Charles Bukowski, manual de iniciación (I)

Imprescindible guía cronológica para no perderse en el laberíntico entramado del universo bukowskiano. La reseña, concisa y crítica, de los 57 libros publicados hasta la fecha, desde sus poemarios más líricos hasta sus relatos más escabrosos y obscenos, invita a la (re)lectura de sus clásicos y al descubrimiento de obras en teoría menores. Enlazando lo biográfico con lo literario, se destacan sus creaciones y citas más conocidas, la acogida en los medios y, sin pasar por alto los peligros de la fabulación bukowskiana, un sentido del humor incombustible: el lector da así un paso de gigante para conocer mejor la sensibilidad y el calado del hombre detrás de la máscara.

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57 libros en 57 años. La creatividad colosal, casi desproporcionada, de Bukowski es asombrosa se mire como se mire: más de 5.500 poemas, casi 1.000 composiciones en prosa y seis novelas durante un periodo de más de cinco décadas. A ese total habría que añadir unos 500 poemas perdidos en la década de los sesenta, el equivalente a las Obras Completas de más de un autor. Para tratarse de un escritor polémico y provocador que iba de borrachera en borrachera, fue más que prolífico. Escribir era su sostén, su enfermedad. Parte de esa producción literaria era mediocre, una especie de ejercicio para dar con su obra más inspirada, pero cuando Bukowski estaba en estado de gracia tenía una habilidad única para exprimir y extraer la magia de lo cotidiano con una simplicidad inusitada que nos toca en lo más hondo y nos deja sin palabra. Cientos de escritores en ciernes han intentado sin éxito emular su estilo en apariencia desmañado y descuidado.

Para bien o para mal, Bukowski no tenía tiempo para metáforas rebuscadas, sinécdoques ni pentámetros yámbicos. Estaba tan ocupado con “el siguiente verso” que no editó ninguno de los 57 libros reseñados a continuación. Su editor de la toda vida, John Martin, se encargó de seleccionar, ordenar y revisar el material que publicó en el sello Black Sparrow Press. Bukowski repasaba las galeradas, daba el visto bueno a todos los proyectos y Martin los publicaba. En general, Bukowski no se mostraba disconforme con las decisiones de Martin, salvo en el caso de Mujeres, cuando se opuso frontalmente a los cambios estilísticos de Martin: “Mi obra es abrupta y tosca, la quiero así, no la quiero pulida”. Se publicó de inmediato una segunda edición con el texto original de Bukowski.

Los cambios estilísticos absurdos no son el único problema que plagan el universo bukowskiano. Existen numerosos mitos sobre el autor y su obra, muchos de ellos alimentados por el propio Bukowski, a quien le encantaba desdibujar la línea que separa la realidad de la ficción. Mucho antes de que la cultura de la cancelación irrumpiese en nuestras vidas, ya se le había acusado de cerdo machista, pero se trataba de un error común que nacía de la lectura de fragmentos de Mujeres y El amor es un perro del infierno. Esos dos libros son una parte minúscula de la obra total de Bukowski. Otras acusaciones tajantes, como que era un sátiro borracho, un mecanógrafo sin talento, el Shakespeare de las alcantarillas o el hazmerreír de la poesía, no eran más que una parte insignificante y tergiversada de la realidad. Para entender de veras a Bukowski no basta con echar un vistazo a unas cuantas citas o fragmentos populares en Internet que, en ocasiones, ni siquiera son suyos. Leer los 57 libros que siguen supondría un reto nada desdeñable; para comprender mejor quién era Bukowski sería suficiente sumergirse en Los días corren como caballos salvajes por las montañas, Ruiseñor, deséame suerte, Erecciones, eyaculaciones, exhibiciones, Factótum, La senda del perdedor y Poemas de la última noche de la Tierra.

Errores comunes aparte, 30 años tras la muerte de Bukowski su sombra todavía es alargada, muy a pesar de sus furibundos detractores sensacionalistas. Traducido a más de 20 idiomas y con millones de ejemplares vendidos en todo el mundo, las ventas de sus libros son regulares y fiables: cada año se venden más de 10.000 ejemplares de Bukowski esencial en Estados Unidos, una cifra asombrosa para un poemario en estos tiempos digitales que corren. La recepción crítica también es digna de mención: más de 1.000 libros y artículos, por no hablar de las reseñas en Internet, así como casi 200 inclusiones en antologías, algunas incluso académicas. No está mal para el autoproclamado bardo borrachuzo de los débiles y oprimidos.

No es fácil determinar la popularidad de Bukowski en una época en la que los libros nuevos de casi cualquier autor se olvidan se olvidan en cuanto se publican, pero la obra de este alborotador y polemista incorregible sigue emocionando a las generaciones más jóvenes. Una de sus citas más conocidas apela sin ambages al espíritu contestatario de la juventud: “Estamos aquí para desaprender las enseñanzas de la iglesia, el estado y el sistema educativo”. Bukowski, con casi 70 años entonces, concluye el ensayo con una declaración de principios que comulga tanto con las nuevas generaciones como con los lectores más resabiados: “Estamos aquí para vivir tan de puta madre y reírnos de los obstáculos en el camino que la muerte temblará de miedo cuando venga a por nosotros”. No es de extrañar que sus libros figuren entre los más robados en las librerías, quizás un dato poco fiable para quienes han superado a Bukowski o nunca les hayan gustado sus versos. Y, sin embargo, existe una inagotable e innegable demanda por su obra ya que sus 57 libros siguen en catálogo.

Tres décadas tras su muerte, no hay quien ponga freno al viejo verde por antonomasia de las letras norteamericanas.

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1.- Atrapa mi corazón en sus manos, Loujon Press, 1963 [publicado en parte en Arder en el agua, ahogarse en el fuego, Visor, 2015]

El origen de la mitología y la leyenda underground: casi todos los editores descubrieron a Bukowski aquí. Jon y Louise Webb editaron e imprimieron a mano, sin apenas medios, los 777 ejemplares de este primer hito, gracias en parte al ojo avizor de Jon Webb, quien escogió los mejores poemas escritos entre 1955 y 1963. Considerada una obra maestra repleta de pinceladas líricas, tan escasas en obras posteriores. Descarnada y poética, incluso con elementos surrealistas, Henry Miller y otros escritores la pusieron por las nubes. El crítico William Corrington aseguró que los poemas eran “el habla reproducida en papel”. Se le comparó a Baudelaire, Rimbaud, W.C. Williams, Céline y Artaud. Imprescindibles: “La tragedia de las hojas”, “Anciano, muerto en una habitación”, “Los gemelos.”

2.- Crucifijo en una mano inerte, Loujon Press, 1965 [publicado en parte en Arder en el agua, ahogarse en el fuego, Visor, 2015]

Otra fastuosa edición de mano de los Webb. A diferencia de Atrapa mi corazón, casi todos los poemas eran nuevos; Bukowski los escribió durante un caluroso mes en Nueva Orleans. Años después, diría que no representaba lo mejor de su obra. Aun así, Miller sostuvo que Bukowski era “uno de los pocos poetas actuales que me gustan, es el sátiro por excelencia del underground”. Un auténtico sacrificio en nombre del arte que hizo famoso a Bukowski en el mundillo literario alternativo. Imprescindibles: “Algo para los revendedores, las monjas, los tenderos y para ti”, “Número 6”, “Ellos, todos ellos, lo saben” y el poema homónimo.

3.- Entre la calle del Terror y el paseo de la Agonía, Black Sparrow Press (BSP), 1968 [publicado en parte en Arder en el agua, ahogarse en el fuego, Visor, 2015]

Cuenta la leyenda que John Martín fundó la ya mítica Black Sparrow Press para dar a conocer la obra de Bukowski. Tras varios pliegos poéticos iniciales, Entre la calle del Terror supuso el primer libro de BSP. Fue entonces cuando se selló la “alianza contra natura”, como la llamara Bukowski. La mayoría de los poemas eran descartes de proyectos anteriores y, aunque Bukowski los daba por perdidos porque no tenía copias de los originales, el poeta John Thomas los rescató de unas grabaciones caseras. Un primer intento un tanto fallido por dar a conocer la voz única de Bukowski. Imprescindibles: “Historia verídica”, “He conocido a un genio”, “John Dillinger y Le Chausseur Maudit”.

4.- Escritos de un viejo indecente, Essex House, enero 1969 [Anagrama, 1978]

Este libro y el siguiente lanzaron a Bukowski al estrellato en las editoriales independientes y lo convirtieron en el indiscutible Rey del Underground. Como efecto secundario no deseado, el FBI comenzó a controlar sus actividades y publicaciones. Martin (BSP) y Donald Allen (Grove Press) intentaron hacerse con los derechos, pero Essex House le ofreció más dinero a Bukowski. Compuesto de 42 columnas tituladas “Escritos de un viejo indecente”, tachadas de “ofensivas hasta lo insospechado” por parte de los críticos y con visos desternillantes sobre la tragicomedia sexual de la vida, el libro fue un éxito inesperado ya que los 28.000 ejemplares de la primera tirada se agotaron en pocos meses. Se tradujo al alemán al año siguiente y obtuvo reseñas favorables en los principales periódicos. Tras quedarse descatalogado, City Lights lo relanzó en 1973. Imprescindibles: los pasajes sobre la “Actitud del Hombre Congelado” y su amigo del instituto Calvo M.

5.- Los días corren como caballos salvajes por las montañas, BSP, diciembre 1969 [Visor, 2014]

Para muchos, el mejor poemario de Bukowski. Presentado por el bibliógrafo Sanford Dorbin y Martin como una exposición retrospectiva de los poemas más conseguidos publicados en las revistas alternativas. Sensible y lírico, con algunas imágenes de tipo duro para hacerlo más accesible al lector de a pie. Una ráfaga de adrenalina vitalista que hizo que Martin dijera que Bukowski era un “Whitman contemporáneo que se la jugaba con versos largos y extravagantes”. Sin olvidar la icónica portada de Barbara Martin, el biógrafo Howard Sounes declaró que era un “hito insuperable”. Apenas un mes después de publicarse, los críticos calificaron a Bukowski de “leyenda americana”, y Jean-Paul Sartre y Jean Genet aseguraron que era “el mejor poeta de América” en Los Angeles Times, aunque se trataba de una cita apócrifa. Imprescindibles: “Como el gorrión”, “Estas cosas”, “Para Jane: con todo mi amor, que no bastó”, “Un poema es una ciudad”, “Cisne de primavera”.

6.- Cartero, BSP, 1971 [Anagrama, 1983]

Tras un par de intentos fallidos (Un lugar donde pasar la noche y De cómo aman los muertos), Martin instó a Bukowski a que escribiera su primera novela ya que intuía que se vendería incluso mejor que la poesía. Poco antes, Martin le había prometido un cheque vitalicio de 100 dólares mensuales, escribiera o no, para que dejara el trabajo en Correos y se dedicase a la creación a tiempo completo. Ante la perspectiva desoladora de quedarse sin blanca, Bukowski acabó Cartero en tiempo récord: “Escribí la novela en 20 noches armado de una botella de whisky, puros y música sinfónica en la radio. Fue fácil”. Este relato ameno y enérgico sobre las desventuras de su álter ego Henry Chinaski como funcionario de Correos, con capítulos cortos y un ritmo apabullante que recordaba a Dos Passos y a su admirado John Fante, se convirtió en un éxito de culto nada más publicarse. El escritor Don Carpenter firmó un guion basado en Cartero, pero la película no llegó a rodarse. Imprescindibles: las escenas con Joyce.

7.- Erecciones, eyaculaciones, exhibiciones / La máquina de follar, City Lights (CL), abril 1972 [Anagrama, 1978]

El Bukowski más provocador, en estado salvaje: 500 páginas de cuentos sórdidos, depravados y angustiantes sobre necrofilia, pedofilia y encuentros sexuales extraños recogidos de la prensa underground y las revistas eróticas. La fotografía en primer plano de un Bukowski desfigurado por el acné ya presagiaba un desasosiego generalizado. No es de extrañar que Martin, un devoto miembro de la Ciencia Cristiana, se desentendiera de este proyecto y permitiese que Lawrence Ferlinghetti abanderase la imagen más impúdica de Bukowski. Este volumen, con “¡lo más salvaje desde Bocaccio y Swift!”, tal y como Bukowski asegurara con orgullo, es un cóctel exultante de contenido transgresor y cavilaciones entretenidas sobre la condición humana para, como diría Gogol, acabar llorando de risa. Storie di Ordinaria Follia, dirigida por el italiano Marco Ferreri, se estrenó en 1981 sin pena ni gloria. Imprescindibles: “La gran boda zen”, “Quince centímetros”, “La máquina de follar”, “Vida y muerte en el pabellón de caridad”, “El maníaco”, “Animales hasta en la sopa” (el favorito de Bukowski).

8.- Ruiseñor, deséame suerte, BSP, June 1972 [Visor, 2013]

De lo mejor de Bukowski, a la altura de Los días corren. Tal y como dijera Martin, “es uno de mis libros favoritos, es como un relámpago, puro y perfecto”. Un volumen breve con poemas incombustibles (la mayoría recientes) con versos más cortos de lo habitual en los que Bukowski se adentra en un territorio más narrativo con absoluta despreocupación. Tanto es así que un crítico sostuvo que “es tan técnico que te hace creer que no tiene técnica alguna”. Bukowski en estado de gracia. Imprescindibles: “El ruiseñor”, “Lluvia”, “Estilo”, “Vaya hijos de puta”, “El cordón”, “Otra academia”, “Si valoramos” [“y entonces, / el amor de nuevo / como un tranvía que dobla la esquina / puntual”].

9.- Se busca una mujer, BSP, 1973 [Anagrama, 1979]

Tras el éxito de Cartero, Martin sabía a ciencia cierta que la prosa se vendía considerablemente mejor que la poesía, por lo que escogió una serie de relatos convencionales y apacibles para llegar a un público más amplio. En “Cojones”, Bukowski explica con toda naturalidad su afinidad con los marginados: “Siempre he admirado al villano, al fuera de la ley, al cabronazo. No aguanto al típico chico bien afeitado, con su corbata y un buen trabajo. Me gustan los hombres desesperados, hombres con los dientes rotos y mentes rotas y personalidades rotas […] No me gustan las leyes, ni los principios, las religiones o las reglas. No me gusta que la sociedad me moldee”. Aunque el libro fue bien recibido, la revista Margins publicó una reseña negativa enmarcada en un rectángulo negro, a modo de necrológica, y pronto corrió el rumor de que Bukowski había muerto. Imprescindibles: “Maja Thurup,” “Esto fue lo que mató a Dylan Thomas”, “Todos los ojos del culo del mundo y el mío”, “Confesiones…”.

10.- Arder en el agua, ahogarse en el fuego, BSP, 1974 [Visor, 2015]

Martin rescató para la ocasión los mejores poemas de Atrapa mi corazón, Crucifijo y Entre la calle del Terror, e incluyó material reciente como una introducción del propio Bukowski. Los poemas nuevos del último apartado apenas guardan parecido con el estilo lírico y surrealista de los inicios, con un claro enfoque en lo narrativo, el diálogo y la realidad inmediata. Para muchos, un clásico. Imprescindibles: “Los basureros”, “Mal rollo con Spain”, “El pescador”, “Algunas personas” [“algunas personas nunca se desmadran. / qué pena / de vidas”].

11.- Factótum, BSP, 1975 [Anagrama, 1980]

Financiado con una ayuda institucional de 5.000 dólares, Factótum está compuesto de una serie de episodios hilvanados por un lenguaje de una simplicidad fascinante. Bukowski relata el tour de force que supuso su época de vagabundeo por el país, cuando le despedían de trabajo tras trabajo sin miramientos. Sin perder ni un ápice de su sentido del humor, Bukowski muestra con contundencia su aversión a la ética laboral de 9 a 5, lo cual, según el New York Times Book Review, hacía de él “más un profeta que un cascarrabias”. Una novela picaresca de antihéroes en pleno siglo XX. Factótum, dirigida por Bent Hamer y protagonizada por Matt Dillon, pasó desapercibida en 2005. Imprescindibles: los pasajes sobre las persianas y Wilbur Oxnard.

12.- El amor es un perro del infierno, BSP, 1977 [Visor, 2010]

Bukowski saltó al estrellato nacional después de que la revista Rolling Stone le dedicara un perfil biográfico en 1976. Entre otros detalles jugosos, los lectores supieron que Bukowski era la viva reencarnación de W.C. Fields y que había aprendido el arte del cunnilingus a los 50. Casi todos los poemas eran nuevos y reflejaban el espíritu más libertino y dionisíaco de Bukowski. Como el apartado final de Arder en el agua, el tono era menos lírico y más narrativo y cargado de contenido sexual. Acabó convirtiéndose en el poemario de mayor éxito editorial de BSP. Se hizo más popular si cabe tras la lectura hipnótica de “La hora de la verdad” por parte del cantante de U2 en el documental Born Into This. Imprescindibles: “Por el limpiabotas”, “Un poema casi inventado”, “¿Quién coño es Tom Jones?”, “La hora de la verdad” [“el sistema educativo nos dice / que triunfaremos / por todo lo alto // pero no nos cuenta nada / sobre las cloacas / ni los suicidios”].

13.- Mujeres, BSP, 1978 [Anagrama, 1981]

A pesar de algunos cambios estilísticos poco afortunados por parte de Martin, Bukowski estaba tan complacido con Mujeres que dijo que “sería el libro definitivo. Habrá disturbios en las calles, etc.” Aunque la mayoría de los críticos concidió en que era lo mejor que había escrito hasta la fecha, algunos sectores se ensañaron con Bukowski y lo acusaron de machista por unos cuantos pasajes que consideraron denigrantes para las mujeres. Mofándose de sí mismo, en la novela Bukowski narra las proezas y desventuras sexuales con varias mujeres que claramente llevan la batuta, tanto que a veces parece un pelele redomado. El libro fue un éxito inmediato ya que los 8.000 ejemplares iniciales se agotaron en 30 días; con el tiempo, acabaría convirtiéndose en el mayor éxito de ventas en prosa de BSP. Se rumoreó que Paul Verhoeven (Instinto Básico) dirigiría la versión cinematográfica, pero el proyecto no cuajó. Imprescindibles: el diálogo y la conocida cita sobre la bebida: “Si pasa algo malo, bebes para olvidarlo; si pasa algo bueno, bebes para celebrarlo; y si no pasa nada, bebes para que pase algo”.