Dicen que permanecerán, que se coserán a otras vidas, que alguien, en algún lugar, se pondrá a tararear frente al espejo. Que, seguro, soltará una lágrima, convencido de que esa, justo esa, se compuso pensando en ellos y lo que creyeron tener y no fue. Pero no es verdad, no puede ser que canciones que suenan como Alvin y las Ardillas puedan conmover, permanecer, acompañarte el resto de tu vida.
Si de alguna columna estoy orgulloso es de aquella que titulé “Desordenada habitación”. Hacía poco que pude darle las gracias en uno de sus íntimos conciertos en Palma de Mallorca. Teresa y yo entramos en el camerino improvisado en aquella sala ínfima para tanto genio. Era una figura de El Greco, desgalichado por la parca que le consumía y que, hija de puta insaciable, andaba queriendo cobrar el diezmo de una vida única. Sonrió, musitó un “vaya, gracias” como si le sorprendiera que para Teresa y para mí fuera la banda sonora de nuestra vida. “El sitio de mi recreo” fue el primer regalo que me hizo la mujer de mi vida y que siempre hay un momento en que lo escucho. Envolví su mano en las mías, con la esperanza de que de verdad se convenciera de que en la barca de Caronte no había que embarcarse todavía. Que quizá se puede driblar la guadaña con tañidos de guitarra.
Al cabo de unos meses llegó la noticia funesta y aparqué los casos de corrupción, a los políticos mediocres y a los empresarios taimados para honrar torpemente al hombre que puso banda sonora a mi vida: Antonio Vega. La recuerdo ahora porque me he subido a un taxi donde, ignoro cómo, ha sonado “Se dejaba llevar por ti” y le he pedido que subiera el volumen. El taxista y yo hemos compartido recuerdos, momentos, imágenes de entonces que llevamos cosidas al alma. Ojalá llegue a leerla. El trayecto fue muy corto como para contarle que sí, que a Antonio Vega le debo muchísimo.
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Cracovia sabe
/abril 21, 2025/La plaza es inmensa, un cuadrángulo de doscientos metros de lado. En el subsuelo hallaron calles pavimentadas de hace ocho siglos, sótanos de edificios desaparecidos, cabañas de artesanos y comerciantes, un tesoro de monedas, llaves, joyas, telas, huesos, flautas, dados. En un estrato aparecieron restos de la ciudad quemada y puntas de flecha que delataban la autoría: fueron los mongoles quienes incendiaron Cracovia en 1241. Una vértebra cervical limpiamente seccionada muestra la decapitación de invasores suecos en 1657. Los esqueletos de seis mujeres confirman las leyes antivampiros del siglo XI: las enterraron boca abajo en posición fetal, atadas y con…
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Abusos sexuales, en La ley de la calle (XI)
/abril 21, 2025/Este episodio, emitido el 16 de septiembre de 1989, tiene un protagonista especial, un reportero de raza, Jeremías Clemente, de Radio Nacional de Cáceres. Clemente escribió al programa para contarles la historia de un anciano, un estanquero de más de setenta años, que además de vender tabaco y chucherías era aficionado —presuntamente— a abusar de las niñas del pueblo.
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Hasta que me sienta parte del mundo, de Ana Inés López
/abril 21, 2025/*** toda junta qué lindo ir al cine un viernes suicida y que la película termine con amigo piedra y que los actores sean tan buenos y que se enamoren bailando los viernes se me viene la vida encima toda junta y nunca nunca hay nadie que me salve yo no me puedo salvar de nada por ahora sé que mañana cambia porque pasa los viernes la depresión antigua no me desespero como antes espero que me agarre el sueño mañana me despierto y en el medio cambió todo no tengo pesadillas qué podría hacer? canciones? comidas?…
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Periplos literarios
/abril 21, 2025/Zarpar en un barco de tinta y papel, embarcarse en una travesía literaria a través de la lectura o un viaje tangible y real. Trazar una cartografía alternativa, comprobando cómo el paisaje se revela, muta y explota en resonancias bajo la mirada lectora, y cómo en ese ir y venir entre puerto y puerto se propicia un enriquecimiento personal. “Porque somos del tamaño de lo que vemos y no del tamaño de nuestra estatura”, nos dice Fernando Pessoa, y es que pareciera que tanto el viaje como la lectura nos potencian, expandiendo nuestros mundos internos, hurgando en una zona común…
Irrepetible y mágico como todos los grandes, “Chica de ayer” que “Se dejaba llevar por ti” durante “Una décima de segundo” ❤️