Inicio > Actualidad > Getafe Negro Reúne a Silva, Marlasca y Rendueles

Getafe Negro Reúne a Silva, Marlasca y Rendueles

Getafe Negro Reúne a Silva, Marlasca y Rendueles

Bajo el lema de El nuevo policiaco se hace en Madrid, la decimoséptima edición de Getafe Negro reunió en la mañana del domingo a Lorenzo Silva y Manuel Marlasca en un coloquio celebrado en la librería Vino a por Letras, del Sector 3 de Getafe. Luis Rendueles actuó de moderador.

Silva, puesto a documentar sus trabajos periodísticos, ha acompañado a la Guardia Civil a misiones en el Estrecho e incluso en Afganistán. Marlasca, por su parte, es todo un experto en la Brigada de Policía Judicial de Madrid. “Junto al complejo de la Comisaría General de policía judicial de Canillas, es la sede policial que mejor conozco”. Por eso ha ambientado una buena parte de Tú bailas y yo disparo (Destino, 2024), su primera novela, en el primero de estos centros policiales.

Rendueles —antiguo subdirector de la ya legendaria revista Interviú—, es otro veterano de la crónica negra periodística, tanto en la prensa impresa como en radio y televisión. En su bibliografía hay varias colaboraciones con Marlasca. Mujeres letales (Temas de Hoy 2012) y Una historia del 11-M que no va a gustar (Temas de Hoy, 2012) solo son un par de ellas.

"El mangui, el quinqui, otrora mitificado desde esa teoría que sostiene que los pobres no pueden elegir su destino, no es otra cosa que un mal recuerdo"

Resumiendo: a consecuencia de su actividad periodística y literaria, los tres conocen a los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado como poca gente ajena al servicio de la ley. “Llevo toda la vida entre policías”, recuerda Marlasca. Y bien es cierto que, ya a finales de los remotísimos años 80, era uno de los más destacados cronistas del crimen y los sucesos en los diferentes medios de comunicación.

“La banda del Vaquilla ya no existe, el crimen de nuestro tiempo es global. La droga que entra en Amberes o en Róterdam —España ya ha perdido el dudoso honor de ser la puerta de acceso de la cocaína en Europa— entra por allí porque los Países Bajos y Bélgica son estados fallidos en cuanto a seguridad. El tráfico está en manos de la Mocro Maffia, pero se negocia en Málaga”, comentó Marlasca respecto a las nuevas formas del crimen.

En efecto, el mangui, el quinqui, otrora mitificado desde esa teoría que sostiene que los pobres no pueden elegir su destino, no es otra cosa que un mal recuerdo. E incluso ese Madrid aludido en el lema de la convocatoria parece estar dejando de ser esa constante fuente de actividad criminal en este nuevo crimen globalizado. “La Costa del Sol es una especie de gran hub, de centro de negocios donde grupos criminales italianos, albaneses, serbios, de todo el mundo, negocian el reparto de la droga por Europa —sostuvo Marlasca—. Ese distingo que había antes entre el crimen y el crimen organizado ya no existe: ahora todo es crimen organizado. Todo es una verdadera red criminal”. Afirmación, esta última, en la que fueron a coincidir sus compañeros.

Aunque en esta ocasión le trajo a Getafe la tercera entrega de la serie de Manuela Mauri —La innombrable (Destino)—, que escribe en colaboración con Noemí Trujillo, una saga anterior, la de Bevilacqua y Chamorro, le valió a Silva el nombramiento de Guardia Civil honorario por su contribución a la modernización de la imagen del cuerpo. No hay duda de que uno de los aspectos de dicha renovación consistió en que Chamorro, Victoria Chamorro, es una mujer. Hay por tanto una concomitancia fundamental entre Manuela Mauri, inspectora de una de las dos Brigadas de Homicidios de Madrid, y Chamorro. Julia Zaldívar, la inspectora del Grupo X de la Brigada Judicial de Madrid, que protagoniza las páginas de Marlasca, también es una mujer.

“No es una especie de guiño feminista. Cuando Noemí y yo empezamos a escribir esta serie, en Madrid había dos grupos de homicidios y los dos estaban mandados por una mujer”, recordó Silva, ya refiriéndose a La innombrable. “Ahora siguen existiendo los mismos grupos, liderados por dos mujeres distintas. Eso es una cosa que nos encontramos. El personaje me lo inventé yo en un relato, pero Noemí fue la que profundizó en su condición femenina. Manuela es una mujer que tiene hemorragias, a la que su cuerpo la interpela, un ser humano al que le pasan cosas. No es un robot que va abriendo diligencias”.

Así pues, los criterios de paridad parecen imponerse en la actual investigación criminal, al menos la practicada en Madrid. No es que los autores quieran complacer a nadie, es un reflejo de la realidad.

"Una de las primeras normas que Manuel Marlasca se impuso puesto a escribir ficción fue dejar el periodista atrás"

En esta tercera entrega de la serie de Manuela Mauri, lo que acontece es un caso de prostitución, que la inspectora ha de investigar mientras, en su vida personal, surgen nuevos problemas: la muerte de su exmarido y padre de sus hijos. Pese a la gravedad de los hechos y las circunstancias que confluyen en la narración, Silva llamó la atención sobre el fin último del trabajo del policía: “Aunque en este país alguna gente no lo sepa, lo que los policías escriben no tiene ningún valor judicial. Es una diligencia previa. Lo que puede establecer una imputación, un enjuiciamiento, una incriminación es lo que firma un juez. Entonces, esa posición humilde, esa posición subordinada, eso de no poder hacer lo que les dé la gana en una investigación, para mí es muy interesante narrativamente. Es más interesante el héroe que no puede hacer lo que quiere que el héroe que es un superdotado o un Llanero Solitario que no tiene que rendir cuentas ante nadie”.

Marlasca, dada su larga experiencia como periodista entre policías, “sabía que tenía que ser muy cuidadoso con sus procedimientos, porque la policía se enfada. Pero para mí es importantísimo respetar esos procedimientos y que no chirríe nada de lo que se cuenta”. Con anterioridad a Tú bailas y yo disparo, su bibliografía se había desarrollado dentro del true crime. Una de las primeras normas que se impuso puesto a escribir ficción fue dejar el periodista atrás. Llegado el momento del fin, no quería encontrarse con un reportaje novelado, género en el que ha colaborado con sus dos compañeros en la cita del domingo.

Seguro que significa algo que en La innombrable, al igual que en Tú bailas y yo disparo, gravite el tema de la prostitución. “Tanto la globalización como la prostitución son dos realidades muy complicadas que aparecen en vuestras novelas”, comentó Rendueles, invitando a sus compañeros a entrar en el tema. “El gran crimen organizado es la trata de seres humanos con fines de explotación sexual. Eso es un negocio gigantesco porque la demanda es gigantesca”, explicó Marlasca. “No voy a dar cifras porque no quiero pecar de poco rigor. Pero lo sufren miles y miles de víctimas. Es un dato escalofriante. Esas víctimas de trata sexual pueden venir de Paraguay, de Ecuador o puede ser una cría tutelada”.

“En los días en que las redes nigerianas funcionaban, la globalización era tan brutal que tenía toda la ruta diseñada para el negocio de los traficantes”, abundó Silva en este respecto. “Las chicas tenían que atravesar el desierto. Llegaban a Libia, de ahí entraban en la Unión Europea por Italia y de Italia cogían un avión directo a Bilbao. Después se empadronaban en un pueblo de Vizcaya y, en seguida, obtenían la ayuda del gobierno vasco a quien no tiene ingresos. De este modo, la mafia, además de la pasta que le daban las chicas, sacaba 700 euros del gobierno vasco, 700 euros del contribuyente español. Así de crudo, así de bestia y así de bien pensado todo”.

5/5 (13 Puntuaciones. Valora este artículo, por favor)
Notificar por email
Notificar de
guest

0 Comentarios
Feedbacks en línea
Ver todos los comentarios