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Las vidas de Sing Sing: La candidata pequeña a los Oscar rehabilita a presos que actúan

Las vidas de Sing Sing: La candidata pequeña a los Oscar rehabilita a presos que actúan

A unos cuantos kilómetros del cine protesta se encuentra Las vidas de Sing Sing, un drama carcelario dispuesto alrededor de su protagonista, Colman Domingo, y un grupo de actores no profesionales (los mismos que formaron parte del grupo de interpretación de la cárcel de Sing Sing) haciendo las veces de ellos mismos. Y decimos a kilómetros porque, afortunadamente, la película de Greg Kwedar, que se estrena en cines españoles tras una importante trayectoria de premios en la órbita del cine independiente, se centra en la pura experiencia humana por encima de consideraciones morales o disquisiciones políticas (o falta de ellas) que pudieran desprenderse de un drama de presos encarcelados.

"Al film de Kwedar no le falta crudeza, como se desprende en cierto pasaje en el que uno de los personajes principales no obtiene la ansiada libertad"

Al film de Kwedar no le falta crudeza, como se desprende en cierto pasaje en el que uno de los personajes principales no obtiene la ansiada libertad. Pero en las intenciones de Las vidas de Sing Sing, pese a la crudeza que podría desprenderse de un estilo visual realista de film independiente, habita el corazón de una pequeña Cadena perpetua. Al final, conmueve más la voluntad de estos reos de perderse en el naíf texto de una obra teatral que mezcla a Hamlet con Freddy Krueger, el ejercicio de honestidad consigo mismos que requiere, que cualquier reflexión sobre la dureza de la vida penitenciaria.

Convenimos, pues, en que el carácter escasamente chillón de la película favorece los resultados. Permiten, por lo menos, presentar una fábula luminosa sobre el significado de la creación artística, la comprensión de la ficción y la capacidad de enmendar corazones y otorgar sentido al mundo incluso cuando éste se reduce a una pequeña celda. Los planos que muestran el pasillo y estrechas puertas de Sing Sing, donde están encerrados Divine G (Domingo) y su amigo Mike Mike (Sean José), hablan por sí mismos de la realidad que enfrentan, sean culpables o inocentes.

"Sing Sing encuentra su amable sentido en realzar el significado de la representación artística incluso en las peores circunstancias"

Las vidas de Sing Sing se permite, por eso, un respiro en lo referido a la casta social o racial de sus habitantes, prefiriendo ahondar en su dignidad intelectual. No cambia el hecho de que sean criminales, pero sí rompe los mínimos clichés de representación cultural y humana que uno podría exigir a un largometraje nominado a los Globos de Oro. Sin pervertirse dedicando demasiados minutos a la comedia o el melodrama, y sin corromper los sentimientos afanándose en el manoseado cine de denuncia, Sing Sing encuentra su amable sentido en realzar el significado de la representación artística incluso en las peores circunstancias, el componente de libertad genuina que existe entre las tapas de cualquier libro.

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