El experto en desafíos tecnológicos Diego Hidalgo Demeusois publica un ensayo en el que ofrece cincuentas vías para repensar el futuro digital. A partir de ejemplos sacados del día a día, el autor muestra las paradojas de nuestro mundo hiperconectado.
En este making of Diego Hidalgo Demeusois el autor rememora los motivos que le llevaron a escribir Retomar el control (Catarata).
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Las consecuencias del sobreuso de los smartphones por parte de los adolescentes es un tema candente en los medios de comunicación y se ha convertido en objeto de debate político. El deterioro profundo de la salud mental de los jóvenes y su relación cada vez más demostrada con la hiperconexión son los principales factores que han despertado las conciencias al respecto.
Veinticinco años después, este sigue siendo el motor principal que me ha llevado a publicar mi nuevo libro: Retomar el control: 50 reflexiones para repensar nuestro futuro digital. Una obra escrita en pocos meses, ante un sentimiento de urgencia, apoyada en los estudios más recientes en la materia, pero que debe mucho a estas más de dos décadas en las que llevo tratando de responder a esta pregunta.
Cuando en 2006 llegué a la Universidad de Cambridge para estudiar Sociología, me llamó la atención constatar hasta qué punto casi todos los alumnos estaban conectados a una plataforma llamada Facebook. Esta había nacido solo un par de años antes y nadie la conocía fuera del mundo anglosajón, pero tuve la intuición de que la forma en la que se inmiscuía en las relaciones entre las personas en esa burbujita estudiantil iba a extenderse y conmocionar a la sociedad en su conjunto. Esto me llevó a realizar lo que creo que fue uno de los primeros trabajos sociológicos sobre las redes sociales.
Estuve a punto de dedicarle un doctorado, pero tuve otras dos intuiciones: por un lado, muchos trabajos puramente académicos suelen perderse una parte de la realidad, la cual se palpa mediante experiencias personales y profesionales concretas. Por otro, la producción académica se queda muchas veces confinada en el mismo mundo académico. Por estas razones me propuse, primero, montar una empresa relacionada con el mundo digital; segundo, escribir persiguiendo un rigor cercano a lo académico pero dirigiéndome a un público más amplio.
Siguieron, pues, unos años dedicados al emprendimiento, de los que podría destacar tres enseñanzas clave, que nutrieron mis posteriores publicaciones.
Primero, es posible usar la tecnología para unir a las personas. La plataforma que fundé, Amovens, tiene como propósito juntar a los usuarios para que hagan un uso más eficiente de su coche. Su modelo no se basa en captar su atención o desconectarlos del mundo físico, sino lo contrario.
Segundo, mantenemos una relación absolutamente asimétrica con los tres o cuatro gigantes tecnológicos cuyas normas rigen gran parte del mundo digital. Aunque la sufrimos todos, resulta más difícil notarla de manera consciente como usuario final, ya que sus verdaderos clientes son las otras empresas. Como emprendedor, viví esta vulnerabilidad en mi propia piel.
Tercero, la presión que soporta un emprendedor y el ambiente competitivo lo enfrentan a constantes tentaciones para crecer más rápidamente, incluso cuando el propósito general de una empresa es loable. Ante esto resulta inverosímil la autorregulación de las compañías y debe existir un marco legal robusto que las ponga a todas en pie de igualdad.
Tras una década en el mundo empresarial, llegó el momento de plasmar mis tesis sobre cómo la tecnología digital impactaba al ser humano y la sociedad. En 2021 publiqué mi primer libro, Anestesiados, resultado de tres años de una labor esencialmente solitaria. En él mostraba cómo tendemos a ser menos libres frente a una tecnología cada vez más invasiva, que controla no solo nuestra atención sino también nuestro tiempo y nuestras elecciones. Este libro abría una reflexión sobre el lugar reservado al ser humano en un mundo en el que la tecnología es susceptible de reemplazarlo en casi todos los aspectos de su existencia y de tomar decisiones por él.
Su acogida por el público me abrió las puertas a muchos foros de reflexión sobre estos temas, que todavía no estaban sistemáticamente en el foco mediático. Anestesiados me permitió trasladar la reflexión que planteaba a otros terrenos y alcanzar otros públicos, tal vez menos propensos a leer un libro en su totalidad, mediante conferencias, artículos, intervenciones en los medios y diversas iniciativas como el Manifiesto OFF. Este camino me ha permitido conocer a muchas personas críticas del despliegue tecnológico actual desde distintas perspectivas.
Este recorrido es el que me ha llevado a escribir Retomar el control, una obra que nace de la interacción con la sociedad civil, asociaciones, expertos, pensadores y que, en este aspecto, se aleja de la cueva desde la cual escribí Anestesiados. Un libro escrito ante la convicción de que es imperativo actuar rápidamente, una urgencia evidenciada tanto por el despliegue acelerado de la Inteligencia Artificial —el cual promete afectar el futuro de nuestra especie de forma absolutamente transversal como ninguna otra fuerza lo ha hecho antes— como por las vertiginosas transformaciones psicológicas que han tenido lugar en la última década y que afectan cada vez a una proporción mayor de la población, especialmente a los jóvenes. Este volumen, compuesto por 50 reflexiones breves, pretende que el lector encuentre en sus páginas suficientes argumentos para repensar los límites que conviene imponer a la tecnología digital , asegurando que esta permanezca al servicio de lo humano, y no al revés.
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Autor: Diego Hidalgo Demeusois. Título: Retomar el control. Editorial: Catarata. Venta: Todostuslibros.
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