El mito de Alceste

En el libro, el autor presenta a Alicia Berenson, artista, acusada de haber asesinado a su marido disparándole varias veces en el rostro, cuando se encuentra recluida en un centro psiquiátrico de seguridad donde se ha negado a emitir palabra alguna durante el tiempo de su confinamiento. Allí la encuentra Theo Faber, que ha removido cielo y tierra hasta lograr su traslado para poder tratar a esta mujer cuyo caso le obsesiona desde hace años, logrando que el lector se pregunte desde las primeras páginas qué sucede bajo la superficie del terapeuta para tener tanto interés en Alicia. Y es que todo está orquestado en esta novela para que el lector tenga sospechas de cada uno de sus personajes. Por eso aparece el cuadro pintado por Alicia, Alceste, quien según la mitología es una mujer que tomó el lugar de su marido para librarle de ir al inframundo siguiendo las reglas de Hades, quien decide regresarla al mundo mortal encontrándose con que ella no vuelve a hablar. El paralelismo entre la obra y la novela es evidente, y es tarea del lector interpretarlo mientras sigue las voces de los dos protagonistas que irán arrojando luces y sombras en la historia hasta la gran resolución final.

Más cerca de la novela de misterio que del thriller, la Michaelides explora la mente de los personajes más allá que los hechos acaecidos, partiendo de un muerto en la primera página para entrelazar la voz del terapeuta con el diario de la paciente, en un juego de palabras poco fiables y pistas camufladas para dar la solución más obvia, en la que muchos lectores no habían caído.

El éxito de una novela policíaca no suele residir tanto en la sorpresa final como en la lógica del desenlace, ya que es fácil sacrificar la historia buscando el giro fantástico; pero Michaelides lo evita al proporcionar una lectura que fragua a fuego lento una revelación capaz de dejar satisfechos a todos. Encontramos en ella eco de novelas como Los renglones torcidos de Dios y ese juego de cordura o locura limitada nombrada por los propios pacientes y extensible a cualquier personal del centro mental que en este caso se ve amplificada por las descripciones detalladas que logran que Alicia mute en la famosa creación de Eurípides: misteriosa e inalcanzable. En contra del terapeuta receptor que no se expone, Theo es quien juega a mostrarse en forma de uno de esos narradores poco fiables que han invadido las novelas de misterio para poder jugar mejor con sus lectores.

Todo este trabajo de compresión y ensamblaje en una primera novela hizo que no pasara desapercibida para público y crítica, ya que, pese a que no puedo ni quiero revelar aquí el gran truco, se mantuvo dentro de la historia logrando hacer sencilla una trama que, analizada punto por punto está llena de aristas y complejidades, siendo este el mayor mérito de la novela.

Michaelides deja con La paciente silenciosa una historia ágil que, sin recurrir a lo que ahora llaman trepidante, engancha desde las primeras páginas. Perfecta como lectura estival.

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Autor: Alex Michaelides. Título: La paciente silenciosa. Traductora: Laura Manero Jiménez. Editorial: Alfaguara. Venta: Todostuslibros.