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Fantasía destilada

La autora británica Katherine Rundell ha escrito un libro juvenil de fantasía con muchos ingredientes de los clásicos del género. Eso no significa que se vaya a convertir en un clásico, pues solo el tiempo concede esa gracia. Con las características de un clásico me refiero a ser un libro que se podía haber escrito hace treinta años, o dentro de treinta años. Una novela que no va de moderna sino de eterna. Además, trata la fantasía en el sentido más puro y no intenta enseñar nada, siendo mucho lo que enseña.

Que sea un libro esencialmente literario y de fantasía me parece ya de por sí suficiente motivo para recomendarlo a todo lector joven, pues su lectura crea la magia de la ficción en unas edades (yo lo recomendaría para niños de diez a catorce años) esenciales para convertirse en lector. Porque para ser lector en la edad adulta pienso que es necesario encender de joven ese interruptor que está escondido en algún lugar de la mente, un interruptor que solo se activa mediante la inversión total en mundos ficcionales que trascienden el tiempo de lectura. No hablo del amor, pero aun así, quien lo probó lo sabe. No hay muchos libros con tal capacidad, y pienso que Criaturas imposibles puede ser uno de ellos.

"Describe decenas de especies que la autora ha tomado de las mitologías más variadas, desde la grecolatina a la persa y por supuesto la germánica"

Rundell crea un mundo dentro de nuestro mundo. Nuestro planeta estaba frecuentado por criaturas fantásticas: centauros, grifos, dragones… pero la expansión de los humanos provocó que todos ellos tuvieran que recluirse en un lugar inaccesible y mágico llamado el Archipiélago, que, como su nombre indica es un grupo enorme de islas donde las criaturas y algunos humanos viven pacíficamente sustentados por el Grimor, la magia que sustenta y protege esa reserva natural. Pero algo extraño le está sucediendo al Grimor, y aquel lugar mágico comienza a presentar signos de decadencia. Mel y Christopher, una niña y un adolescente, tendrán que pasar por una serie de peripecias para salvar el Archipiélago y, ya de paso, el mundo entero.

La novela sigue la estructura tradicional de «la búsqueda» (más reconocible como the quest) con elementos del viaje del héroe: un grupo de personajes que viajan con un objetivo preciso y mientras tanto el héroe que va con ellos adquiere conciencia de su ser verdadero. El periplo de isla en isla les permite conocer y tratar a la larga lista de seres mágicos existentes. Pienso que ese es el aspecto más original de libro, pues describe decenas de especies que la autora ha tomado de las mitologías más variadas, desde la grecolatina a la persa y por supuesto la germánica. El libro, de hecho, está introducido por un breve bestiario ilustrado con numerosos seres y sus características principales.

Hace dos años, la autora publicó The Golden Mole and Other Living Treasure, otro bestiario ilustrado, aunque esta vez de seres reales que fascinan a la autora: pangolín, jirafa, lémur o el propio topo dorado que aparece en el título. Me parece que ambos libros tienen un mismo sentir. Ciertamente, más ficticio parece el narval que el unicornio.

"Cuando una novela tiene una utilidad concreta pierde su utilidad real. Criaturas imposibles no transmite valores, pero sus valores son los eternos de la literatura"

Esto nos hace buscar ideas medioambientales en la novela, e incluso una lectura alegórica. Sin negar la mayor, Rundell parece lo suficientemente inteligente como para dejar al lector entender el mensaje que desee. Pienso que no hay peor veneno para la literatura que la moralina o la intención, y no significa que los narradores deban ser jarrones vacíos, sino todo lo contrario. En este campo concreto tenemos grandes ejemplos de autores defensores del medio natural en sus vidas y en sus creaciones, pero muy elegantes en su desarrollo narrativo, como J. R. R. Tolkien, Hayao Miyazaki o nuestro propio Miguel Delibes. Rundell está en la misma línea.

De hecho, me gusta de este libro que no intenta enseñar nada, ni es educativo o, peor aún, «formativo», un defecto en el que caen muchos libros infantiles y juveniles, como si los niños fueran tontos. Cuando una novela tiene una utilidad concreta pierde su utilidad real. Criaturas imposibles no transmite valores, pero sus valores son los eternos de la literatura. Tampoco enseña nada, pero enseña lo más importante: la importancia de la imaginación y el ensoñamiento. Nos hace creer en la magia y nos saca de la realidad en que vivimos. ¿Qué más le podemos pedir a un relato? Esta es una novela que me hubiera gustado haber tenido entre mis manos a los once años.

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Autor: Katherine Rundell. Título: Criaturas imposibles. Traducción: Isabel Murillo Fort. Editorial: Destino. Venta: Todos tus libros.

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