Chema Garabito: «El hacker estoico es el que no va a tener ningún problema después»

—Señor Garabito, cuando usted era aún más joven, ¿qué quería ser de mayor?

—De muy pequeño, quise ser militar, pero se me pasó muy rápido. La idea no cuajó. Después, nunca quise ser nada. Poco a poco, he ido encontrando lo que me ha gustado. Yo, cuando trabajo, juego. He seguido jugando toda mi vida y espero seguir jugando.

—¿Cómo se mete en este mundo?

—De pequeño, tuve algunos problemas físicos, médicos y demás. Hubo un tiempo en el que no pude ir al colegio, estaba en cama y demás y, en ese momento, yo dije: “Puedo hacer dos cosas: o lamentarme, seguir en la cama y jugar a videojuegos, o hacer algo de provecho, encontrarle algún sentido a todo lo que estaba haciendo”. Me puse a investigar qué podía hacer con los ordenadores. Aprendí a programar y a hacer cosas de hacking. Eso me encantaba, me llenaba muchísimo. A la par, iba leyendo mucha filosofía.

—¿Qué filosofía?

—A Marco Aurelio, muchísimo. Estoicismo.

—¿Un hacker tiene que ser estoico?

—Sí y no. No tiene por qué serlo, pero el hacker que es estoico es el que no va a tener ningún problema después.

—Se presenta como “investigador y desarrollador especializado en Web3, ciberseguridad y machine learning”. ¿De qué va esa vaina?

—Web3 es el futuro de internet: cómo vamos a hacer los pagos…, la economía del futuro. “Machine learning” es Inteligencia Artificial. Es una parte más pequeña de la IA, pero es lo que se escucha ahora siempre. Esto va a cambiar totalmente las relaciones de cómo nos gestionamos entre nosotros, las personas, cómo comunicamos con los ordenadores y trabajamos. Es una revolución industrial 2.0. Es el ordenador aprendiendo a pensar como un humano.

— Dice: “Web3 es el futuro de internet”, “la economía del futuro”. Vaya más al detalle.

—Ahora mismo estamos en la Web2, un internet centralizado donde todo está metido dentro de servidores, todas las aplicaciones están controladas por entidades únicas, empresas… Por ejemplo, Instagram está controlado por Meta. Y es un internet un poco arcaico en el sentido de que, cada vez que vas a hacer un pago, tienes que meter datos de una tarjeta de crédito. Nuestra vida va cada vez más a internet, vamos a integrarnos más. Internet, como está pensado ahora, no funciona bien, y la idea es avanzar hacia lo que se llama “Web3”: es internet, pero puedes poseer activos dentro de internet. Puedes poseer dinero de manera nativa dentro de internet, activos, tus imágenes…, y tú puedes demostrarle a una persona, matemática y criptográficamente, que eres dueño de esa propiedad en internet. Eso es superpoderoso. Hasta ahora, había muchos mercados que no eran líquidos, y ahora se pueden convertir en líquidos. La idea de la Web3 es la descentralización, que el poder sea del usuario.

—¿Cómo puede un profano, alguien que no tiene ni pajolera sobre este mundo, sacar provecho de su libro?

—(Piensa) En los últimos años, la tecnología está cambiando radicalmente: ha cambiado la economía, la sociedad, la cultura… Hace cuatro años, incluso menos, ha ocurrido una revolución instantánea con la IA, la Web3 y todos estos temas; ahora, ni los más expertos se atreven a decirte qué va a ocurrir a dos años vista. Es totalmente imposible.

—¿Entonces?

—Pero sabiendo de las últimas tecnologías, cómo funcionan, hacia dónde están avanzando y hacia dónde va la innovación, puedes echar una especie de vistazo al futuro, puedes tratar de adivinar hacia dónde van los tiros. Es imposible que puedas saberlo a ciencia cierta, pero como nunca se ha podido saber el futuro: no hay un oráculo que te lo pueda decir. Si tú conoces la tecnología que está moviendo el mundo, puedes saber a dónde se dirige. Para bien o para mal: es una herramienta. O sea, al principio, cuando empezaron las redes sociales, nadie sabía todo lo que podían desencadenar, como los algoritmos que polarizan a la gente. Si hubiera habido un discurso y una conversación en ese momento entre toda la sociedad de “oye, esta tecnología conlleva estos riesgos, y lo sabemos de antemano, dialoguemos sobre ella para ver cómo las implementamos”…

—Más vale prevenir, ¿no?

—Eso es.

—En este mundo de la Web3, ¿hay héroes y villanos?

—Sí.

—¿Y cómo son?

—Hay muchos más grises que héroes y villanos. Muchos más. Sobre todo, dentro del mundo del hacking en Web3. Hay varias razones. Cuando jaquean una empresa en el mundo de la Web2, le roban los datos solamente. Es algo superimportante, porque luego se utilizan para hacer estafas, pero no le damos importancia. En este último año, se han filtrado casi todos los datos de los españoles probablemente. Se han filtrado 33 millones de datos de personas que tenían carné de conducir en la DGT. Todos nuestros datos están por internet. Y es muy importante relatar que un hacker no tiene por qué ser un ciberdelincuente. Un hacker puede ser una persona buena…

—Ojeo el DRAE y leo que un “jáquer” es una “persona con grandes habilidades en el manejo de computadoras que investiga un sistema informático para avisar de los fallos y desarrollar técnicas de mejora”. ¿Por qué, en general, uno escucha “jáquer” y piensa en un delincuente informático?

—Por culpa de los periodistas y del cine (risas). Si entras en el mundo del hacking y de la seguridad, vas a conocer a un montón de gente fantástica, que no comete delitos y que siguen siendo hackers porque llevan la tecnología a unos límites. Luego están los ciberdelincuentes, que cometen crímenes. Y, dentro de este mundo de grises del que hablábamos antes, hay gente que se guía por una moral, digamos, aceptable, y gente que se rige por la ley. Están los white hats, los sombrero blanco; los black hats, que no se guían por la ley y son mercenarios, prácticamente, y los grey hats, que tienen una moral y no se guían por la ley, sino por su propia moral. Ahora, en Web2, cuando se jaquea una empresa, sólo se pierden datos: llaman a tu abuela o a tu madre, van a tratar de hacerle ingeniería social para robarle su dinero y eso es una barbaridad. Cuantos más datos tengas de una persona, más cosas puedes hacer para atacarla. En Web3, cambia mucho el paradigma: en vez de perder datos, pierdes directamente dinero. Cuando jaqueo algo de una empresa, jaqueo sus activos. Entonces, si ataco a una empresa, no robo sus datos, robo millones. Todos los días hay ataques de millones de millones. Se pierden millones y millones todos los días en ataques. Por eso, ahora se está poniendo mucho más énfasis en ciberseguridad en Web3 que nunca. Porque se pierden millones directamente.

—La RAE cambió la definición de jáquer gracias a Chema Alonso. Si yo le digo Chema Alonso, ¿usted qué me dice?

—Un genio. Un genio tecnológico. La mente de Chema es una locura. Habiendo trabajado con él, cuando llegaba por las mañanas, tenías un poco de temor: llegaba como un terremoto, con un montón de ideas nuevas, y decías: “¡Qué locura! ¿Cómo se le ha ocurrido esto?”.

—¿Qué se cuece en el departamento de Ideas Locas de Telefónica?

—Estuve tres años en Ideas Locas y llevo un año en MyPublicInbox. En Ideas Locas, hice muchas investigaciones de ciberseguridad y dimos muchas charlas sobre hacking para concienciar. El libro surge porque no hay recursos casi en internet para aprender sobre hacking de Web3, siendo algo tan importante. Nosotros dijimos: “Vamos a coger todo lo que hemos aprendido nosotros y lo plasmamos en un libro, para que si hay alguna persona que quiera aprender de ello, tenga una especie de guía”.

—Vamos acabando, señor Garabito. En la sucesión fuego, rueda, imprenta, máquina de vapor, internet, ¿lo siguiente es la IA?

—Sí. Soy de la opinión de que la IA general es posible. La IA general es una IA que puede llegar a la paridad humana y la supere. Si supera las capacidades del humano, sabe programarse a sí misma, sabe construirse y sabe avanzar. Estamos muy lejos de eso, pero en los últimos años, sólo en los últimos cuatro años, ha cambiado tantísimo el paradigma de la IA… Hace cinco años, los chatbox sabían hablar de milagro; ahora, los últimos modelos que están sacando, hacen test de matemáticas de entrada a Harvard con el 90% de aciertos. Es una barbaridad.

—¿El apocalipsis está en camino? ¿Un Skynet es posible?

—(Risas) No, y cualquier persona que te diga eso no tiene ni idea. En el mundo de la tecnología, hay dos visiones: la de “va a llegar Skynet y nos va a matar a todos”, propiciada por grandes empresas tecnológicas y políticos, y la de “no nos va a matar”, propiciada por expertos que llevan trabajando con IA toda su vida. ¿Por qué hay unos tíos que dicen que sí nos va a matar? Porque si dices “nos va a matar”, hace falta un control férreo sobre los modelos de IA. Si estamos de acuerdo en que todo el mundo va a necesitar utilizar IA, y pones controles férreos sobre ella, una persona se queda con el monopolio y ofrece esos modelos a los demás. Y hay una cantidad de dinero y de datos absurda. Imagínate: tener toda la revolución industrial para ti.

—Y, para finalizar, profesionalmente, ¿dónde se ve usted dentro de, por ejemplo, dos o tres años?

—Cambiando el mundo.