La última novela de Carmen Posadas, El misterioso caso del impostor del Titanic, tiene en realidad más de un personaje cuyos actos pueden ser valorados como de dudosa honorabilidad. La novela comienza cuando una mujer presiente que su hijo se ha embarcado pese a la promesa que le hizo de no hacerse a la mar en su viaje de novios. Y como una madre conoce bien a sus hijos, el destino hace que este hombre, junto con su nueva esposa, estén a bordo del Titanic cumpliendo los peores temores de una madre: su hijo está desaparecido y con toda probabilidad muerto. Plantea entonces la autora un punto interesante: si un hombre se encontraba extraviado en alta mar, no solo la herencia quedaba congelada para la viuda, además ésta no se casaría hasta pasados veinte años, convirtiéndose en una solterona nada deseable que estaba penando en vida una desgracia que la marcaba para siempre. Por eso, y desmintiendo todo aquello que se dice de las suegras, esta señora decide comprar uno de los cadáveres sin nombre recuperados de la tragedia para que le pongan el nombre de su hijo y así permitirle a su nuera que siga adelante con su vida. Y frente a esto, expone una segunda posibilidad: la de una familia que lleva años llorando a un muerto hasta que pasado el tiempo un hombre llama a la puerta diciendo ser el supuesto finado. Dos situaciones que Posadas presenta en su última novela, colocando como investigadores a una más que inteligente Emilia Pardo Bazán, acompañada de Ignacio Selva, el hombre que la inspiró para crear al detective protagonista de La gota de sangre. Ellos serán los encargados, por obra y gracia de la literatura, de viajar hasta Avilés para intentar dilucidar si el retornado se corresponde con quien dice ser o quizás es la mejor puesta en escena de un engaño del que no ha escapado ni su propia esposa.
Es conocida la afición de Emilia Pardo Bazán por la crónica negra, tanto como la repercusión internacional que tuvo el hundimiento del Titanic, por lo que no extraña que la mujer se sintiera atraída por la noticia hasta el punto de querer saber qué fue de los siete españoles supervivientes. Pero más allá de la cifra, Posadas realiza una crítica directa al clasismo social que existió no solo en el momento del hundimiento, también a lo largo de los pocos días que duró la funesta travesía. Su revisión del momento pasa por los tópicos de la orquesta sonando para hablar de botes que no llegaron a llenarse, miedo a volver a por supervivientes y, por supuesto, caballeros seguros de que su status y conocimientos sobre el navío les aseguraban poder quedarse tomando un whisky a la espera de que las histéricas mujeres regresaran heladas de frío por haberse precipitado al dejarse llevar por el pánico.
A partir de ahí todo es un homenaje a las novelas clásicas de detectives con vueltas de tuerca, secretos familiares, niñas ciegas que tocan el piano y un sinfín de motivos para sospechar de todo el mundo y temer por la vida todos ellos, ya que en estas novelas si algo es seguro es que, tarde o temprano, termina por aparecer un cadáver. La autora entreteje la historia del hundimiento más famoso de la historia con la de la familia del supuesto superviviente a la tragedia, en una novela cuya atmósfera trasciende de las descripciones a la prosa, para proporcionar un relato entretenido que realiza, como quien no quiere la cosa, más de un apunte que a esta lectora le eran totalmente desconocidos.
—————————————
Autor: Carmen Posadas. Título: El misterioso caso del impostor del Titanic. Editorial: Espasa. Venta: Todostuslibros.
Zenda es un territorio de libros y amigos, al que te puedes sumar transitando por la web y con tus comentarios aquí o en el foro. Para participar en esta sección de comentarios es preciso estar registrado. Normas: