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Matías Candeira: una hambrienta y luminosa revelación

Matías Candeira: una hambrienta y luminosa revelación

Literatura y Dios, de eso se trata. De leer y moldear el barro. De creerse dueño de la nada y saberse leído por un lector superior, quizá un apátrida sin más ataduras que la violencia y el ardor frustrado. Concebimos el personaje de ficción a nuestra imagen y semejanza, con rasgos adscritos a la memoria incandescente que se resiste a morir en esa hoguera de vanguardias y delirios de violencia; con impulsos autóctonos que espesan la anatomía moral que imprime el autor. Por tanto, si todo personaje de ficción es el reflejo de su lector, debemos admitir que somos todos una representación carnificada de Dios, una esquirla en cuyo interior reside su organismo imperfecto y un deseo voraz de certidumbre.

Y si nada sucede a nuestro alrededor sin recurrir al caos ni a los azarosos accidentes del tiempo es porque la eternidad, la divina quietud que sobreviene tras el dolor, padece las mismas carencias, la horrible laguna que desmiente cualquier prólogo sobre Dios y sus virtudes o el epílogo que agilice su descanso. Sin respuestas sobre lo mortal, ejercemos una rabia explicativa que se diluye en su propia inconsciencia y aúna ese mismo afán de quien sobrevive y ejecuta su insondable eternidad. Escribía Víctor Hugo: «Todos los santos poetas, parecidos a las madres, han sentido a muchos hombres removerse en sus entrañas». Y en ellas, cabe añadir, fluyen la vacuidad y el hambre, la fuerza en la que germina esa larga apetencia por lo absoluto; en las entrañas de Dios absorbemos sus peores defectos.

En uno de sus Cuatro cuartetos, Thomas Stearns Eliot señaló:

Están presente y pasado presentes tal vez en el futuro,
y el futuro en el pasado contenido.
Si está eternamente presente el tiempo todo,
todo el tiempo irredimible.
Lo que pudo haber sido es abstracción que existe,
posibilidad perpetua, solo en un mundo en teoría.

"Los doce relatos de Matías Candeira son fruto de una tejedura magistral, en la que sobrevuela la irredenta equiparación entre el ser humano y dios"

El título del nuevo libro de relatos Un dios con el estómago vacío, del escritor madrileño Matías Candeira, se erige sobre esa misma perpetuidad invocada por Eliot, que es, al mismo tiempo, una visión del ser humano sangrante e inconformista; visceral como el ensueño divino de rescindir la soledad para saberse cobijado en otros dioses, en otras latitudes quizá extemporáneas, quizá libres de ese parámetro oclusivo que anuda lo eterno y desdice su infeliz extensión. Somos, en la tierra, la sombra acabada de quien poetizó con barro un delirio sanador del que no puede desprenderse, del mismo modo que nosotros jamás lograremos renunciar a la sangre, a la contradicción y el impulso hambriento por trascender, a la suciedad que se extrae del autoconocimiento.

Los doce relatos que componen la obra de Matías Candeira son fruto de una tejedura magistral, en la que sobrevuela la irredenta equiparación entre el ser humano y dios, entre las actitudes quebradas de este y la querencia de sus criaturas al fracaso y la frágil consumación de la vida. Dice Candeira en su relato Una pregunta muy simple:

Tal y como yo lo veo, los hombres que ruegan por ser aceptados esconden dentro de una piscina venenosa de langostas. Toda esa agua estancada y negra acaba saliendo por otro sitio.

Una piscina de langostas, metáfora perfecta que sirve para ilustrar el estilo del autor madrileño, su forma inequívoca de deshacer lo real, de abrir las arterias de todo cuanto busca ordenar y ordenarnos en un silencio que rompe sus propios matices, que lancea con objeciones fatigosas la inconcreta solución al dolor. Solo el despliegue poético de Matías Candeira, tan lleno de sutilidad e hipérbole, de simbolismo y lujuria, de armaduras que elevan lo sencillo para hacerlo saltar por los aires, es capaz de alcanzar tamaño propósito. Extraordinario ejercicio de hipnosis que conducirá al lector hasta territorios horadados por una hambrienta y luminosa revelación de la que no podrá desprenderse, a menos que Dios se desprenda de nosotros por deseo de su lejano e inquietante creador.

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Autor: Matías Candeira. Título: Un dios con el estómago vacío. Editorial: Almadía. Venta: Todos tus libros.

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