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5 poemas de Lugares, de Concha García

5 poemas de Lugares, de Concha García

La relación entre los lugares geográficos donde surge el poema y la palabra poética es muy evidente en este poemario, que nació gracias a un encargo: sin saber que iba a ser escrito en unos meses, la autora experimentaba, debido a una serie de acontecimientos inesperados, que la vida se reduce al instante. El propósito radica en capturar los momentos en la mente, esas sensaciones y pensamientos, como luciérnagas en la noche oscura, para dar paso a la escritura, por ejemplo, en la habitación de un hospital cordobés, en la casa familiar de Olesa de Montserrat, en trayectos de automóvil, o en otros lugares de la memoria.

Zenda comparte cinco poemas de Lugares, de Concha García (El Toro Celeste).

***

Olesa de Montserrat

Después de la carretera
al girar, hacia la senda de olivos
se yergue una cruz de piedra,
la miré varias veces a lo largo
de mi vida. Iba y venía de mi casa
al pantano, muchos peces murieron.
Todo eso yo lo sentía desde abajo
desde las piernas hasta la espalda.
Era un dolor de otra, parecido
a un latido intenso del corazón.
Sentía que se arrasaba
todo en una vaguedad
de recorrido circular.
Hoy quiero ser olvidable
no mirarla, sentir
su helado rechazo.

***

Carretera de Sierra del Segura

Un estallido de luz puede reparar
y desatar nuevas energías. Mi mente
estaba visitando lugares donde
podría haber estado, el recuerdo
no era borroso, se volcaba
sobre otros, los pensamientos
no hilaban conclusiones, eran
secuencias de un lugar a otro
transitando sin orden.
A cada parpadeo reaparecían
poemas que descifraban
inmensos interrogantes.
Donde hubo un mar
ahora la montaña devolvía caracolas
incrustadas en sus laderas rocosas.
Todo era mirar y sorprenderse.

***

Habitación 202. Hospital San Juan de Dios

Los estados de ánimo
bolas de billar, cuentas de rosario,
movimientos, alcanzando
penumbra en agujeros con salida,
ocaso en la mente, ascender
a la sabia compostura del azar,
si la tierra dejara de moverse
alinearía lo oculto y todo
sucedería al mismo tiempo.
Esto y aquello, lo otro y tanto.
O nada.

***

Carretera de Jaén a Córdoba

A medida que cambiaba el paisaje
-era tan imperceptible-, la luz llenaba
la ventanilla del coche, veíamos pasar
sus rayos invisibles, proyectando
un colorido que brillaba entre el rojo
y la intensidad de las nubes oscuras
mientras llegábamos al sur,
muy cerca de Córdoba.
Me dijiste que Dios era lo que había,
es decir todo lo que podíamos alcanzar
con nuestra vista, al tanto el coche
avanzaba.  Dios era todo eso y más.
Densidades a lo largo del trayecto,
y que las pudiéramos sentir, dijiste,
que cada una es rencorosa a su manera
que las cosas de la vida, que ver entrar
el bien no lo sabe percibir cualquiera.
Era tan hermoso escucharte, sentir
que era verdad porque lo creías.
Yo apartaba como si fuesen matojos
esos restos de malas hierbas
que no son haces de fe,
sino de algo que añoro
sin haberlo tenido nunca.

(Con Pilar Sanabria)

***

Casa familiar. Olesa de Montserrat

La casa no se ha hecho
más pequeña, he sido yo
que me he llevado todo
lo que había en los cajones.
Ahora extiendo la memoria
hasta el libro más cercano.
La poesía no escrita
aparece en todas partes.
Momentos de belleza que varían
según se mire a un lado u otro.

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Autora: Concha García. Título: Lugares. Editorial: El Toro Celeste. Venta: Todos tus libros.

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