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5 poemas de Yo-Ellas, de Carla Carmona

5 poemas de Yo-Ellas, de Carla Carmona

El primer poemario de Carla Carmona es fruto de un deambular autobiográfico que se despliega en imágenes donde la memoria, el viaje y el ensueño se entrelazan en conversación con otras mujeres, como Sarah Baartman, Helen Oyeyemi o Anne Sexton.

En Zenda reproducimos cinco poemas de Yo-Ellas (Renacimiento), de Carla Carmona.

***

VENTILADOR DE TECHO

Mis vidas vividas de aspas
cual ropa tendida cuelgan –
acartonadas.

Esos días de otros tiempos,
tintineos inaudibles de deseos ya exhaustos –
tiesos.

Fulminante luz inmensa:
olimpos trocados en rastrojo,
volátiles cenizas glutinosas
de piel hambrientas.

***

ARIADNA RENACIDA

Rasgarme la vida
como se despedaza una tela –
tragarme las hilachas
una a una.

***

MASTICAR LA VIDA JUNTAS

(YO COMO HELEN OYEYEMI)

A la cerradura
acercamos el ojo:
tu rosaleda
de mariposas azulinas
en oleadas de perfume;
mi maceta de margaritas mustias
de acuarela de ocre carne –
disipándose.

La una para la otra desaparecer en un espejo.

Nadie nos previno –
nunca –
contra los espejos.

Tampoco hizo falta.
Desde el principio
la trenza que a ti te devolvían
nunca fue de rubio casi blanco,
levitando sobre el hombro
en apocadas órbitas sin núcleo –
ahora hacia la izquierda
– uno, dos, tres –
ahora hacia la derecha
– cuatro, cinco, seis – siete –
y vuelta a empezar –
siempre reluciente.
Tampoco te sorprendieron
con una tez impredecible
de sensibilidad exagerada
debatida entre la extrema palidez
y el rubor incandescente.
Por mi parte
a mí me delataban –
como poco –
tanto como me servían de escondite.
(También desde el principio.)
De cuerpo entero
armónica
colarme en el espejo
para ver con precisión.
Desde allí
avistar
con aires incorpóreos
el mundo en derredor –
medir las circunstancias –
siempre el porvenir
incluido el que ya fue.
Camaleónica
vigía
miro de reojo –
dejar de ser temo cohibidamente.
Por qué hacer de luna tan expuesta
mi refugio
me pregunto todavía.
En ella me recuerdo
en leotardos rosa
con tímida cola de pantera.

Lucir
contigo
todas nuestra colas
–a la vez–
de furcifer pardalis,
de dragón, de zorro y tigre,
de pavo real;
de ballena, de yurumí,
de armadillo y de coatí.
Conjurar a Kali
hasta ser una diosa
de dos cabezas
y diez rabos –
con cresta de abubilla
y penacho de bulbul.
Articular entonces
con hilos invisibles
un jardín de marionetas de latón –
cuerpos de mujer resucitados –
centelleantes –
y ofrendarlo –
generosas.

Masticar la vida juntas
como se mastica el arroz.
Serenas
arañarnos en el papel en blanco –
dichosas
entre zarzas –
en un puñado de llaves cualesquiera
derramarnos –
entre dos espejos
cortarnos en asíntotas
de inverosímiles curvas soñadoras –
al unísono.

***

SER COSTILLA Y HELECHO

De tu hondura
manar –
mi mano –
tus pinnas,
mis dedos.
En los ritmos
de tus arcos
adiestrarme.
Vaporosas curvas:
contorsión
volátil
de las vértebras,
torcimiento de peroné,
pie como plátano.

Ser helecho –
a borbotones.

Repicar –
en pecioladas frondas –
exaltadas –
dividirme.
En el raquis
dispuestas
innumerables pínnulas.
Deseante envés velloso.

Que la noche venga
a refrescarme.

Y derramarme –
en cascadas espumantes –
es-par-cir-me –
en bandadas suspendidas.
Y migrar –
inmóvil –
maduro el esporangio –
entre los nervios de la hoja
alineado.
Reproducirme –
como sin querer.

Crip-tó-ga-ma:
en sus zapatos
torna invisible
a las personas
mi semilla –
en forma de riñón
brota de la grieta
mi flor roja
[sueñan]
en llama azul
desaparece –
coserla a la mano
cual florero.

Del murmullo ondulado
de mi verde
huye la lombriz.

Entallarme.

Pegar el rostro
a tu hoja –
costillar –
hacerme lámina.
Como la cochinilla
de tu savia
alimentarme.
Que tu ojo
sea mi ojo –
de parte a parte.
Yo –
monstrua deliciosa,
cerimán –
agujero
de tu hoja coriácea –
mano de tigre –
garra de león.
Raíz aérea –
anhelos de cortezas –
encaramada –
velar
por mi mazorca
de escama hexagonal.

A-u-tó-tro-fa –
de pulpa tóxica,
gozosa,
mestiza –
a mango y piña
mi aroma.

***

CUMPLEAÑOS 23/04/21

Despertaste
a tus cincuenta y dos años
en este día que yo escribo este poema
en la que será tu cama
para toda una luna
en una habitación compartida
en el ala de psiquiatría del hospital.
Te pica horrores el cuerpo
el agua te da miedo
la piel escamada
los tobillos hinchados
tu mirada no es tuya.
Recuerdo
once años atrás
tu
vuestro
ingreso involuntario
el primero
paseos por el pasillo
de extremo a extremo
a pasos cortos hacerlo más largo
camisón azul
mañana seguro te lavas el cabello
a veces despeinado
otras
estirado
con horquillas en un moño que tira de tu frente
siempre sucio
acercando tu mundo y el mío me frotas la mano
construir sobre años desvanecidos
todo va a cambiar
no volverás nunca
te apuntarás a pilates
irás a un club de lectura
harás amigas
nos iremos de viaje
también al extranjero
no
por encima de todo
no volverás nunca
quizá te enamores
probarás una pizza en un restaurante italiano
iremos cuando quieras
nos miramos a los ojos
miramos y miramos
me besas la mejilla
aprietas tanto los labios que parecen un capullo de pitiminí
aprietas tanto que casi no me rozas
prohibida tu entrada a la cafetería del hospital
tampoco acompañada
pongo una reclamación
dos tres años después responderán
dos tres años después
ayer
sentadas frente a la máquina expendedora
batido con almendras
sonríes
labios
beso de pitiminí
salimos
hoy tienes permiso
en un bar cualquiera un vaso de leche
un sándwich mixto recuerdo también
cuarenta treinta años atrás
entonces
solo esporádico
lo que hoy es periódico
cuando jugábamos al intelect tus palabras siempre sumaban cien puntos
de pitiminí tus labios
cien como poco
en las tardes de verano
cuando tenía suerte
a la alberca
me llevabais con vosotras
vuestros cuerpos
morenos
esbeltos
en bikini negro contra el celeste
los girasoles secándose
la morera y su sombra
tu vestido camiseta de frutas coloridas
rojo amarillo verde también lila
de la rodilla por encima
aquel gesto de meter solo de un pie los dedos
a la cintura los brazos
ya nos vamos
siempre helada
de la alberca el agua.

—————————————

Autora: Carla Carmona. Título: Yo-Ellas. Editorial: Renacimiento. Venta: Todos tus libros.

BIO

Carla Carmona (Sevilla, 1982) es profesora de filosofía en la Universidad de Sevilla. Combina su investigación en el ámbito de la filosofía con su práctica artística en las artes visuales, en la última década principalmente bajo el seudónimo de O|C. Es autora de los ensayos Poesía o el dedo gordo del pie (Revista Pasajes, 2021), Ludwig Wittgenstein: La consciencia del límite (Shackleton Books, 2019), En la cuerda floja de lo eterno: Sobre la gramática alucinada de Egon Schiele (Acantilado, 2013) y La idea pictórica de Egon Schiele: Un ensayo sobre lógica representacional (Genueve, 2012). Es traductora de los poemas y cartas de Egon Schiele (La Micro, 2014) y de los ensayos de Kathleen Raine sobre William Blake (Atalanta, 2013). Este es su primer poemario.

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