Hay lugares que esconden historias olvidadas entre los mármoles y los asuntos. El antiguo Hotel Regina, en Puerta del Mar, era uno de los pocos hoteles de Málaga cuando en Málaga no había hoteles. Hoy, convertido en una gris oficina, conserva un patio señorial en el que suelo colarme para imaginar entre las columnas los pasos de mi abuelo, lo que es algo así como imaginarse a uno mismo en otros tiempos.
Un día de guerra llegó al hotel una periodista noruega diminuta. Se llamaba Gerda Grepp y acompañaba al escritor Arthur Koestler. La caída de la ciudad era inminente y ambos aterrizaron entre el caos portando un salvoconducto facilitado por Mihail Koltsov, el hombre de Stalin en Madrid. Koestler se fue al frente, entonces en Marbella, buscando probar la presencia de fascistas y nazis ayudando a Franco. La misión pudo más que la caballerosidad: el húngaro dejó a Gerda abandonada por el camino y la nórdica tuvo que andar más de 25 kilómetros hasta Fuengirola, en un preludio a la caminata mortal que se desataría poco después.
En sus crónicas, la reportera habla de una ciudad hambrienta y harapienta, donde solo hay para comer naranjas y caracoles, por lo que mi abuelo, cocinero del Regina, elaboraría menús a base de imaginación y hambre. Me pregunto si se cruzaron en el patio del hotel. Quizás nunca coincidieron. O quizás sí. Quizás la noruega contempló al trabajador con su habitual curiosidad periodística. Quizás mi abuelo alucinó al encontrarse a una mujer tan diferente, una mujer capaz de cruzar el mundo sola y de llevar pantalones, nada más y nada menos.
La cosa es que nunca lo sabremos, y que mientras Koestler se escondía en la casa de Sir Peter Chalmers, Gerda salía de Málaga por la única carretera que las tropas nacionales habían dejado libre al cercar la ciudad. Avergonzada por el privilegio de huir en coche, se lamentó de la muerte que dejaba tras ella: «Una se siente cobarde cuando toda una ciudad se queda, sabiendo que muchos de ellos van a morir».
Mi abuelo tenía un carnet de la UGT y por eso, por el miedo que daban los moros, huyó en desbandada junto a miles y miles de malagueños. Es posible que echase a correr después de ver la mirada triste de la periodista tras los cristales del auto que partía. Nunca lo sabremos. La historia de Gerda ha merecido un libro y es una de las voces del documental Caleta Palace. La historia de mi abuelo, como la de tantos otros malagueños, sigue pendiente de ser escrita.
——————————
Arthur Koestler. Nuestro hombre en España, Jorge Freire. Alrevés editorial, 2017.
Mi casa de Málaga, Sir Peter Chalmers-Mitchell. Renacimiento, 2010.
En el frente. Gerda Grepp y la guerra civil española, Elisabeth Vislie. Plankton Press, 2024.
Caleta Palace (2023), de J. Hergueta. Documental sobre la guerra civil en Málaga.
Zenda es un territorio de libros y amigos, al que te puedes sumar transitando por la web y con tus comentarios aquí o en el foro. Para participar en esta sección de comentarios es preciso estar registrado. Normas: