Heme Brazo: Ingobernable corazón

Esta circunstancia podría inducirnos a pensar que es el efecto de la fórmula química el que tira de una realidad profunda, que es lo que le hace poeta, en el sentido de encender una vela en medio de la oscuridad y de hacernos un lugar a su lado en el viaje. Pero esto es y no es verdad, pues el autor no llega a su libertad creadora a través de la sedación, sino que ésta es paso previo, pues necesita dar reposo a un cuerpo que ha sido violentado como lo es la carrocería de un auto en un choque frontal. Después en la tibieza de ese Diazepam tantas veces citado, que a veces es dios y nunca demonio, escribe, crea, pues para el sujeto de la escritura, que creo coincide plenamente con el hombre, este ha sido fuego purificador y no un desencadenante de inspiración para llevarlo a un supuesto y literario paraíso artificial.

Sosiego para un cuerpo que tiene que escarbar en una memoria poblada de violencia, de saqueo, inasible en el plano de la realidad. Y por eso bendito Diazepam.

Aquí la escritura es grito, necesidad, para un enfermo del alma; a ese descanso después de la batalla el guerrero llega gracias a esas diminutas píldoras. Luego escribe y su rostro adquiere la rigidez aceitosa de una máscara.

Más allá de llevarnos tras esa vela que ilumina y esa cuerda a la que nos agarramos, en danza metálica, after punk, mejicano, nada más ajeno a un ramo de rosas y sin embargo en este canto desordenado, desprolijo, asoma entre la chatarra de esos coches siniestrados una voz pura, un poeta todavía joven, que construye un mundo autónomo y que en su expresión densa y audaz nos entrega su enorme generosidad y, por ende, su descifrable belleza.

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Autor: Heme Brazo. Título: Un coche violento a punto de sufrir un terrible accidente. Editorial: Contrabando. Venta: Todos tus libros.