El escritor mexicano Alberto Ruy Sánchez asegura que la literatura causa malestar a los políticos mentirosos porque invita a la gente a pensar por sí misma, lo cual incomoda a los deshonestos.
La idea del autor, premio Xavier Villaurrutia de 1987, es una de las principales del libro Con la literatura en el cuerpo, un volumen de ensayos sobre cómo viven la melancolía reconocidos autores. Es una obra con una primera edición en 1995, reeditada ahora por el sello Debolsillo con gran actualidad.
Acerca de la falta de libertades de los gobiernos totalitarios, el autor cita a Hannah Arendt, quien describió un totalitarismo no de izquierda ni de derecha, sino de ambos. «Es increíble la posibilidad que tenemos todos de no reflexionar. Es un síndrome y lo vemos todo el tiempo. Por ejemplo, cuando un presidente dice «yo tengo otros datos». El totalitario miente, construye una realidad paralela, y eso es grave», explicó.
Con la literatura en el cuerpo está dividido en tres partes, «Memoria de catedrales góticas», «Memoria de prisiones góticas» y «Memoria de tumbas góticas». Es en el segundo apartado en el que Ruy Sánchez diserta sobre escritores acosados, algunos hasta la muerte. «Esa segunda sección gana actualidad conforme los autoritarismos crecen. La historia se repite con los artistas que creyeron en la revolución y dejaron de reflexionar para obedecer. Entonces ya no fueron buenos creadores, porque dejaron de pensar», observa.
Ruy Sánchez cuenta el drama del compositor Mijail Shostakovich, quien cayó en desgracia ante Stalin, el tirano que revisaba las películas en una sala con enfermería para atender a los realizadores que, en pánico, se desmayaban o se ensuciaban en los pantalones.
En el bloque «Memoria de prisiones góticas» un ensayo detalla el drama del escritor Osip Mandelstam, contado por su esposa, Nadiezhda, quien en el libro Contra toda esperanza se refiere al surgimiento en el siglo XX de una esperanza de vida mejor en la Tierra y el reino de terror implantado en nombre de la misma esperanza. «Mandelstam muere en el gulag por un poema de burla a Stalin que nunca escribió. En la prisión lo obligaron a escribirlo y no sobrevivió», cuenta Ruy Sánchez.
Entre otros, un ensayo diserta sobre 1984, el clásico de George Orwell, retrato de los totalitarismos; otro acerca de la rebeldía de Eugeny Zamiatin, autor de Nosotros, obra en la que se inspiró Orwell, y un tercero desvela el drama del polaco Gustav Herling, quien describió los límites morales más bajos del hombre.
El libro, que ocupa estantes principales en las librerías de México, es un homenaje al semiólogo Roland Barthes, maestro de Ruy Sánchez. El crítico francés se proponía hacer un ensayo sobre una novela amorosa, en medio de la investigación se enamoró y mezcló escenas de su relación con ideas de Goethe o Novalis. «Todo el libro es un homenaje a Barthes y a su lección de convertir lo aparentemente ajeno en algo personal», revela.
El poeta Rainer Maria Rilke en París, Pier Paolo Pasolini y su mirada de la muerte, Marguerite Yourcenar, quien crea como hilandera de la luna, Victor Hugo con sus dibujos góticos y las obsesiones del novelista Italo Calvino son otras propuestas de un libro melancólico, escrito con aliento poético. «La melancolía es un momento de reflexión, y la reflexión ayuda a escribir. Es importante que esté en la escritura. Yo creo que la literatura cura la melancolía», opina Ruy Sánchez.
El ensayista mexicano sugiere que leer el cuerpo amado es indispensable. Propone quitarle al amor la idea de conquista porque el amor es conocimiento y su esencia es el reto de seguir leyendo a la persona amada. «Yo creo que la literatura se vuelve cuerpo como una dimensión humana que todos tenemos. La literatura es parte de nuestro cuerpo, por eso el título de este libro», concluye.
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