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Estáis jodidos, Antonio

Estoy de cena con mi compadre Antonio Lucas, escuchándolo hablar con mucho placer; porque Antonio, además de ser un imitador genial de voces ajenas, tiene una voz estupenda, bien timbrada, que siempre me hace pensar que si en vez de ser uno de los poetas, escritores y periodistas culturales más notables de España hubiera sido locutor de radio en los años 50, cuando la tele aún no había llegado y las chachas cantaban Mi luna de mielCampanera mientras le pasaban el plumero a los muebles, habría arrasado entre las damas. Lo imagino, a Antonio, diciendo ante el micrófono con esa voz seductora: «Y ahora, en Radio Nacional, el capítulo trescientos cuarenta y dos de María la huerfanita, de Guillermo Sautier Casaseca», o recomendando una copita de Ojén, o preguntándole a una concursante si era señora o señorita –«Si es señorita, será porque usted quiere»–; y estoy seguro de que habría recibido más cartas de amor que las que, en otro orden de cosas, recibía Elena Francis.

Pero bueno, a lo que estamos. Charlo con Antonio, como digo, comentándole la serie televisiva Un caballero en Moscú, basada en la magnífica novela homónima de Amor Towles. Y al hilo del asunto digo que la serie está muy bien, pero que es chocante que en plena revolución rusa, o sea, en 1918, cuando Lenin, Trotski y toda la peña, uno de los jefes revolucionarios rusos sea negro y con rastas, que el ministro o responsable de cultura soviético sea también negro, y que en los años 20 el hotel Metropol esté lleno hasta la bandera de clientes y empleados del mismo color; que más que el Moscú bolchevique, aquello parece Harlem en hora punta. Y, además, que uno de los capítulos contenga un diálogo delicioso, cuando un negrazo enorme como un armario, el tovarich rastafari, le pregunta ingenuamente —a mi juicio— al aristocrático y elegante conde Rostov: «¿Por qué no permitiste que me casara con tu hermana? ¿Porque soy comunista?».

Le comento eso a Antonio; y él, flemático y mediterráneo como es, se encoge de hombros y responde: «Son los tiempos». Y lo dice con toda la razón, porque los tiempos están hechos por la gente que los habita; y la gente que habita este tiempo quiere, o exige, tener lo que tiene. Nada puede objetarse a eso desde un punto de vista práctico. Si la Historia, el pasado, la realidad, deben retorcerse para que encajen en los cauces por donde discurre el presente, pues se hace y en paz. El proceso es imparable, sin vuelta atrás. Para que el presente y el futuro sean como queremos que sean, el pasado no debe ser lo que fue, sino lo que nos gustaría que hubiera sido. Nada más fácil hoy, cuando la gente de infantería, desprovista de mecanismos defensivos —me refiero a la cultura—, se lo traga todo. Basta con colgar vídeos de treinta segundos, escribir libros de historia o novelas, hacer series de televisión donde, falseando lo que realmente ocurrió, se haga justicia a quienes en otro tiempo no la tuvieron. Tenemos el mundo presente y el pasado perfectos ahí mismo, al alcance de un clic en el teléfono móvil. ¿Cómo resistirnos a eso?

Estáis jodidos, Antonio, le digo. Me refiero a tu generación, ésa que anda ahora entre los cuarenta y tantos y los sesenta. Porque los más jóvenes ya vienen con anticuerpos, vacunados para que nada les chirríe. Lo maman desde pequeños en la guardería y el cole —piratas buenos, lobos entrañables, mujeres combatiendo en las Cruzadas, aristócratas afroamericanos—, y les parece normal. Se lo zampan con inocencia, y punto. En cuanto a los que somos viejos, nuestra ventaja es que nos importa un carajo. Estamos amortizados: sabemos lo que hubo, porque llegamos a tiempo de que nos lo contaran, y la indignación ante la ignorancia y la desfachatez de quienes viven del camelo, y la credulidad de los pringados que se lo compran, se acaba trocando, impotente, en un estoicismo guasón, incluso divertido por el espectáculo. El problema, compadre, es vuestro: de quienes sois demasiado mayores para ser crédulos y demasiado jóvenes para ser indiferentes. Ésa es la tragedia de ser lúcido en una generación que, ahora con un pie en cada orilla, fue sin embargo educada en la útil y noble biblioteca —Homero, Séneca, Cervantes, Montaigne— que ahora se desprecia o se destruye. No envidio a quienes por formación y cultura no podéis tragaros la milonga, pero vivís y trabajáis en un mundo maniqueo, sin matices, que exige bailar con ella. A ver cómo os las arregláis, querido compadre, para ser leales a vosotros mismos y al mismo tiempo sobrevivir en un mundo de bolcheviques con rastas.

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Publicado el 7 de junio de 2024 en XL Semanal.

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ricarrob
ricarrob
6 meses hace

De acuerdo con su planteamiento, don Arturo, pero quisiera hacerle una salvedad. Tergiversar el pasado para transformarlo en el mundo buenista en el que algunos, muchos, viven. Utopías. Utopías de poder.

Pero el futuro no es el que la mayoría quieren que sea. Hay una gran inconsciencia sobre el futuro, una desidia, una indiferencia. Los que realmente manejan, tanto las tergiversaciones, como los que diseñan el futuro, son los que hacen uso de la ingeniería social. Los que quieren moldear la sociedad a su complacencia para intentar crear un mundo utópico en el que todo el mundo esté totalmente dopado.

Quizás estamos viviendo en la época de la mayor manipulación social de la historia. Lo que resulte de todo ello es una incógnita ya que ni siquiera esos grandes manipuladores pueden tener el control de todo. Y, ya se sabe, entre humanos cualquier cosa puede salirse de madre y llevar hacia cauces insospechados. Porque, como nos enseña la verdadera historia, hasta la decadencia puede ser revertida y superada.

Y no se extrañe usted de nada. ¿Cómo no se va a cambiar la historia a conveniencia si se cambia hasta el presente que todo el mundo está, o lo parece, estar viviendo? ¿No ve usted que vivimos en el tiempo de los «relatos», de la posverdad, en el que, con un buen relato se puede decir que has ganado las elecciones cuando las has perdido?

Buenismo, posverdad, relato, ingeniería social, todo son herramientas para moldear la sociedad a gusto de una panda de ideólogos perversos, de fanáticos de la peor especie, de modernos leviatanes que se arrogarán en las nuevas élites dirigentes.

Otra cosa en la que no estoy de acuerdo con usted, don Arturo, es que a los más viejos nos importe todo esto un carajo. Por eso escribo estas líneas. A mí, no me importa un carajo. Nunca me ha ido ese dicho del convento y de la mierda dentro. Irse o bajarse de este viejo viaje interplanetario, desaparecer, se debería hacer de la forma más satisfactoria posible, pensando que dejas atrás algo que, aunque imperfecto, como todo lo humano, es mejorable. Dejar atrás esta desintegración civilizatoria y cultural no me deja indiferente, no.

A san Juan le faltó, no era su época, un sexto caballo del apocalipsis: el relato. O quizás no le faltó. Y lleva ya tiempo cabalgando sin freno. De ahí el 666. Quizás nos estaba advirtiendo: lo más importante es el sexto, es el sexto, es el sexto.

Saludos

Sandro Garcia
Sandro Garcia
6 meses hace
Responder a  ricarrob

El futuro ya no es lo que era…

ricarrob
ricarrob
6 meses hace
Responder a  Sandro Garcia

¿Y qué será del pasado en el futuro?

Porque todos, siempre, vamos a ser pasado en un futuro y, en cualquier futuro posible (con permiso de Putin o Jimping), nuestro presente creo que va a salir muy mal parado…

Porque el presente es tan efímero que, en un micro-segundo, ya somos pasado. Tan efímero que quizás no exista realmente. Quizás haya muchos presentes consecutivos o no, que realmente también son pasado.

Por eso, si el presente no existe y el futuro es inexcrutable, solo nos queda el pasado. Si nos lo cambian, ya no somos nada.

Félix
Félix
6 meses hace
Responder a  ricarrob

Solo nos queda la literatura como salvoconducto, la literatura hispanogrecolatina, nuestro siglo de Oro, si no desaparece eso, espero que China lo conserve en parte, al menos, habrá futuro.

Última edición 6 meses hace por Félix
Fred
Fred
6 meses hace
Responder a  ricarrob

Fabuloso, decirlo mejor, imposible. Felicitaciones por su claridad…

Basurillas
Basurillas
6 meses hace
Responder a  ricarrob

Estimado señor Ricarrob, como casi siempre coincidimos en lo que nos hace reflexionar el texto semanal. Cuando leo en el artículo de hoy «…y las chachas cantaban..» ya tengo la seguridad de que la cosa va a ir de construcción de los relatos por la progresía wok y de una resistencia a ultranza a las martingalas de la modernidad, en plan murieron con las botas puestas.
Nadie se atreve ya, de puertas para fuera, a llamar chachas a las empleadas de hogar, igual que nadie osa llamar putas a las «escorts». Todo es dignísimo en el lenguaje y en las formas, aunque el fondo siga siendo más cutre que las películas de Torrente. Sólo Pérez-Reverte y alguno valiente más de su caterva tiene hoy los testículos de saltarse a la torera los sagrados cánones de lo politicamente correcto. Y por eso a los de cierta edad nos gusta, porque llama a las cosas por su nombre, sin ínfulas de intentar caer bien a todo el mundo usando palabras que no describen, que no duelen, que no molestan y que dejan al maldito mundo sin resolver sus problemas, pero mantienen un perfecto aroma de café recien tostado, para camuflar adecuadamente el «eau de merde».
Lo malo, efectivamente, les queda a los de mediana edad, que todo les pilla a contrapié, como las maravillosas dejadas tenísticas de nuestro flamante campeón de este año de Roland Garros. Rezo todos los dìas por que la generación de nuestro Carlitos no se crea las gilipolleces de esta gentuza tan guay que nos gobierna a todos los niveles. Y todes.

Ethan Edwards
Ethan Edwards
6 meses hace
Responder a  Basurillas

Totálmente de acuerdo con ud. Si no eres Sean Thorton, el hombre tranquilo, ni te pongas gabardina ni gorra porque no sabes llevarla

Basurillas
Basurillas
6 meses hace
Responder a  Ethan Edwards

Buenas tardes señor Edwards. Su cita me ha recordado a un profesor de latín, no seglar, que tuvimos en nuestra clase en el colegio. Tenía la mala costumbre, era a principios de la década de los setenta, de romper una ancha regla de madera en la cabeza del alumno que no sabía reiterada y adecuadamente la declinación de alguna palabra, o montaba alguna algarabía o chiste aún viniendo a cuento. Casi al final del curso, y cuando ya las reglas rotas superaban un número importante, corrió el rumor en el colegio -ignoro si era cierto o no- que el citado profesor había sido boxeador en su juventud y, en un combate, el púgil contrario falleció de un golpe propiciado por el más tarde maestro; lo que motivó que tomara los hábitos por dicha circunstancia y abandonando el boxeo. Yo creo que, aquel año, todos los alumnos de la clase de latín acabamos el curso siendo un poco Thorton, pero sin gorra por motivos obvios. Ganas no nos faltaban. Eran otros tiempos, sin tanto supuesto buenismo en todo como ahora.

Raúl Sánchez T.
6 meses hace
Responder a  ricarrob

Yo siempre quise comprarme un pequeño velero con un arcoiris pintado en la vela. Ese sueño se acabó, así que le pintaré una serpiente de cascabel con cinco bolas en la cola y tres centímetros en cada colmillo.

Joaquin
Joaquin
5 meses hace
Responder a  ricarrob

INTERESANTES OBSERVACIONES, ME AGRADO SU LECTURA Y CREO QUE LO MISMO LE DEBE HABER PASADO A DON ARTURO. HAY SIMILITUD ENTRE «EL RELATO Y LA FABULA» A MI ENTENDER. GRACIAS.
joaquinluiscorrea@gmail.com desde Argentina.

Irene
Irene
27 ddís hace
Responder a  ricarrob

Qué bien escribe usted, y qué bien piensa, da gusto leerle

desheredado
desheredado
6 meses hace

Y cualquier día salen con que Lenin era «trans» y todo el mundo se lo tragará en primer tiempo de saludo. En fin, nada nuevo bajo el sol: también se empeña medio Hollywood en mostrarnos, con mucho pum y mucho bum, cómo ganaron la guerra de Vietnam.

Rogorn2
Editor
6 meses hace
Cameo
Cameo
6 meses hace

Amén

Mark Dos
Mark Dos
6 meses hace

Hace unos días, estaba yo hablando con unos chavales de veintipocos años, universitarios que recién habían terminado su carrera.
No se cómo salió en la conversación cierta serie de una famosa plataforma de streaming (vaya palabro), en la que se presenta la Inglaterra del principios del XIX, habitada por orondas protagonistas y una apreciable cantidad de afroamericanos, entre ellos, la mismísima Reina de Inglaterra.
Expresé entonces con palabras que no puedo reproducir aquí, y que dejo a la fecunda imaginación de los lectores, mi opinión sobre ese pastiche infumable.
Uno de los jóvenes me preguntó entonces porqué no podía haber habido una Reina de Inglaterra de ascendencia subsahariana… entonces, con paciencia, le expliqué el entorno social de la Inglaterra de ésa época, la estratificación social, el tráfico de esclavos, la moral de la época, etc etc etc…
Me miró como si estuviera hablando en farsi. Y cuando terminé me dijo: «No lo has entendido. La serie es una Distopía». Acabáramos. Como es una «Distopía» puedo sin pudor alguno hacer que un Julio César japonés dirija un ejército de mongoles (de Mongolia, me refiero) contra un Vercingétorix jamaicano. Por supuesto, habrá varias escenas de romance homosexual y César será asesinado por Casia, Casco y Bruta, un trío de Drag Queens trans.
La Historia es la que fue. Los hechos históricos están ahí, ocurrieron como ocurrieron y sus protagonistas eran lo que eran. Es tan absurdo poner a un rastas a interpretar un comunista de la Revolución rusa, como lo sería que Johnny Deep interpretara a Shaka Zulú.
En la Historia todo está en los libros. Claro, hay que leerlos y eso, señores y señoras, es otra historia.

Basurillas
Basurillas
6 meses hace
Responder a  Mark Dos

Tiene toda la razón señor mío. Nos quieren hacer ver los lumbreras adoctrinados a lo moderno, con grado y máster como poco, que prácticamente todo puede ser modelado como una distopía. Lamentablemente no han entendido el relato figurado que verdadaramente nos están vendiendo y metiéndonos por los ojos y los intestinos. Vamos, que sabrán mucho de distopía, pero están en la inopia. A las malas tendrán que aprenderlo y ya no estaremos ahí para intentar protegerles como hasta ahora. Un saludo

Andarin
Andarin
6 meses hace
Responder a  Mark Dos

Le entiendo perfectamente y lo sufro como usted. Ya he tenido varias conversaciones con mi hija (24 años) con respecto a esta serie (Los Bridgerton) que pretende que siga porque le entusiasma y siempre acabo frustrado viendo a la reina negra. Ya se que estas películas y series no pretenden ser fidedignas pero a mí me chirrían tanto esas tergiversaciones históricas que no puedo verlas, tengo una especie de bloqueo mental que me impide verlas aunque estén muy bien hechas (tampoco puedo con las películas de superhéroes por eso mismo, conozco a los humanos y se como acabó irónicamente Superman). Yo con mis 59 años estoy en el grupo de los que sufren con la situación y no tienen esperanzas de que vaya a mejorar. Me temo que pronto veremos algo del tipo «Colona, la descubridora», basada en la verdadera historia del descubrimiento: básicamente Colón era en realidad un calzonazos al que su mujer, más lista y decidida que el hambre, con más conocimientos de geografía y náutica que él, le obligó a marchar al oeste en busca de las Indias con sus indicaciones porque a ella el Santo Oficio no le dejaba, no descarto que sea negra. No se rían, lloren, porque igual la sufrimos en nuestras pantallas, le dan un Oscar y bate récord de taquilla. ¡Snif!

Daniel
Daniel
6 meses hace

No hay que desesperar, hay que educar, adoctrinar, soltar la chapa a los jóvenes, sean hijos, vecinos o pupilos.
Decirles que en 1917 no había negros en Rusia excepto en el circo.
Que tengan claro que una cosa es la historia-realidad y la otra es una serie para distraerse.
Y tengo fe porque en internet y en la calle, mucho joven ya reniega de esta educación que les venden.

Andarin
Andarin
6 meses hace
Responder a  Daniel

Abandone toda esperanza, en cuestión de ficción les da igual la realidad histórica. Por lo que sea no están inmunizados contra ese tipo de despropósitos como la mayoría de los adultos.

Isabel
Isabel
6 meses hace

Totalmente de acuerdo, pero lo de los afroamericanos aristócratas, a su manera, parece ser que sí que los hubo, aunque dentro de sus comunidades, claro. De hecho hubo afroamericanos que tuvieron esclavos afroamericanos. Me quedé a cuadros cuando lo leí y la autora, desde mi punto se vista, es bastante seria. La obra en concreto fue «La noche de todos los santos», de Anne Rice, que no sólo escribió sobre vampiros, demonios y ángeles, sino que destacó en otras áreas literarias.

Por lo demás, andando en ese rango que usted dice, aseguro que fácil manejarse en este mundo, donde si no compartes lo políticamente correcto ya le tachan a una de facha, intransigente y todas las categorías de fobia que haya, fácil no es, no

JA Perona
JA Perona
6 meses hace

Estimado Sr. Pérez-Reverte,
Todo es del color del cristal con el que se mira, dicen. O del sesgo cognitivo, si se prefiere. Las películas en blanco y negro escondían una parte imprescindible de la realidad. Las fotografíaw de Arquitectura son también un buen ejemplo. Su mirada entrenada en lecturas y estudio de la Historia, no es la más apreciada en el universo del entretenimiento actual.
Nuestra mirada de la realidad no será nunca más la misma cuando somos conscinetes del agotamiento de los combustibles fósiles, del envenenamiento por la agricultura intensiva, de la extinción de las especies, de la deriva climática, etc.
Apinto algunos referentes que nos hacer ver eso que no queremos: Antonio Turiel, Pedro Prieto, Jean-Marc Jancovici, Hélène Grosbois, Arthur Keller… Y desafortunadamente no son solo cuestiónes generacionales.
Atentamente,

Bodhi
Bodhi
6 meses hace

Complicados los tiempos para ser Jaime de Astarloa cuándo seguramente Adela de Otero nos la pusieran cómo representante del colectivo LGTBI+ ….

Francisco Casero
Francisco Casero
6 meses hace

La realidad que deforma cualquier tiempo pasado pone los pelos de punta. Como si de 1984 por George Orwell se trátase. Tierra trágame, si a mis 25-30 años me identifico más con Antonio Lucas

Julia
Julia
6 meses hace

Buenos días Capitán! Hacía mucho que no le llamaba así.
Ahora recibo la Voz de Galicia los fines de semana, por tanto su escrito ya lo había leído antes de Zenda y estoy de acuerdo, como siempre.

Ayer un señor escribió un bonito poema titulado No te enamores de mí, y se ponía a sí mismo a caer de un burro.
Contesté, me dio las gracias y somos amigos, algo que me hizo mucha ilusión.

Ahora le cuento otra historia.
Las tres personas más importantes de mi vida fueron,mi abuela, mi suegro y mi suegra, coetáneos y los tres fallecidos en poco tiempo.
Resulta raro que una nuera incluya a sus suegros como personas tan importantes verdad?, pero así fue.

Mi suegro, además de guapo, inteligente y elegante, era un Grinch con fuerte carácter y actuaba como un reyezuelo. Le llamaban papá, Alfredo los in law, excepto yo que le llamaba jefe.
Cuando le salía el Grinch, a mí me hacía muchísima gracia, me echaba a reír y entonces recobraba la calma porque sabía que mi simpatía hacia él era genuina.
Por esa razón nos tocaba comida familiar los domingos, con enfado de mi marido e hijos.
Todos le temían, yo no temo a nadie y entendía sus enfados; los hijos, salvo mi marido, se portaron mal con él, a pesar de haber sido un hombre generoso.
Se despedía siempre con la frase : ‘Ha sido muy agradable’. Nunca me dijo que estaba guapa, decía: ‘Estás muy elegante ‘.

Ahora voy a hacer mi descripción: Tengo un fuerte carácter, soy imprevisible, algo excéntrica, solitaria con habilidades sociales, independiente y libre. Vaya ejemplar eh?

Pero tengo dos cosas genuinas y son: mi alegría y mi profundo afecto por las personas que quiero, aunque solamente fui cariñosa con mi abuela y mi marido.
Cuando alguien está conmigo esa persona se vuelve única y debo procurar su bienestar.
No me había dado cuenta hasta que mis alumnos me lo comentaron, ellos se sentían queridos, sin carantoñas.
Ese deber es algo innato, desde que era pequeña sentía la necesidad de hacer felices a las personas y sabía como agradar.

Así que creo que mi amigo no debe preocuparse, destila inteligencia, ingenio y sentido del humor a pesar del Grinch.
Sólo se necesita algo que tengo también y se llama empatía, son personas especialmente interesantes para mí.

Ramiro
Ramiro
6 meses hace
Responder a  Julia

y siempre hablás de vos en el comentario de una narración?

Basurillas
Basurillas
6 meses hace
Responder a  Ramiro

Disculpe usted por entrometerme, pero en una narración crítica que va de la construcción moderna y completamente alterada históricamente de los relatos y guiones, prefiero mil veces el relato de una señora sobre sus experiencias y viscitudes familiares, reales todas ellas, me fío, que el de una persona de piel oscura y con rastas (casi sólo le faltaba el porro de maría en los labios para dar más el cante) que pasaba por allí y consiguió el papel de interprete en una serie contaminada por las nuevas «directrices» buenistas y deformes de los poderes fácticos presentes en los audiovisuales de la reciente escuela anglosajona. Llámeme usted carca si lo desea, no me ofenderé. A mucha honra.

Sergio Rodriguez
Sergio Rodriguez
6 meses hace

Se merece hacer la reflexión de qué estamos comunicando al crear y como de importante es el medio que usamos para ello. En este mundo global en que vivimos en dónde todo se mezcla en mayor grado, se busca que todo se pueda representar por todo. Es decir, si hago una película de la antigua roma me dará igual que un negro haga de emperador. Se me espetará que tal emperador no era negro, pero le puedo decir que lo importante no es el color de la piel, sino lo que dice. Así podemos pensar que la piel negra del tal comunista «palidece» ante la fuerza de sus ideas. El problema de esta mezcla es hasta donde estamos dispuestos a llegar. Si empiezo por ahí puedo seguir con que el género no es lo importante, sino el mensaje, y así hacer que el emperador sea una mujer y la emperatriz un hombre. Y de ahí puedo seguir más y más la hipérbole, todo lo que se quiera. Si lo importante es el mensaje, lo demás «me la pela» – pero entonces ¿para qué quiero hacer cine o televisión? Si lo importante es el mensaje me podría haber quedado con un hacer buen libro sobre el tema y el resto lo ponía mi imaginación. Entonces resulta claro que mensajes no son sólo las palabras, sino también las imagenes. Aceptando que estoy dando un mensaje con ellas, llego a dos conclusiones. Una muy socorrida, que es decir nuevamente que «la imagen me la pela», pues me quedo con las palabras, y dos soltar un «los negros tienen tanto derecho a hacer de comunistas soviéticos y de emperadores romanos como los blancos, si se tercia, porque lo contrario es hacer apología del racismo» – Y ahí estamos ahora, recalibrando lo lógico y lo necesario.

Última edición 6 meses hace por Sergio Rodriguez
Francisco Brun
6 meses hace
Responder a  Sergio Rodriguez

Yo he escrito un cuento, en donde uno de los protagonistas ponía sobre la mesa de un bar con sus amigos, la idea de que todos deberíamos ser negros, es decir, quitar de la historia y del presente a los blancos; entonces su amigo le replicaba que si todos fuéramos negros no hubieran existido los esclavos, las plantaciones de algodón etc.
Imagino que al protagonista que pretendía quitar a los blancos de la historia, se podría tildar de racista por los blancos.
La eternas cuestiones del color de la piel o de la percepción de nuestro sexo, aún no superada, es probable que nos acompañe hasta el fin de la historia.
Quizás se pueda mitigar el tema, pero desterrarlo jamás.
Viene a mi mente una película que me resultó muy instructiva llamada “Elvis”; en donde el astuto descubridor del talento de ese joven que hacía desvanecer a la mujeres y agradar a los hombres, radicaba en el simple hecho que el muchacho aún desconocido se había criado en un barrio de negros; y la excepcional cultura musical de los mismos lo había cautivado al punto de llegar a ser un cantante blanco cuyo ritmo era como el de sus preciados artistas de su barrio, los negros.
Al menos la música no tiene color, solo se trata de arte.

Cordial saludo

Basurillas
Basurillas
6 meses hace
Responder a  Sergio Rodriguez

Buenas noches don Sergio. Si persiste en seguir recalibrando, llegará usted tal vez a preguntarse si contar la verdad es lo importante, o la verdad es nuevamente una mera figura retórica más cuyo contenido, forma, fondo, modo de expresión y realidad carecen de importancia. Pero no carece de importancia cuando, con la misma metodología y tipo de relato, nos aventuramos a preguntar si la verdad respecto a la posibilidad de cumplimiento debe aplicarse a los programas electorales de los partidos políticos; o si debemos creer y fiarnos como verdades en las declaraciones de los políticos de cualquier signo y condición para otorgarles nuestro voto; o si la verdad debe de atribuirse a los balances e interpretaciones de las cuentas de resultados de las empresas que cotizan en bolsa y de cuya existencia depende nuestra economía. Porque para actos de fe y creencias ya tenemos a las muy variadas confesiones religiosas y, desgraciadamente también, a los interesados partidarios de supercherías.
Y sí, los blancos, negros, amarillos y cobrizos tienen los mismos derechos, pero ninguno debería tener el de poder falsear la historia. Un saludo.

Ricarrob
Ricarrob
6 meses hace
Responder a  Basurillas

Lo de los derechos estoy completamente de acuerdo con usted, sr. B. Todos iguales. Todos, sin excepción.

Con lo que no estoy de acuerdo respecto a la situación social actual es que, si tienes la desgracia de ser blanco, hombre, heterosexual y no eres de izquierdas, preferiblemente podemita, date por jodido… eres un ser sin derechos. Si, además, tienes un cierto conocimiento de la historia, eres la hez.

Un abrazo.

Basurillas
Basurillas
6 meses hace
Responder a  Ricarrob

Como en la inmensa mayoría de las ocasiones tiene usted razón con sus apreciaciones. Es más, tal como nos muestra la actualidad (ver el enlace con noticia adjunta) se ha quedado usted corto: no sólo eres la hez si cumples los criterios de identificación por usted señalados. En especial hoy, si eres hombre, es que eres directamente gilipollas y sometido a esta caterva de supuestas ultrafeministas y revanchistas de catálogo que están en el poder central. Nos queda lo de Unamuno: ¡venceréis pero no convenceréis!
Un abrazo.

https://www.elmundo.es/espana/2024/06/20/66745396fc6c83580d8b45a1.html

Ricarrob
Ricarrob
6 meses hace
Responder a  Sergio Rodriguez

Sr. Rodríguez, le voy a contestar con obviedades sin ningún rebozo, ya que de obviedades está contruida la ciencia y la cultura. Y también nuestro día a día.

Lo real es lo real, la historia es la historia y la estupidez es estúpida. Además lo blanco no es negro ni amarillo. Lo demàs, son supercherías infumables desprovistas de cualquier verosimilitud. Siempre ha sido importante las dos cosas: el fondo y la forma. Lo uno sin lo otro, no son nada. No puedes poner a recitar un discurso europeista a un asiático. Ni vestir con el uniforme de las SS a un negro.

Me choca siempre que en estas polémicas tan áridas y tan estériles se contraponga siempre el negro al blanco y se dejen siempre de lado a los olvidados asiáticos, cuando, precisamente, son mayoría en el planeta. Y a los inuit, aunque sean minoría. ¿Por quė no se hacen películas con el desierto del Sahara como escenario, protagonizadas por inuits? Y, por supuesto, nos faltan vikingos negros. Porque, sr. Rodriguez, siempre será absurdo exportar frigoríficos a la Antártida.

Para completar mi lista de obviedades, le diré que lo absurdo siempre serà absurdo, a pesar de la posmodernidad.

Todo esto chirría de buenismo superlativo, de posverdad y de posmodernismo. Pero, bueno, ya que a usted le gusta el cine, le sugiero hacer una película del Quijote con un don Quijote orondo y asiático, una Sancha negra y mujer y una Dulcinea trans y feminista que en su escena cumbre le cante la canción Zorra a don Quijote. Surrealista total.

La verdad es que creo que muchos o muchísimos, negros, blancos, asiáticos o inuits, estamos de estos temas hasta las gónadas…

Y algunos no se enteran pero ha comenzado ya la época de la post-posverdad, el post-posmodernismo y el post-buenismo. Por fortuna.

Saludos cordiales e incoloros.

Ricarrob
Ricarrob
6 meses hace
Responder a  Sergio Rodriguez

Por cierto, sr. mío, aunque no me gusta la expresión, decirle que a mí «me la pela» el posmodernismo.

Raúl Sánchez T.
6 meses hace
Responder a  Sergio Rodriguez

El problema con que lo más importante sea el mensaje es que hay mensajes que sólo pueden ser expresados adecuadamente por humanos que tienen útero. Y hay mensajes que sólo pueden ser expresados adecuadamente por humanos que aún no tienen barba. Y hay mensajes que sólo pueden ser expresados adecuadamente por humanos que ya tienen nietos, y por ahí nos vamos ad infinitum. Quizás lleguemos a ver una Calígula nacida en el Valle del Cauca y coronada a los 28 años por sus nietos.

Guiller.l
Guiller.l
6 meses hace

1984, el ministerio de la verdad en su versión primigenia, dentro de poco, cuando Pedro el Guapo lo apruebe, vendrá la versión 2.0 donde ya se podrá denunciar y reprimir la verdad absoluta y ser implantada la verdad relativa del que tiene el poder.

José Prats Sariol
José Prats Sariol
6 meses hace

Mi mujer y yo apostamos a cuántos minutos se van a demorar para que aparezca una lesbiana, un negro, un gay… Se entiende la discriminación, pero combatirla de ese modo es tonto, simplista, para analfabetos funcionales,

Francisco Brun
6 meses hace

Siempre pienso que en la actualidad estamos viviendo en un universo paralelo; por un lado la verdad absoluta, que nadie llega a conocer jamás y por otro la verdad inventada. Si pretendemos encontrar a un político que diga la absoluta verdad; uno solo; en todo el amplio mundo; creo que no lo podremos encontrar. El doble discurso es moneda corriente. Pero lo curioso es que con los nuevos e intrincados medios de información, hasta podemos, con un poco de entusiasmo, incorporar la idea que la tierra es plana, y todos seguiríamos viviendo como si tal cosa. Obviamente surgiría el inconveniente de tener que cambiar todos los manuales escolares, las rutas aéreas, acomodar a la nueva verdad revelada el océano Pacífico y la nueva ubicación de algún continente…¿cuál es el problema?…de todos modos este año, ni el próximo, ni nunca, daré la vuelta a la tierra en globo. Además, si lo analizamos con más detenimiento, cuál es el problema que la tierra sea plana; tampoco lo de la tierra redonda no es para tomárselo tan a pecho…el único que se preocupó del tema fue en su momento Cristóbal Colón, y bien podemos acomodar el asunto diciendo que lo único que descubrió fue que la tierra era más grande de lo pensado, pero jamás nadie dijo que fuera redonda.
Por todo esto estimados, pienso que estamos viviendo en un mundo de conocimientos, pensamientos y creencias, tan volátiles como el aire; todo depende y se resume en algo primordial, inalterable y eterno, el dinero; el cual en mi opinión es más poderoso que la fe.
El dinero en definitiva, ha sido el invento del hombre más grandioso de todos los tiempos, con dinero podemos convertir a la tierra en plana, al sol en la luna, o a conseguir ser “amados” por una bella y joven mujer, aunque fuéramos unos viejos decrépitos sin dientes.
Sin lugar a dudas, estamos yendo muy de prisa a algún lado…pero no sabemos donde.

Cordial saludo

Mme Bocaza
Mme Bocaza
6 meses hace

Pues este es mi primer comentario y espero poder agregar muchos más en el futuro. Les cuento, yo al señor Reverte lo tengo en la gloria. Es mi columnista favorito (ya como escritor no tanto. Mi madre mataría por el jajaja) y quiero decir que soy mestiza del Caribe. No vivo en España pero la viví por un año y fue lo más intenso que he vivido en las 5 décadas que llevo en esta tierra y me fui. La bella España no es pa’ mi. Fue ese año en el que leí por primera vez a Reverte y mi corazón se sintió contento. Hombre buenos calló en mis manos y lo demás es historia..El caso es que y volviendo a lo que íbamos, yo estoy de acuerdo con todo lo que el artículo dice. Es cosa de locos y creo que está mal. Así no se deben hacer las cosas. U si eres padre de adolescentes pues lo tienes jodió, como yo. El diccionario y la biblia está en TikTok . El pasado no se debe cambiar por entretenimiento. Yo casi no gasto horas frente a la pantalla porque no quiero me adoctrinen. Hollywood es gran parte del problema. América es la otra parte. Así que he vuelto a mirar más a fuera y disfrutar más de lo que hay bajo el cielo porque señoras y señores estos tiempos están mal organizados y yo digo que conmigo no cuenten.

MARIA MARTA SCHANG
MARIA MARTA SCHANG
6 meses hace

Sin poder expresarlo de manera coherente estoy en todo de acuerdo con sus palabras. Al ver el «rastafari» me corrió frío por la espalda. Estos «ajustes» históricos me apenan, claro está que pertenecemos a la misma generación. Siempre un placer leerlo.

JA Perona
JA Perona
6 meses hace

Exceso de academicismo, quizás. ¿Acaso no hay óperas clásicas magníficamente adaptadas (revisitadas dirían los franceses) con escenografías minimalistas o con vestuarios de chupas con tachuelas? Apelo a la libertad creativa y a la universalidad del arte, incluído el audiovisual. [Hasta aquí mi breve alegato disidente. Un saludo]

Basurillas
Basurillas
6 meses hace
Responder a  JA Perona

Buenos días. La creatividad libre siempre, pero es que lo que está pasando es precisamente lo contrario. En los guiones de buena parte de las películas y series anglosajonas (que es donde se parte el bacalao y cuya filosofía se exporta a todo el mundo, como su idioma, con sus productos audiovisuales) hoy es preceptiva la diversidad racial, sexual y de clase. Y todo por un buenismo y una agenda cultural de una deseada e implantada (por los de arriba, los que mandan y patrocinan o producen el espectáculo y los grupos de presión detrás de ellos) sociedad uniformada, metida con calzador hasta en situaciones absurdas e imposibles. Y eso no es libertad, es promover una sociedad supuestamente globalizada y amorfa donde es indiferente ya el color de los esclavos (sin cadenas visibles, eso sí) de los que se nutre. No va la cosa, aunque lo parezca, de igualdad de oportunidades, de riqueza creativa o de distopías infinitas que nos hagan pensar en mundos divergentes. No, la cosa va en aceptar paulatinamente sin críticas ni oposición interna o externa que nuevo grupo social (que en su país de origen y en el de destino se conforman con un plato de lentejas por todo sueldo) va a intercambiarse por el que hacía las cosas hasta ahora por un sueldo relativamente digno y con unos derechos sociales (duramente luchados por las generaciones anteriores) plenamente aplicables en ese país hasta ese momento. La cosa va simplemente en hacer lo mismo o más por menos dinero y siempre con menos dignidad y humanidad; va de capitalismo bastardo y no domeñado como el de los albores del siglo XX o peor, ayudado además por una tecnología que va sustituyendo a los humanos por máquinas en cantidad creciente. A ver si lo vamos teniendo claro.

Sergio Dueñas
Sergio Dueñas
6 meses hace
Responder a  Basurillas

Más claro: agua!

César
César
6 meses hace

Llegas tarde, Arturo. Al igual que yo, cómo héroe justiciero me defino, no puedo parar esta «masa». No obstante, algo saldrá mal, y se irán al cuerno, con sus lavados de cabeza. Saludos.

Franz. J.
Franz. J.
6 meses hace

Esta actual tendencia «woke» no tiene fondo cultural ni la admiración de gran parte de la población, es decir, parece una moda pasajera y ya trasnochada. Las elecciones europeas lo confirman y puede ir a más. Y ahí está el peligro: la Historia de la Humanidad al servicio de partidos políticos de imbéciles y analfabetos que sin escrúpulo alguno prostituyen el sufrimiento y agonía por la libertad en un pasado cruel no muy lejano.
Porque si, por ejemplo, se sostiene que hubo una reina negra en Inglaterra, por qué no va a haber un nuevo Hitler liberador y héroe de la opresión sobre el hombre blanco que NUNCA desató el Holocausto?.
La Historia está para aprender mirando al futuro, no para olvidarla o peor aún, tergiversarla macabramente.
Así las cosas, solo conseguiremos que la crueldad de la Historia se repita con más inquina.

Antonio
Antonio
6 meses hace

Llevo tiempo hablando con gente medianamente culta, como pueden ser: personas que se han dedicado toda la vida a la enseñanza o toda la vida a recuperar chicos para la sociedad, y chicas también por supuesto, y todos concuerdan en un punto: amor y odio. Pedro Reverte es amor y odio. Yo personalmente lo amo, y lo amo por suplicación para saber que una persona con poca cultura es inteligente a muchas cuestiones, tiene ese don y sabe apreciar a quien lo tiene. Pero por favor lo de la radio con la chacha con el plomero, perdón con el plumero. Deberíamos omitir algunas frases que nos llevan a pensar tiempos lejanos de servidumbres humillantes. Quizás no tenga mucho sentido lo que acabo de decir, pero admirado amigo mío, yo soy así.
Un cordial saludo, siga usted con toda la salud del mundo, por lo menos cuando yo me muera si usted vivo, aporta muchísimo más gente como yo.

Pilar Utrillas Urbán
Pilar Utrillas Urbán
6 meses hace

No puedo estar mas de acuerdo contigo! Los mas jovenes tienen muy difícil distinguir la realidad .

Juan
Juan
6 meses hace

Lo que están escondiendo es que los bolcheviques eran jvudios en su mayoría. Se ríen de todo el mundo, no es inocente.

Adriana Mefina
Adriana Mefina
6 meses hace

Somos la generación bisagra, nos adaptamos a nuestros padres y a nuestros hijos.

Raulmanny
Raulmanny
6 meses hace

Esa desgracia de la «inclusion» a troche y moche hizo que dejara de ver la serie y no acabe ni tan siquiera el capitulo. Solo puedo pensar que la intencion es : » Cambiar el pasado para que aceptemos el futuro». Estoy muy viejo y he visto bastantes cosas para comulgar con esas ostias!

Última edición 6 meses hace por Raulmanny
Mabel Fernandez
Mabel Fernandez
6 meses hace

Hola Sr Perez Reverte. No puedo ver la serie Bridgerton por el mismo motivo que Ud. menciona. Hay nobles negros. No niego la realidad actual , ni discrimino, pero creo que hay que respetar la historia. Será que soy de su misma generación y esas cosas me chocan
Desde Argentina, su admiradora y lectora
Mabel Fernandez

David Sepúlveda Pérez
David Sepúlveda Pérez
6 meses hace

Me niego. No acepto la ola de barbarie ignorante y soberbia que se nos viene encima y ahoga todo lo que respeto, amo y preservo: si he de morir defendiendo eso, pues que así sea. Con las botas puestas y la frente en alto, que ya demasiados son los que han arrastrado su penacho.
Y lo digo a conciencia de que la inmensa mayoría no sabe qué es un penacho, nunca leyó a Ronsard ni entendería la frase final que coloca en la boca del moribundo Cyrano:
«La mentira, la cobardía,
los compromisos…
Ya sé que finalmente conmigo vais a acabar.
No importa.
¡A luchar, a luchar, a luchar! [Cyrano cae] Sí, todo me lo quitaréis,
El laurel y la rosa,
Lleváoslos,
pero me queda una cosa que me llevo
y esta noche, cuando entre en la casa de Dios,
brillará intensamente mientras diga mi adiós
algo que, inmaculado, meteré en un arrullo
y me lo llevaré para siempre.
Y es… [Exhausto, no puede hablar]

Roxana: ¿Qué?, ¿qué es?…

Cyrano: Mi penacho… [Cyrano muere] «.

Pedro
Pedro
6 meses hace

Creo que ya se vió en televisión; yo me estaba imaginando a la Virgen María en Lourdes apareciendo vestida de flamenca y tocando las castañuelas, como Rosalía. Y a Jesucristo tomando una cerveza en un bar, con un pircing en el ombligo. La evolución mínima del ser humano nos empuja a renovarnos no, a borrarnos. Pero el futuro no es nuestro, ahí no estaremos los «inmortales».

José Manuel
José Manuel
6 meses hace

Hola Don Arturo, buenas. Con 42 años de almanaque (como diría usted :)) me siento totalmente identificado, pues lo sufro cada día. Los que hemos leído unos pocos libros (seguramente escasos e insuficientes) con el convencimiento de que era la única forma de adquirir un poco de cultura en este país (porque así nos lo enseñaron nuestros padres y algunos buenos profesores de la extinta EGB) estamos, como bien dice, muy jodidos… Tenemos que comulgar con ruedas de molino, soportar mentiras, inexactitudes y sandeces cada día… Y, sin embargo, intentamos, o intento, ser leal mi mismo… ¿Cómo? A veces, ni yo mismo lo sé… Supongo que contestando con educación y respeto a quienes te hablan de «modernas maneras», siendo honesto y explicando las cosas con humildad cuando estás rodeado de farsantes exhibicionistas… Evitando mencionar que has leído tal libro o visto tal película, que ya nadie conoce… Diciendo que es blanco lo negro… Y así sucesivamente… Así estamos don Arturo, bien jodidos, viendo cómo triunfan y son populares los que avasallan y hablan alto, los que tienen más cara que espalda, los que te dejan tirado cuando vienen mal dadas, los que no saben escribir un correo electrónico sin cometer diez faltas de ortografía flagrantes (porque a nadie le importa ya escribir decentemente…). Es muy triste, pero ahí seguimos, destruidos moralmente, pero firmes. Firmes en nuestros valores, con el convencimiento de que hacemos lo correcto, de que ir a lo cómodo no es lo mejor, de que actuamos en beneficio de la sociedad y no sólo en el nuestro, etc. Con todo ello, cada día que pasa piensas… Si no será mejor mandarlo todo a tomar por saco y quitarse de en medio, porque no merece la pena seguir luchando contra lo que no se puede luchar, ya que lo único que te espera es perder y quedar siempre como un pardillo… Y sin embargo, te levantas y vuelves a actuar como te enseñaron, firme y estoico, a pesar de todo, porque no sabes hacerlo de otra forma… Y así, día tras día.

Un abrazo fuerte y cordial, maestro. Gracias por darnos voz.

Última edición 6 meses hace por José Manuel
Ylian
Ylian
6 meses hace

Suscribo. Y me niego a ver semejante bodrio. Pero , que daño están haciendo …» por un puñado de dólares «

Manuel
Manuel
6 meses hace

El que un personaje negro represente a un ruso no veo que chirríe tanto como que lleve rastas como atributo de la desidia. Y creo que es eso, desidia y flojera

Francisco Brun
6 meses hace

Quizás en esto de tergiversar la historia con artistas negros haciendo de personajes blancos; han logrado los realizadores, lo que ptetendian; sobresalir mediante lo que de antemano se sabe que es una mentira. Mentir sin tapujos para lograr que se le preste atención; está incorporado en la sociedad que la única forma de sobresalir por sobre la media es con hechos estridentes, descabellados, inesperados, absurdos.
Justamente antes de ayer, aquí en Argentina, un joven creo que de nacionalidad polaca, intentó escalar un edificio de más de cincuenta pisos, sin equipo, solo ayudado por sus brazos y piernas; esto, es algo que está prohibido, por lo cual ocasionó un operativo de los bomberos para bajarlo.
Obviamente el hecho fue filmado por drones y seguramente logró el objetivo del fulano, al salir en todos los medios periodísticos. Pero yo me pregunto, qué hubiera pasado si en su rescate se hubiera matado uno de los bomberos cumpliendo su deber para salvarle la vida a un simple pelotudazo, porque es eso, un pelotudo importante que logró tener su instante de fama, poniendo en riesgo su vida y la de los rescatistas.
Del mismo modo, pero con menor riesgo de vida, con estas películas de blancos por negros o viceversa, se pretende conseguir el instante de fama, cambiando la historia.
“Conseguir el instante de fama”, es como llegar a encontrar el santo grial, en un mundo del fracaso colectivo, en donde solo se premia y enseña que conseguir el “éxito” por cualquier modo es el objetivo.
Si el objetivo de nuestra vida es solo sobresalir de los demás, estamos jodidos el 99,9 % de los humanos. Creo que existen cosas mucho mejores para disfrutar de la vida, que ser una celebridad, solo por un segundo.

Cordial saludo

Javier
Javier
6 meses hace

JIJIJIJI, Bolcheviques con rastas… Pues claro. No sé de qué os escandalizáis. Los soviets contaron la historia como les pareció y seguro que también había trans a manta, y fijo que algún truns,

Emilpr
Emilpr
6 meses hace

Reivindico una serie donde hayan esclavos blancos recogiendo algodón, por favor no se puede vivir así de oprimido.

Oscar
Oscar
6 meses hace

¿Y hacer una peli de esclavos africanos que son llevados en barco a las Américas con actores blancos, se podría?

Última edición 6 meses hace por Oscar
Alfonso
Alfonso
6 meses hace

Y ahí estoy yo, incrédulo viendo como a la mayoría de mis coetáneos les importa una mierda lo que está pasando o directamente se incorporan al buenísimo de sus hijos para tener una plácida vida sin mucho en que pensar.

Nando
Nando
6 meses hace

Ahora resulta que la industria del cine nos quiere imponer no se que ideologías globalizadoras, tergiversando la historia a su antojo.

No como durante décadas anteriores, donde la fidelidad histórica y el rigor eran la piedra angular de las películas y series. Esos emigrantes en norteamérica, defendiéndose de los malvados indios que les robaban el ganado y raptaban a sus mujeres. Los anglosajones elegantes, nobles y grandes marinos, no como los desharrapados españoles, poco más que unos sucios piratas. Los americanos derrotando ellos solitos a los nazis, con la ayuda de apenas un par de británicos y canadienses, y un puñado de rusos que pasaban por allí. La permanente amenaza soviética, en el cine de los 80.
Pues muy bien, acabamos de descubrir que esto es solo una industria, y que mostrarán la visión que interese o esté de moda, si así les hace ganar más pasta, como lleva siendo desde que el audiovisual se ha convertido en negocio.

Vaya por delante que a mi es al que más me chirría, en una serie supuestamente histórica, las anacronías o inclusiones forzadas sin ninguna explicación. Que habría que distinguir por supuesto de series como los Bridgerton o la versión steampunk de Sherlock Holmes de Guy Ritchie, en las que no lo considero tan importante, ya que desde el principio dejan claro que solo son divertimentos.

Pero aún en esas versiones más históricas tampoco nos inmolemos, que el cine lleva siendo una máquina de propaganda desde que es cine. Así que limitémonos a disfrutar de las producciones que nos gusten, ya que tenemos la suerte de disfrutar de una época de gran variedad, e ignoremos las que no. O veámoslas igual sabiendo que tal o cual actor es un mero capricho de la productora, y sin darle más importancia, que ya somos mayorcitos como para dejarnos influir por algo tan trivial.
Que si la sociedad ha sobrevivido y superado el adoctrinamiento durante tantos años, también superará el supuesto adoctrinamiento woke. Que demonios, si hasta hemos superado la imagen de los vikingos con cuernos, creada a partir de una puesta en escena operística que, como mencionaban en un comentario anterior, siempre se han prestado a interpretaciones modernas o personales, y nadie deja de disfrutarlas.

Francisco Brun
6 meses hace
Responder a  Nando

Aunque queramos ver las cosas de forma distinta, casi todo en este mundo está teñido por el negocio y el dinero. El cine debería ser una actividad exclusivamente artística, pero irremediablemente se mezcla incluso con la propaganda política, y todo vale si entretiene y se gana dinero.
El mundo se mueve con dinero; si queremos encontrar algo que no funcione por el dinero podría ser el deporte amateur; pero también aquí las marcas multinacionales de las prendas deportivas, se apresuran a que estos deportistas que hubieran superado alguna marca en su disciplina, luzcan de inmediato sus ropas con sus logos.
Cabe nombrar la religión…la fe…lo inexpugnable…lo puro.
Aquí en mi Argentina, acabo de ver una iglesia repleta de “fieles”, con su cura incluido, cantando a viva voz y saltando, una melodía política partidaria…todo está teñido por el dinero; todo.

Cordial saludo

Basurillas
Basurillas
6 meses hace
Responder a  Francisco Brun

Buenas noches, querido amigo. Me quedo con su último ejemplo: el cura bramando y brincando entre sus fieles como un poseso no desea el dinero, que es sólo un medio, el verdadero deseo de ese hereje con sotana (brea & plumas para él) es simplemente el poder o participar en él. El poder de convicción ante una idea sea real o falsa, interesada o desinteresada (la excepción) es lo que mueve el mundo y que sigan a algo o a alguien como corderitos. El poder.

Basurillas
Basurillas
6 meses hace
Responder a  Nando

Lo verdaderamente importante, y no son teorías sino realidades, es que ahora la globalización no es una aspiración capitalista, es una realidad palpable contra la que es mucho más dificil luchar o aislarse que en el pasado. Y que el adoctrinamiento ha encontrado nuevos caminos, técnicas y formas en general para la consecución de sus fines en tiempos casi infinitesimales, impidiendo la reacción lógica, meditada y objetiva, pues los impulsos emocionales lo han contaminado todo. ¿O un millón de «me gusta» en tiktok o redes semejantes, en unas horas, ante cualquier tontería supuestamente ingeniosa no son una buena muestra?

Liliana
Liliana
6 meses hace

Qué acertada verdad!! Coincido con sus expresiones. Esa manía de la cancelación sólo refuerza el desconocimiento del pasado, lo que, creo, trae el peligro de volver a cometer los errores que provocaron las grandes tragedias que intentamos superar…

Lola
6 meses hace

Yo, que estoy más o menos en esa horquilla de edad lo vivo en mis propias carnes. Y además si has pasado por la facultad de Historia, ya ni te cuento. Algunas cosas me chirrían tanto que ya no veo la tele desde hace 3 años.

Sicópato
Sicópato
6 meses hace

Sautier Casaseca trabajaba en la Ser, he ido a comprobarlo porque no me fío del todo de mi memoria. En la Ser de entonces, ya que, si fuera la actual, no me acordaría ni mucho ni poco. En fin, pequeña variación sin importancia. Alguna más tendría que hace unas cuantas décadas nadie nos vendiera un Lenin negro, ni un Stalin marica, sino unos bolcheviques liberadores, que no es poca distopia, por más que Orwell intentara poner las cosas en su sitio y, algunos, tardáramos en entenderlo, que los habría más sagaces.

FernandoBbbb
FernandoBbbb
6 meses hace

Y si querido don Arturo es al revés? Ha valorado usted la posibilidad de que el «engañado» sobre como ha sido el proceder de la historia haya sido usted? Dirá que usted se apoya en lo que ha leido.. Pero.. Y si ha leido lo que querían que leyera? Me parece arrogante pensar que se manipula a la gente y que nosotros no hemos podido ser manipulados..

Frank Pollardo Matamoros
Frank Pollardo Matamoros
6 meses hace

Bastante flojito esta vez… 90 % morralla. Sorry man…

Julian
Julian
6 meses hace

Quién es el tal Antonio, Aquél de las lavadoras?

Hernán
Hernán
6 meses hace

Siempre un placer leerlo a Pérez-Reverte. Encima me divierte mucho