Inicio > Poesía > La poesía de Tere Irastortza: entre lo pensado y lo indecible

La poesía de Tere Irastortza: entre lo pensado y lo indecible

La poesía de Tere Irastortza: entre lo pensado y lo indecible

¿Es la poesía la forma más pura de acercarnos a aquello que invisible talla la esencia del mundo? ¿es la palabra poética el apero con el que labrar el lenguaje para extraer la verdad y el ser? ¿es el poema una forma de interpretar y glosar, conocer y revelar la materia de la que la realidad se nutre y germina? María Zambrano, René Char, Octavio Paz, Maurice Blanchot o Paul Valéry reflexionaron desde unos presupuestos no siempre teóricos sobre estas cuestiones con la intención de arrojar luz sobre aquello inefable que bordea el hecho poético. Y este parece haber sido también el afán de la poesía de Tere Irastortza cuya selección poética, Glosar el mundo (Contrabando, 2024), de la mano de Lola Andrés nos posibilita a los lectores en castellano (existe también una edición bilingüe euskera-catalán) explorar esas anotaciones, que abarcan una trayectoria de más de cuarenta años.

Esta obra se estructura, si bien de una manera cronológica, bajo cinco epígrafes en los que resuena y enraíza un significado revelador: “I. es el miedo, es /noche oscura”: Ser sin ser (1980), Tema y variaciones nocturnas (1983); “II. ¿aquí se queda mudo?”: Hojas (1983), Fábulas de la derrota (1986), Los cantares de Osinberde (1986), Devocionario irreverente o manual para uso en transporte público (1994); “III. ¿cantos?, cuenta / las veces”: Son sin nombre. Cantares de un embarazo pleno (1997), Glosas. Sobre lo que ya se había dicho (2004), Y ahora lo sé (2011); “IV. números son /lumbre:” Llenabais el mundo (2022), Son nueve, los pájaros (2023); “V. si perdura infinito, así”: Poemas inéditos en libro. Se desvelan de este modo sus coordenadas de escritura, configurando un mapa donde miedo, silencio, maternidad, metapoética, oralidad o traducción urden esa cadencia de significación trenzada en el devenir de los años sobre la que la poeta va y viene ahondando y ampliando su sentido. Los minuciosos apuntes de Lola Andrés, en tanto editora y prologuista, dan cuenta del porqué, esclareciendo además las líneas definitorias del estilo poético de Tere Irastortza.

Pienso que lo posible es
crear para ser y ser para crear
y glosar el mundo
y para cambiarlo
acuñar palabras para lo inaudito,
buscar silencios para atemperarlas,
atender el infinito y acotar
lo impreciso en lugares
donde nacer, enraizar y morir.

Glosar el mundo es una intuición sobre ese tercer espacio entre lo pensado y lo indecible, que surca la palabra como principio de indagación de la materia, evocando a Tsvietáieva. La reflexión metapoética sobre la escritura se erige en constante y centro de un entramado inacabable, porque la poeta desbroza con cautela “la vereda que conduce al tuétano de los poemas”. Vacía y despoja con lentitud palabra y significado, los cuales regresan indemnes y oferentes de un mundo ya nuevo en cada libro, siendo la voz de Szymborska la que resuena cuando la realidad exige a la vida continuar. Y en el envés de la palabra el silencio:

Porque lo que no se dice
es lo único que debería haberse dicho
se guarda en silencio
y se disemina en la memoria
como siempre-siembra.

La función del lenguaje no es tanto nombrar lo tangible y visible sino crear, desanudando con ello la misma existencia y ser: “Existo, ciertamente, / pese a haber deseado mantenerme en el núcleo de la imposibilidad/ de ser”. Con un registro, en ocasiones, aforístico, Tere Irastortza se afana por señalar lo indiscernible en una ontología propia sobre el mundo, mientras la lengua poética primigenia, el euskera, es la llave epistemológica a través de la cual se descubre aquel. Llegamos al mundo por la palabra que refracta en sí un universo conceptual e íntimo:

Para algunos lengua y pueblo son cuerpo y alma
-Ay, mi querida Euskal Herria.
Sin duda, el amor debe sentirse muy cercano
del odio -que se tienen-,
pero aquí jamás se ha visto que el odio
alcance el amor                             -entre nosotros-.

Y porque esa palabra emerge del cuerpo, “Escribimos con todo nuestro cuerpo / en cuerpos de mujer”, la necesidad de hacer territorio y frontera el propio cuerpo femenino, más allá y no sólo en la maternidad, esboza una imprescindible sororidad, así leemos “Pasajes enciclopédicos sobre sillas” o “Hijos nuestros”. En este sentido, las referencias literarias a las que recurre en esta selección son, las ya nombradas,  Tsvietáieva y Szymborska. También para el tiempo el cuerpo se convierte en linde que bordear. Cual Cronos, se apropia del mismo para darle una entidad propia, porque en su voz es un pliegue en el lenguaje donde el poema se abre:

Y la plena felicidad
de percibir en el firmamento
lo fugaz del deseo en su infinita permanencia

Puesto que tiempo y espacio no cohabitan como ejes ni dimensiones, en el poema se sostiene aquello impermanente y etéreo, por ello a través de la palabra concita y convoca al miedo y la soledad para exorcizarlos de sí, un miedo del que, encadenando en el pasar de los años su poesía, va despojándose con lentitud tras desenmascararlo: “Será que hemos aprendido que amarra más el temor que el destino (…) que no es el temor lo que nos acobarda / sino la resistencia al aceptarlo”, pero “el dolor no cede y fragmenta el tiempo”.

El estilo de Tere Irastortza hibrida un lenguaje sencillo con el científico y filosófico, resonando ese mundo que trata de glosar a partir de un abanico de figuras retóricas, las cuales manifiestan la labor artesanal de los versos, huyendo de las manidas metáforas. Quizá destacaría el magistral uso de la amplificación, prolongando las sensaciones en una progresiva y enriquecedora escala; así también el polisíndeton, la acumulación, la epizeuxis o los diálogos, entre muchos otros, siendo ello un reflejo de esa preocupación por el lenguaje y la capacidad creadora de éste que toda su poesía persigue. Sin duda alguna, es una celebración la traducción de esta poeta, finalista del Premio de la Crítica de poesía en Euskera en dos ocasiones, cuya aportación como traductora al euskera de grandes voces poéticas es incuestionable. Su poesía no es como esa “luz que parece llegar agotada” de la tarde, sino aliento, profecía y destino, para entender e interpretar, para desnudar y enunciar aquello que la poesía como semilla esconde, lo indecible e inaprensible del hecho poético. “La memoria era el atributo de los dioses/ y olvidarlos nuestra defensa”, aunque seamos simples mortales.

—————————————

Autora: Tere Irastortza. Título: Glosar el mundo/Glosak. Selección de poemas 1980-2023. Editorial: Contrabando. Venta: Todos tus libros.

4.2/5 (43 Puntuaciones. Valora este artículo, por favor)
Notificar por email
Notificar de
guest

0 Comentarios
Feedbacks en línea
Ver todos los comentarios
reCaptcha Error: grecaptcha is not defined
  • Hélène Cixous, Premio Formentor de las Letras 2025

    /
    marzo 31, 2025
    /

    Fotografía de portada: Francesca Montovani © Éditions Gallimard El jurado ha distinguido “la personalidad de su estilo y su intrépido sentido de la soberanía creativa, la amplitud de las disciplinas intelectuales” que ha abordado y “la composición de una obra literaria que ha expandido la más ilustre herencia de la cultura europea”, según indica el acta. Fundadora del Centre d’Études Féminines et d’Études de Genre, que ofreció el primer programa de doctorado en estudios femeninos de Europa, Cixous forma parte de la generación de intelectuales y escritores franceses que han renovado el pensamiento contemporáneo, con vínculos de amistad y complicidad…

    Leer más

  • Doce libros de marzo

    /
    marzo 31, 2025
    /

    Los libros del mes en Zenda A lo largo de los últimos 30 días, hemos recogido el diálogo entre libros de toda procedencia. Un mes más, en Zenda elegimos doce libros para resumir lo que ha pasado en las librerías a lo largo de las últimas semanas. ****** El turista sin equipaje, de Nicolás Melini Nada es lo que parece en El turista sin equipaje, novela de Nicolás Melini. En lo más alto de un pino muy alto, en un bosque de una pequeña isla atlántica, aparece colgado el cuerpo de un alemán. El comisario Nieves y un joven comisario, Sigui,…

    Leer más

  • Cena con los suegros

    /
    marzo 31, 2025
    /

    Cerré la puerta con vueltas, una, dos y tres, hasta el clec final. Me gusta cerrar con vueltas, ese clec me da confianza, como si fuera capaz de llenar mi ausencia y la de todos, porque no quedaba nadie. Nos hemos ido Fabia y yo… ¿Quién iba a cuidar de la casa, entonces? Bajamos por las escaleras, Fabia primero, aunque sin adelantarse. Si me hubiera parado en algún piso, seguro que ella también lo habría hecho, se habría dado la vuelta y me habría mirado ladeando la cabeza, como preguntándome qué observo. Fabia es muy preguntona. Viene hacia mí asomando…

    Leer más

  • El pan y la palabra, de Sergio García Zamora

    /
    marzo 31, 2025
    /

    *** Nada que declarar Soy pobre y emigrado. ¿Para qué darte más señales? Miro libros que no puedo comprar. Miro ropa que no puedo comprar. Miro muebles que jamás compraré. Alguna tarde de niebla voy con mi amor y entramos en la misma librería alucinada y hojeo ediciones preciosas y leo allí de pie y para ella los poemas terriblemente bellos de otro poeta pobre y emigrado. Alguna tarde invernal voy con mis hijas a la tienda de los maniquíes enfermos y me pruebo un abrigo estupendo que las hace sonreír y abrazarme. Alguna tarde sin trabajo y sin colegio…

    Leer más