Inicio > Libros > Narrativa > La Bella Durmiente
La Bella Durmiente

La primera novela de Matthew Blake parte de una idea, cuanto menos, diferente. En las primeras páginas nos hablarán de un doble asesinato a puñaladas y una chica dormida planteando la gran cuestión de la trama: ¿los mató mientras dormía? Presenta de este modo a Anna O, una joven con aspiraciones a escritora que, para cuando comienza la novela, lleva durmiendo cuatro años sin que nadie haya sido capaz de despertarla, pero manteniendo intacta su actividad cerebral. Llegado este punto el lector puede sentir la tentación de pensar en fantasía, y por eso el autor explica que existe un fenómeno llamado “Síndrome de Resignación” que se hizo famoso en el caso de menores sirios llegados como refugiados a Suecia y que, ante la espera burocrática y desatención, fueron bajando su actividad hasta caer en una suerte de sueño o coma natural que mantuvieron durante meses, incluso superando el año. Blake demuestra así que todo lo que pone en la novela  será o no de fiar según su voluntad, ya que ha dado la primera “prueba de vida” a un lector desconfiado con el que, a partir de ahora, mantendrá un juego que no termina hasta las páginas finales.

En la novela, el caso de Anna O está terminando la instrucción y a la fiscalía le interesa despertar como sea a esta paciente para poder juzgarla, por lo que entra en escena el Dr. Prince, especialista en casos de personas que cometen delitos mientras duermen, que irá buscando la forma de despertar a la paciente sabiendo que, si tiene éxito, esto provocará que sea llevada a juicio y posiblemente condenada. Aún así, “La Bella Durmiente” es tan fascinante que Prince no puede evitar obsesionarse con el caso.

"Anna O es un debut que se sitúa a la altura de éxitos como Perdida o La chica del tren que llegan a las librerías sin más pretensiones que las de proporcionar entretenimiento"

Blake escribe una novela en el llamado código best seller que busca entretener al lector y mantenerlo pegado a sus páginas prometiendo giros y revelaciones al final de cada capítulo que se combinan con bromas públicas como el hecho de que el apellido del hombre encargado de despertar a la joven sea Prince. Incluso el autor se ríe de su propia ocurrencia haciendo que un personaje que parece saber demasiado haga la primera broma. Estos puntos que pueden parecer un hándicap a la hora de tomarse en serio la lectura, son rápidamente aceptados al sumergirse en una trama ágil en la que las pistas se sitúan sobre la delgada línea de la fiabilidad, componiendo un puzzle con una fuerte ambientación psicológica en el que no faltan referencias a Freud, e invitando al lector a interesarse por alguno de los puntos claves que toca la novela. La trama se complica en lo formal, el page turner está en marcha mientras la telaraña se extiende y el “quién” se mezcla con el “por qué” girando hasta conseguir una revelación final satisfactoria para lo que había comenzado en un supuesto que parecía imposible.

Anna O es un debut que se sitúa a la altura de éxitos como Perdida o La chica del tren, que llegan a las librerías sin más pretensiones que las de proporcionar entretenimiento y que, sorprendentemente, siguen siendo descubiertos por lectores que, año tras año, solo buscan una lectura  que les haga pasar tardes agradables en este periodo estival que ya tenemos encima. Algo que parece sencillo pero que, evidentemente, no lo es; a fin de cuentas la competencia por este tipo de entretenimiento es feroz con las alternativas digitales y a una novela parece que siempre se le pide que vaya un paso más allá. En este caso es el misterio del sueño, un lugar que aún está en tinieblas para los especialistas ofreciendo infinitas posibilidades que Blake ha sabido aprovechar.

———————————

Autor: Matthew Blake. Título: Anna O. Traductor: Jofre Homedes Beutnagel. Editorial: Salamandra. Venta: Todostulibros.

5/5 (5 Puntuaciones. Valora este artículo, por favor)
Notificar por email
Notificar de
guest

1 Comentario
Antiguos
Recientes Más votados
Feedbacks en línea
Ver todos los comentarios
Raoul
Raoul
5 meses hace

No se dice «cuanto menos», se dice «cuando menos».