Inicio > Firmas > Decíamos ayer > Simpatía por el pacú, de David Gistau

Simpatía por el pacú, de David Gistau

Simpatía por el pacú, de David Gistau

Heredero de la mejor tradición del columnismo español, David Gistau se convirtió en símbolo de una nueva generación de periodistas que renovaron la profesión en las primeras décadas de este siglo. Desde las páginas de El Mundo y ABC, dejó constancia de su exquisito estilo literario, su fino sentido del humor y su portentosa capacidad para convertir la anécdota en un asunto trascendente, como demuestra en este artículo.   

******

Habrán visto la foto del pacú capturado en Suecia. Es un bicho feo, semejante a la piraña, pero con una inquietante dentadura como de humano fumador por lo que parece el resultado del conjuro de una bruja. Un señor bajito con branquias y mal carácter, el pacú. Se diría que está a punto de exponer la teoría del hombre blandengue de El Fary.

El pacú tiene una fijación mental que lo hace singular entre todos los comportamientos de la fauna. Posiblemente se trate de una obsesión de origen freudiano, pero en esto no quiero ahondar, porque mis conversaciones con pacús son demasiado escasas como para atribuirles un paradigma psicológico. El caso es que el pacú tiene la manía de morder los testículos de los seres humanos. De hecho, y en esto se parece a la muñeca hinchable, la evolución natural ha ido transformándole la boca para que tenga la forma y el perímetro perfectos para la ingestión de un cojón. Así que ahí va el pacú, con virtudes de carrilero, por las cuales esta temporada yo le encomendaría sin dudarlo el marcaje a Neymar. Pagaría algo por leer un informe médico del Fútbol Club Barcelona en el que se explicara que el jugador permanecerá tres semanas «apartado de los entrenamientos» después de la extirpación de un pacú que de niño admiraba a Míchel Salgado.

"En su relación con el poder, cada vez es más frecuente encontrar periodistas dispuestos a formar la escolta retozona de delfines"

Habrá mujeres que descubran en el pacú la herramienta de algún tipo de venganza contra un adúltero. Con esta excepción, lo lógico sería que el pacú enterneciera a pocas personas, sobre todo a las que se hallan en posesión de testículos. Sin embargo, y en relación con el modo de entender mi oficio, en el pacú veo tal lección de dignidad que consideraría lograda toda mi carrera sólo con que me fuera impuesto como apodo el nombre de este pez menospreciado. Si nuestra vida pública fuera como aquella charca, alegórica del Mediterráneo, en la que Platón veía asomadas, como si fueran ranas, las ciudades estado de la Hélade, qué función más honorable tendría el periodista que nadar siempre presto a morder los huevos de todo el que los mojara en ella. Comprendo que esta pretensión es absurda. En su relación con el poder, cada vez es más frecuente encontrar periodistas dispuestos a formar la escolta retozona de delfines. Pero no deberíamos jamás llegar al extremo de que a un cargo al que le hubiera sido encomendada una cuota de poder le faltara su pacú colgando. El pacú es el contrapeso. El pacú es el ganso capitolino. Ya lo dijo Jefferson: «Prefiero pacús sin gobierno que gobierno sin pacús». Los verbos anteriores póngamelos en condicional, porque en realidad vivimos tiempos en que los periódicos corren el riesgo de transformarse en inmensos organismos de servidumbre que disponen hasta de un sistema inmunológico propio que detecta los cuerpos extraños y los elimina.

El otro día fui a comer con un amigo asturiano que planea las citas como si tuviera miedo a ser atacado por un dron. Perdidos en las carreteras de montaña del concejo de Quirós, rodeados, eso sí, por un paisaje impresionante, fuimos a dar con una única casa, extraviada en un risco. Salió de ella, con el torso desnudo y sosteniendo un perro de presa, un hombre que dijo: «el tom-tom me los trae a todos aquí». Todos guiados por el tom-tom a un mismo lugar en el que un hombre sujeta a un perro. Eso, y no el pacú, es el periodismo contemporáneo, al que la evolución sólo conservará los dientes para que los use contra sí mismo.

—————————
Artículo publicado en ABC el 13 de agosto de 2013

5/5 (40 Puntuaciones. Valora este artículo, por favor)
Notificar por email
Notificar de
guest

0 Comentarios
Feedbacks en línea
Ver todos los comentarios
reCaptcha Error: grecaptcha is not defined
  • Una historia de Europa (CIII)

    /
    abril 10, 2025
    /

    A todo esto, ahora que caigo, he olvidado contar cómo iban las cosas en España. Y eso es casi un símbolo de lo que había; o más bien de lo que ya no había, porque lo cierto es que la primera nación en formarse como tal en Europa, la que tuvo al mundo agarrado por las pelotas un par de siglos atrás, en ese final de centuria y comienzo de la siguiente era ya de una patética irrelevancia internacional.

  • La Edimburgo de Muriel Spark y la señorita Brodie

    /
    abril 10, 2025
    /

    Me ha encantado pasear por Edimburgo junto a Muriel Spark y su novela cumbre: La plenitud de la señorita Brodie. Sin embargo, lo que ha sido aún mejor, aunque me cueste admitirlo, es la forma en la que he caído en la gran trampa de la autora sin apenas darme cuenta. Es cierto que empecé a sospechar que algo no iba bien durante las últimas páginas, pero cuando ya era tarde; cuando la mano que se disponía a darme el merecido tortazo estaba ya alzada, a punto de sacudirme la cara. Tortazo que picó bastante. Llevo mucho tiempo convencido de…

    Leer más

  • Ve y dilo en la montaña, de James Baldwin

    /
    abril 10, 2025
    /

    Sexto Piso continúa rescatando la obra del que, según Norman Mailer, fue “uno de los grandes escritores de nuestro tiempo”. En esta ocasión, la novela esconde una honda reflexión sobre el racismo y el papel de doble filo de la religión. En Zenda ofrecemos las primeras páginas de Ve y dilo en la montaña (Sexto Piso), de James Baldwin. *** CONTEMPLÉ EL FUTURO, Y REFLEXIONÉ Sus primeros recuerdos –que en cierto sentido eran sus únicos recuerdos– eran los de la premura y la luminosidad de las mañanas de domingo. Todos se levantaban a la vez ese día; su padre, que…

    Leer más

  • Érase una vez…

    /
    abril 10, 2025
    /

    En este primer volumen, titulado La ciudad de fuego, la historia comienza en el Languedoc-Rosellón, donde se establece la relación entre los protagonistas y fundadores de la saga familiar, a la que la autora quiere convertir en el eje de sus crónicas. Piet y Minou, como se llaman los protagonistas, tienen una vida complicada, ya que la acción transcurre en medio de las Guerras de Religión, que en el siglo XVI enfrentaron a los católicos, decididos a exterminar a los herejes hugonotes, partidarios de las reformas protestantes dentro de la Iglesia Católica. En este libro empiezan a mostrarse las características…

    Leer más