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7 grandes poetas de Venezuela

Imagen de portada: Hanni Ossott, foto de Jaime Ballestas

Este viernes, dentro de la sección No son todos los que están, presentamos la lista de siete grandes poetas venezolanos cuya obra bien podría ser considerada como clásica o influyente en las generaciones actuales de poetas de su país. Pasen y lean. Estos son los que están esta semana, y los que no, ya llegarán.

*****

IDA GRAMCKO 

Ida Gramcko fue una poeta, ensayista, dramaturga, cuentista y periodista nacida en Puerto Cabello, Venezuela, en 1924. Autodidacta, estudió solo un año en el colegio durante los tiempos del general Juan Vicente Gómez y mientras las sombras de la dictadura poblaban el país. En 1939 se traslada a Caracas. A sus diecinueve años es la primera reportera de periodismo policial en El Nacional, medio en el que hace carrera como periodista durante cincuenta años. En 1948, enviada por el presidente Rómulo Gallegos, realiza labores diplomáticas como encargada cultural en la Unión Soviética. A sus cuarenta años, después de terminar la escolaridad, egresa como licenciada en Filosofía de la Universidad Central de Venezuela, casa de estudios a la que volverá después para enseñar la cátedra de «Poesía y poetas» de la Escuela de Letras. Murió en la ciudad de Caracas el 2 de mayo de 1994, a los 70 años de edad. Algunos de sus obras más destacados son Umbral (1942), Contra el desnudo corazón del cielo (1944), Juan sin miedo (1956), Poemas de una psicótica (1964), Lo máximo murmura (1965), Sol y soledades (1966), Pirulerías (1980), Historia y fabulación en «Mi delirio sobre el Chimborazo» (1987) o Treno (1993). 

El cuervo

A Edgar Allan Poe

Solo quedan, roídos, los peldaños
de una escalera en sombras;
una percha que incita con los garfios
de dos cuernos agudos, y unas ropas
sobadas por el tiempo y el espacio
y ausentes de calor y de memoria;
sólo un tapiz de raso
con manchas de oro y un sillón con borlas;
un abanico abierto, y un retrato
erguido, solitario, en una cónsola
un espejo que es agua de los años
con amorcillos en la cornucopia.
¡Ah, ya lo ves! Y mis dormidos pasos
que suben, sin querer, mientras azota
el viento en los cristales como un pájaro
con las húmedas alas en zozobra.
¡Ah, ya lo ves! ¿Acaso
soy el espectro errante de Leonora?
De mi cuerpo, caído campanario
se alejaron las últimas palomas.
Hoy sólo anida un cuervo en mi regazo
como en una cornisa melancólica. 

***

Martha Kornblith. Foto: Guillermo Yavorsky

MARTHA KORNBLITH 

Martha Kornblith fue una poeta nacida en Lima, Perú, en 1959, pero que vivió la mayor parte de su vida en Caracas, Venezuela. Licenciada en Comunicación Social por la Universidad Central de Venezuela, cursó estudios en la Escuela de Letras de la misma universidad. Participó en varios talleres de creación literaria coordinados por lda Gramcko, Armando Rojas Guardia, Rafael Arráiz Lucca. Fue miembro del grupo literario Eclepsidra y miembro fundador del Grupo Editorial Eclepsidra. Publicó Oraciones para un dios ausente (Monte Ávila Editores, 1995) y, póstumamente, El perdedor se lo lleva todo (Fondo Editorial Pequeña Venecia, 1997), Sesión de endodoncia (Grupo Editorial Eclepsidra, 1997). El 29 de mayo de 1997 se suicidó en Caracas arrojándose por la ventana de un quinto piso. Su Obra completa fue reeditada y publicada por la Editorial Eclepsidra en el año 2016. 

Mientras sólo
nos observan de reojo,
nos acusan de irrealistas delirantes
y naufragamos
en las lavadoras.
¿Sobreviviremos
al sopor de las cocinas,
a la puntualidad de los recibos?
Seremos
personas cotidianas,
sólo cotidianas
pero no acudiremos a la cita.
Fingiremos morir. 

* 

Poema por la falta de mi Madre


Madre
ahora que tu espíritu
ya no recorre esta casa
que además ya no es la tuya
porque ahora el resentimiento
se mide en metros cuadrados
y jugamos a la herencia
como chivos expiatorios
esperando ansiosamente
la hora del monopolio.
Madre
ahora que ya no soporto
el desorden de las mañanas
la rigidez de los desayunos sola
sola, cuando no encuentro los pares
de las medias
y mis camisas están arrugadas
sola, cuando sólo hay agua fría
en el calentador
sola, cuando nos acompañábamos
con inocencia los sábados por la tarde
y que ahora parecen tan ajenos.
Madre
he de confesarte que además de
haber enterrado a la muñeca
no he cumplido con tus aspiraciones
de buena ama de casa, madre de hogar,
hijos, nietos, etc.
que me convertí en poeta
que es lo mismo que decir
en poeta suicida
y que por eso
juego y seduzco a la muerte
todas las noches.
Madre,
he de confesarte
que sola
ahora, apenas
persigo cucarachas
persigo cucarachas
persigo cucarachas
persigo cucarachas

***

EUGENIO MONTEJO 

Eugenio Montejo fue un poeta nacido en Caracas, Venezuela, en 1938. Es uno de los poetas venezolanos de mayor trascendencia del siglo XX. Se desempeñó como profesor universitario, investigador del Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos, director literario de Monte Ávila Editores y diplomático, siendo consejero cultural de la embajada de su país en Lisboa (1988-1994). Vivió algunas temporadas también en Francia, el Reino Unido y Argentina. En la ciudad de Valencia (Venezuela), cofundó las revistas Azar Rey, Poesía y Zona Tórrida. A partir de la década de los sesenta su labor como escritor empieza a difundirse y, a partir de los ochenta, a conocerse internacionalmente, con traducciones al inglés, el portugués, el italiano y el francés, entre otros idiomas. En su país recibió doctorados honoris causa de la Universidad de Carabobo y de la Universidad de los Andes, así como el Premio Nacional de Literatura, en 1998; en México, en 2004, el Premio de Poesía y Ensayo Octavio Paz. En nuestro país obras como Obra completa Tomo III. Blas Coll y los colígrafos (2023), Obra completa Tomo II. Ensayo y géneros afines (2022), Obra completa. Poesía I (2021), El cuaderno de Blas Coll y dos colígrafos de Puerto Malo (2007), Fábula del escriba (2006), Papiros amorosos (2002) o Partitura de la cigarra (1999)  han sido publicados por la editorial Pre-Textos. Murió en Valencia, Venezuela, en 2008. 

Escritura

Alguna vez escribiré con piedras,
midiendo cada una de mis frases
por su peso, volumen, movimiento.
Estoy cansado de palabras.

No más lápiz: andamios, teodolitos,
la desnudez solar del sentimiento
tatuando en lo profundo de las rocas
su música secreta.

Dibujaré con líneas de guijarros
mi nombre, la historia de mi casa
y la memoria de aquel río
que va pasando siempre y se demora
entre mis venas como sabio arquitecto.

Con piedra viva escribiré mi canto
en arcos, puentes, dólmenes, columnas,
frente a la soledad del horizonte,
como un mapa que se abra ante los ojos
de los viajeros que no regresan nunca.

***

HANNI OSSOTT

Hanni Ossott fue una poeta, traductora y ensayista nacida en Caracas en 1946. Profesora de la Escuela de Letras de la Universidad Central de Venezuela, tradujo a Rainer Maria Rilke, D. H. Lawrence y Emily Dickinson, y escribió ensayos sobre poesía y experiencia poética, reunidos principalmente en Memoria en ausencia de imagen / Memoria del cuerpo (1979) e Imágenes, voces y visiones (Ensayos sobre el habla poética) (1987).  En su obra aparecen de manera recurrente temas como la casa, el dolor, la muerte, la infancia y la figura de la madre. Algunos de sus libros más destacados son Espacios para decir lo mismo (1974), Formas en el sueño figuran infinitos (Premio Nacional en la II Bienal de Poesía Ramos Sucre, 1976), Espacios en disolución (1976), Espacios de ausencia y luz (1982), Plegarias y penumbras (1986), Casa de agua y de sombras (1992) o El circo roto (1993). En 1988 obtuvo el Premio CONAC de Poesía. Tras varios años de reclusión en una casa de reposo, murió en la noche del 31 de diciembre de 2002 al 1 de enero de 2003. Sus cenizas fueron esparcidas en los jardines de la Facultad de Humanidades y Educación de la UCV.

Retratos, postales, cuadros, libros

una alfombra, una mesa

afuera la luz

bullicio de la fiesta

Y adentro ese no saber entender
Letargos, lejanías, desacuerdos.

*

Y los muertos

amándonos

desde la memoria

dictando palabra y gesto

Los muertos tan con nosotros

en el alma

estrellas, astros

luz

código, señal

Los muertos

eso que no podemos asimilar

y está allí

hiriendo

***

REYNALDO PÉREZ SO

Reynaldo Pérez Só fue un poeta, traductor nacido en Caracas, Venezuela, en 1945. Director de la Revista Poesía, editada por la Universidad de Carabobo. Conocido por sus talleres literarios, residió entre Valencia (Venezuela) y Las Islas Canarias (España). Su obra poética penetra el paisaje interior con cierta dificultad del verbo, característica de su deseo de ascesis y de una necesidad de elevación interior que requiere la transformación en varios planos de conciencia. Es autor de los libros Para morirnos de otro Sueño (Monte Ávila Editores, 1971), Tanmatra (Policrom, 1972), Nuevos Poemas (Universidad de Carabobo, 1975), 25 Poemas (1982), Matadero (Editorial Amazonia, 1986), Fragmentos de un Taller. Ars Poetica (Ed. Amazonia, 1990), Reclamo (Ed. Amazonia, 1992), Px. (Ed. Poesía, 1996), Solonbra (Ed. Poesía, 1998), Antología Poética (Monte Ávila Editores Latinoamericana, 2003), Rosae rosarum (Monte Ávila Editores Latinoamericana, 2011). Obtuvo el Premio Nacional de Literatura 2019-2020. Murió en julio de 2023. 

19

esta es una silla
sólo una silla
en ella
se sentó mi padre
todos
mis mejores amigos

ahora
está sola
sin nadie

una silla.

***

Eugenio Montejo

JOSÉ ANTONIO RAMOS SUCRE 

José Antonio Ramos Sucre fue un poeta, ensayista, educador, políglota, autodidacta y diplomático nacido en Cumaná, Venezuela, en 1890. Es considerado uno de los escritores e intelectuales más importantes de la historia literaria de Venezuela. La temática que empleó Ramos Sucre en su obra estuvo caracterizada por el uso frecuente del simbolismo, la mitología, personajes históricos venezolanos, lo fantástico y esotérico; el tema de la muerte ocupó un gran espacio en su producción literaria. Su vida personal, universitaria y profesional estuvo signada por las vicisitudes propias de las guerras civiles en su país y, en especial, el gobierno del General Juan Vicente Gómez (1908-1935) quien gobernó Venezuela, como dictador, durante su transición rural a la petrolera. Sus obras más importantes son La torre de Timón (1925), Las formas del fuego (1929) y El cielo de esmalte (1930). Ramos Sucre libró una larga lucha contra el insomnio hasta que se suicidó en Ginebra, Suiza, en el año 1930.

Preludio

Yo quisiera estar entre vacías tinieblas, porque el mundo lastima cruelmente mis sentidos y la vida me aflige, impertinente amada que me cuenta amarguras.

Entonces me habrán abandonado los recuerdos: ahora huyen y vuelven con el ritmo de infatigables olas y son lobos aullantes en la noche que cubre el desierto de nieve.

El movimiento, signo molesto de la realidad, respeta mi fantástico asilo; mas yo lo habré escalado de brazo con la muerte. Ellas es una blanca Beatriz, y, de pies sobre el creciente de la luna, visitará la mar de mis dolores. Bajo su hechizo reposaré eternamente y no lamentaré más la ofendida belleza ni el imposible amor.  

***

VÍCTOR VALERA MORA 

Víctor Valera Mora conocido como “El chino” fue un poeta nacido en Valera, Venezuela, en 1935. Perteneció a la Generación del 58. Su padre fue un obrero que murió de tuberculosis y su madre una campesina, su niñez transcurrió en el estado que nació, posteriormente, cursó el bachillerato en un municipio de los llanos del Estado Guárico, luego estudia Sociología en la Universidad Central de Venezuela. En los años 60 participa en las actividades de la izquierda venezolana. Funda La pandilla Lautréamont conformada por Mario Abreu, Ángel Eduardo Acevedo, Caupolicán Ovalles y Luis Camilo Guevara; luego perteneció al grupo literario denominado República del Este. Trabajó en la ULA, en el CONAC y en la biblioteca ambulante de los Ovalles conocida como La gran papelería del mundo. En 1961 realiza una modesta edición artesanal de su primer libro Canción del soldado justo. A comienzos de los años setenta aparece publicado Amanecí de bala (1971). También es autor de libros como Con un pie en el estribo (1972) o 70 poemas stalinistas (1979). Falleció en 1984 en la ciudad de Caracas.

No porque estés desnuda

No porque estés desnuda
voy a tolerar semejante exabrupto
Si al amor vamos
construir una casa en el tope
de una colina es una inmensa tontería
Es necesario determinar los flancos
Siempre toda colina es más amable
Pero si insistes si no te enojas
puedes atormentar el cielo
asumir la tempestad volver mañana
vestida de revólver

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América Ratto-Ciarlo
América Ratto-Ciarlo
3 meses hace

Acertada selección. Gracias.

Antenor
Antenor
3 meses hace

Excelente compendio de poetas, he leído algunos, pero Ramos Sucre es extraordinario

Daniel
Daniel
3 meses hace

Agregaría a los zulianos (aunque nacidos en Barcelona y Coro) José Antonio Castro y Blas Perozo Naveda. Es otro tipo de poesía venezolana.

Gerardo
Gerardo
3 meses hace
Responder a  Daniel

Hesnor Rivera

Norma
Norma
3 meses hace

Hermoso el poema de HANNI OSSOTT, ojalá puedan publicar más poemas de está autora