Afortunadamente: Sesenta años de un álbum

Su argumento es sencillo, guiado por el principio de la repetición y del “doblar la apuesta” (una “huida hacia adelante” que bebe de la tradición cinematográfica: el cine mudo burlesco, la comedia loca, el suspense humorístico de las películas de Alfred Hitchcock…): Ned, un hombre de edad indeterminada, especie de adulto/niño, recibe una invitación para asistir a una fiesta sorpresa y deberá emprender un viaje para llegar hasta ella.

A partir de ese momento se desata la carrera, por tierra, mar y aire, de Ned. Dicha carrera será conducida por un principio binario: golpes alternativos de buena y de mala suerte: afortunadamente, un amigo le presta una avioneta para el viaje. Desafortunadamente, el motor de la avioneta explota. Afortunadamente, la avioneta tiene un paracaídas. Desafortunadamente, el paracaídas tiene un agujero… El paroxismo cómico (que pauta el crecimiento de la expectativa y la carcajada del lector) sigue el ritmo de esta pareja de adverbios modales, con sus avatares insólitos, y de un cromatismo marcado por la luz de colores planos y brillantes  (dobles páginas solares: rosa, celeste, verde hierba…) frente a las dobles páginas grises (nubarrones velando el sol).

Charlip dispuso un dibujo esquemático, frontal, que permitía seguir el movimiento fluido de las figuras (caídas, persecuciones, cambios de superficie). El álbum es un alarde dinámico, con uso maestro de los ejes vertical y horizontal y del enlace de la palabra y la acción. El ritmo vertiginoso del azar conduce a protagonista y a lector hasta desembocar en un final disparatado que, sin embargo, como ocurre en toda buena comedia, ya estaba preanunciado desde el comienzo, en la propia invitación (que adelantaba su condición de sorpresa). El arte juega con las leyes del acontecer con absoluto desparpajo.

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Autor: Remy Charlip. Título: Afortunadamente. Editorial: Lata de Sal. Venta: Todostuslibros.