente para ver qué es capaz de crear.
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Autora: Alba Muñoz. Título: Polilla. Editorial: Alfaguara. Venta: Todostuslibros.
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