Encontrar tan sólo unas palabras

Escribir desde la admiración es difícil siempre, pero hay veces en las que resulta necesario. La ocasión de la que nace Intuiciones y memoria. La poesía de Alberto Vega (Luna de Abajo, 2017) tiene mucho de ambas cosas: desde que en el verano de 2014 el profesor de la Universidad de Oviedo Leopoldo Sánchez Torre y yo trazásemos los primeros esquemas de lo que hoy es este libro, siempre nos hemos acercado a la obra del autor langreano desde el respeto, el cariño y el rigor investigador. El reto que nos planteábamos —y con el que yo cerraba la etapa feliz y ahora fugaz de la licenciatura— era complejo, ya que partíamos de un vacío bibliográfico en el que había pocos textos que no fueran las propias palabras de Vega. Por eso, es precisamente alrededor de esas palabras —versos, artículos, entrevistas— como hemos construido este primer estudio basado íntegramente en su obra y que esperamos que esté entre los cimientos de otras muchas investigaciones que pongan en valor la voz del poeta.

Decía que escribir desde la admiración es tarea difícil, y tal vez por eso mismo también lo sea explicar por qué. En el plano personal confluyen aquí muchas ocasiones y muchos nombres a propósito de ellas: la de Alberto Vega fue la primera poesía que me atrapaba fuera de esa burbuja escolar de versos leídos mil veces ciento, cien mil; mil veces mil, un millón. A través de sus palabras conocí otras, algunas tan necesarias como lo fueron las de sus maestros –coincidirá el lector en que es difícil saldar la deuda que nace con el regalo de voces como las del cincuenta. Además, el premio que lleva su nombre —y que coordina con total entrega y cariño Miguel Montes— fue para mí un empujón decisivo hacia el mundo de la creación literaria. Gracias al certamen tuve la oportunidad de conocer a Helios Pandiella, Ricardo Labra y Javier García Cellino que, junto con Paula y Lucía, tanta ayuda han prestado a este pequeño proyecto. Y estos son solo dos puntos personales de arranque, solo una muestra, también porque «si se tienen quince años el mundo es un espejo,/ nada más fácil que soñarse libre», si se me permite alterar ligeramente los versos prestados.

Más sencillo es decir por qué escribir este libro resultaba necesario, y lo sabrá cualquiera que se haya acercado con detenimiento a las palabras de Alberto Vega. Es la suya una voz que se modula a lo largo de veinticinco años en torno a distintas propuestas, todas ellas fieles a una poética sólida y profunda. Ya en sus primeros pasos en poesía —vinculados al grupo Luna de Abajo, proyecto que merece otro estudio propio— asomaban con timidez algunos de sus rasgos fundamentales, para ir después asentándose poco a poco hasta mostrarse con total convencimiento en sus últimos versos. En la lectura de su obra completa es fácil intuir su progresión, la evolución poética, lectora y musical del autor, así como su gusto por la palabra sencilla y la expresión diáfana, que va creciendo con el paso de los libros. Vega es un autor que entendía la poesía como un mecanismo de retransmisión de la vida y por ello se servía del mundo cotidiano para profundizar en el sentir colectivo, en una memoria compartida a la que nos aproxima su mirada particular. Volver sobre sus palabras, rastrear su poética y analizar su obra era necesario para recuperar la figura de un autor cuyos versos quedaron casi entre esas calles a las que cantaba, como un eco que es necesario reavivar para que se escuche un poco más lejos.

Intuiciones y memoria. La poesía de Alberto Vega es un libro en el que nos acercamos al hecho poético de Vega, lo rodeamos, lo deshacemos y rehacemos, lo valoramos solo, en su conjunto y en el de la tradición de la que se nutre y en la que nace. En definitiva, lo auscultamos para conocerlo lo más a fondo posible y poder contarlo, porque era necesario. Pero, además, mirando hacia «el presagio futuro de lo que aún no ha sido», el mejor de los escenarios posibles sería que este libro fuera al fin la primera piedra de otras visiones sobre los textos de Vega, porque hay espacio para ello.  Al paso de la investigación se fueron abriendo nuevos caminos y no era posible detenerse en todos: abiertos quedan para otra visita, por fortuna el lector siempre es bienvenido al poema.

«Unas palabras, encontrar tan sólo unas palabras/ y dirigirlas a todos y a cualquiera./ Pero de uno en uno: irrepetibles y secretas» es una de las ideas fundamentales de la poética del autor asturiano, además de ser los versos que cierran uno de los poemas de La luz usada. Pero es, también, la finalidad última que persigue Intuiciones y memoria. La poesía de Alberto Vega: buscar unas palabras que rodeen la obra de este poeta y hacer que lleguen a todos, a quienes ya lo han leído y pretenden profundizar en su poética y a quienes aún no han tenido la suerte de haber descubierto su voz, para que se acerquen pronto a todo Plenilunio.

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Autora: Sara A. Palicio. Título: Intuiciones y memoria. La poesía de Alberto Vega. Editorial: Luna de Abajo. Venta: Amazon y Luna de Abajo

Ilustración de portada: Alberto Vega por Helios Pandiella