Vivir es respirar, nacer es respirar, escribir es dejarse llevar por la mano del aire. Como dice Isaac Páez en el Prólogo de este libro, “respirar es observar que, careciendo de acción, es acción en sí misma; acción poética, en resumen”. Un libro que dialoga con la tradición para demostrar que la poesía también es un aire que nos alimenta.
En Zenda reproducimos cinco poemas de De la mano del aire (Averso), de Gregorio Dávila de Tena.
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CAMBIO DE VIENTO
«ganarle unos metros a la oscuridad…
solo se trata de eso».Isabel Bono
Muchos días se tiñen
con el color de la memoria:
el color pardo en la tarde de novillos
un verde de helechos en la penumbra
el azul que cabalga en las montañas
y desmorona el Ártico.
Hay días sin color ni memoria, me dices
—y asiento con el rostro—
y te ayudo a pintar la tarde con cerezas
a perfumar la cama de silencio.
Hay días que son madrugadas
donde sólo el aroma de los nardos
mantiene una brizna de vida.
Y hay noches en que vuelve la alegría
—no sabes cómo ni de dónde—
pero vuelve
como un viento de dicha
a salpicar de pétalos la sangre.
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INDECISA LUZ
«Esta perplejidad es la conciencia».
Antonio Gamoneda
Entro en un huerto de muros cuarteados
donde un cielo gris bucea en el pozo
y los mirlos cantan en el brocal.
Al fondo palidece un arcoíris
unas ranas de lluvia
se acuclillan entre los juncos
y la madre hilvana el cabello de su niña.
Todas las madres hilvanan el mundo
y esperan.
Un sol indeciso quiebra la escarcha
descubro corazones de manzana
acribillados por el frío
encuentro sicomoros para las cuentas del rosario
—el “árbol de la paciencia” lo llaman—
y queda la luz perpleja en mis manos.
No sé si entro en un huerto
o salgo de un letargo
—en el árbol parlan cotorras—
ya no veo a la niña ni a su madre
—su cabello en mis manos—
y no sé a dónde irán estas palabras.
***
DEL ENIGMA AL CANTO
«De noche, hay quienes comprenden
lo que dice la hierba».Charles Simic
Tras el ocaso de la niebla
intento comprender:
el cuervo grazna un siniestro “¡Jamás!”
y el ruiseñor del bosque
tiñe la tarde con su canto.
Llega la noche y entro en la cabaña
donde alguien ha dejado
una pila de libros en la cuna
donde el niño ya duerme
y el viejo ha olvidado las letras.
¿Por qué el viento abre túneles
entre los almendros y las ventanas?
¿Por qué el viento derriba
el trabajo del artesano ciego?
No sé qué significa el graznido del cuervo
ni sé dónde están los claros del bosque
pero al llegar la aurora el niño se despierta
y el girasol abre sus pétalos.
Callo y alguien escribe
—el aire me enseña—
el artesano recoge sus piezas
d e s p a r r a m a d a s
mientras Borges recita los dones de los justos
y la plaza vacía
se llena con su canto.
***
PIEL DE INVIERNO
«No domines con penas y torturas,
soberana, mi pecho».Safo
Ven y calienta
mi fría piel de invierno
baldea los rescoldos de tus labios
—un sutil roce de amapolas—
por el témpano de mis huesos.
Ven a regar la palma de mis manos
con un granizo de cerezas
y viérteme en tu pecho
—en el cóncavo nido de tu pecho—.
Me fundo y me confundo
no sé si es tu piel o mi piel
—temblor en la dama de noche—.
Te ofrezco mi espalda para soltar
los felinos del gozo
para rastrillar la nostalgia
y hacerte hilo en mi madeja.
Ven y esparce la espuma de tu pelo
la seda de tu sangre
en este río que agoniza
mar.
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RESPIRAR – 3 (fragmento)
respirar
para limpiar la flema y el fraude
que tú mismo te crees
el humor pegajoso en los reflejos
de una imagen vidriada
respirar el otoño
los castaños rociados de hojas secas
la tierra aspira esta demolición
el mundo respira la luz
declina el tiempo
en el aire de Damasco
donde galopan
los caballos de la guerra
y los niños jadean
por las escuelas derruidas
con un llanto en los cornetes
nasales
es imposible respirar
con el gas del odio
respirar con la sístole y la diástole
del músculo primordial
el puente con el misterio
que vivaquea
la noche del sentido
en el pretil de la esperanza
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Autor: Gregorio Dávila de Tena. Título: De la mano del aire. Editorial: Averso. Venta: Todostuslibros.
BIO
Gregorio Dávila de Tena (Quintana de la Serena, Badajoz, 1959) es licenciado en Filosofía y Ciencias de la Educación y reside en Sevilla. Es autor de los poemarios: Alma de renacuajo (2017), Cuenco de azahar (Karima, 2018), Hebra de luz. Ejercicios sobre el Cántico (Diputación de Jaén, 2018), Madre del agua. Por las huellas del Tao (Cuarto Centenario, 2019), Un temblor en las encinas. Biografía de una mirada (Bajamar 2021), Un hombre que no conoce Nueva York (Renacimiento, 2022), Heredar la lluvia (Ayuntamiento de Bujalance, 2023), Entre el diamante y la penumbra (Barcarola, 2023) y La limosna de los días (Cántico, 2024). Ha participado en varias antologías de haiku y de poesía. Ha recibido los premios García de la Huerta 2017, Pepa Cantarero 2018, Eladio Cabañero 2019, Ana de Valle 2021, Juana Castro 2021, Mario López 2022, Ciudad de Albacete Barcarola 2022 y Ciudad de Córdoba Ricardo Molina 2023. Fue además finalista del Premio Andalucía de la Crítica 2022 y es Premio Internacional de Haiku.
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