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Ana, una novela frenética y adictiva

Ana, una novela frenética y adictiva

No me gustan las tramas judiciales. No me han gustado nunca. Puede que sea por mi bagaje científico que huyo de este tipo de novelas, así como de la novela histórica pero de vez en cuando cae alguna en mis manos. Y aún más de vez en cuando, como es este caso, la novela me fascina. Como os digo, soy un absoluto ignorante de todo lo relacionado con el Derecho. Nunca me ha interesado el tema (así me ha ido en alguna ocasión) y esta novela ha conseguido despertar en mí un interés insólito. El autor nos descubre de manera magistral cuál es el proceso hasta llegar a un juicio, cuáles son las opciones, cómo es necesario presentar las pruebas y los testigos en un momento u otro y sobre todo me ha sorprendido la manera en que tanto los abogados de la defensa como de la acusación son capaces de sembrar la duda ante cualquier indicio que a simple vista puede parecer irrefutable.

Y es que la novela de Roberto Santiago está llena de sorpresas. Un dato para nada habitual es que una novela de debut se venda al extranjero antes de salir al mercado en su país de origen, así como que se lance una primera edición de 30.000 ejemplares o que se firme su adaptación al cine antes de que el libro vea la luz. No obstante, hay cierta trampa en la premisa y es que su autor, Roberto Santiago, ya escribía libros infantiles, guiones de películas, dirigió el filme El penalti más largo el mundo (nominada al Goya al mejor guion) y firmó  la colección Los futbolísimos (Editorial SM), que se ha convertido en la saga de literatura infantil española más vendida en nuestro país en los últimos años, siendo traducida a varios idiomas.

"El autor consigue todo esto sin darnos lecciones y eso es de agradecer. En ningún momento de la narración te pierdes en tecnicismos, leyes ni digresiones que intenten poner de manifiesto que el autor se ha documentado bien."

Ana, la protagonista de la novela, es una abogada tan fuerte de carácter como débil con su adicción al alcohol, los tranquilizantes y el sexo. Nuestra protagonista se verá obligada a sumergirse en el mundo del juego y las partidas ilegales para aclarar un asesinato con implicaciones personales: su hermano Alejandro, con el que no habla desde hace cinco años, ha sido detenido por el asesinato del director del Casino Gran Castilla.

Consciente de lo que tiene entre manos, Santiago aclara: “He escrito obras de géneros y ambientes muy distintos a este, pero el personaje de Ana llevaba conmigo desde hace más de veinte años. Tengo anotaciones sobre ella que darían para diez novelas, necesitaba contar ya su historia”.

El autor consigue todo esto sin darnos lecciones y eso es de agradecer. En ningún momento de la narración te pierdes en tecnicismos, leyes ni digresiones que intenten poner de manifiesto que el autor se ha documentado bien. Ese es uno de los puntos fuertes del libro: que el autor sabe de lo que habla, pero no pretende “pontificar”. Mucha fluidez sin excesiva densidad, en definitiva: ritmo.

"La trama merece mención aparte. Esta historia obligó al autor a pasar cuatro años apostando para conocer de primera mano el escenario sobre el que se iba a desarrollar su historia."

Obviamente el peso de la novela se lo lleva Ana, una mujer poco frecuente. Descarada y sincera, que dice lo que piensa, que no tiene interés en agradar a nadie, que cree en el trabajo y que ha caído pero se ha levantado muchas veces. Una mujer a la que no es fácil tumbar, que sabe aguantar los golpes, por duros que sean, y levantarse y  levantarse y volver a levantarse. A Ana le gusta compararse con Rocky que aguanta asalto tras asalto, y a todos nosotros nos gustaría compararnos un poco con ella. Un personaje, bien construido, con el que empatizas desde el principio y que no te deja indiferente.

«Por dentro estaba destruida, pero a la luz del sol lucía razonablemente bien para ser una abogada arruinada de cuarenta y tres años, alcohólica, adicta a los tranquilizantes y cuyo único familiar vivo acaba de ser acusado de asesinato. Si no me hacían un análisis de sangre, o un test psicológico, podría dar el pego».

La trama merece mención aparte. Esta historia obligó al autor a pasar cuatro años apostando para conocer de primera mano el escenario sobre el que se iba a desarrollar su historia. De hecho, reconoce que por mucho que se venda la obra no será capaz de recuperar todo el dinero que invirtió en casas de apuestas. Nada de lo que relata, asegura, es inventado.

«—A ver si lo entiendo. Los llamados recreacionales pierden todos sin excepción. Y de los profesionales el noventa por ciento también pierde.

—Exacto.

—Entonces, ¿quién gana?

—La respuesta era evidente.

—El casino, las casas de apuestas, los bingos y las grandes compañías de juego online y, por supuesto, el Estado».

Con estas condiciones se podían haber escrito novelas muy diferentes, pero en Planeta solo necesitaron leer las 70 páginas iniciales de Ana para convencerse de que estaban ante una de sus grandes apuestas editoriales de la temporada. Igual pensaron los sellos de Francia, Italia, Polonia y República Checa que adquirieron los derechos de edición en cuanto cayó en sus manos el manuscrito.

Puedo afirmar que Ana es el mejor thriller legal publicado en este siglo XXI que he leído, superando incluso a los de John Grisham, aunque bien es verdad que los buenos libros de este autor son todos del siglo pasado.

"Una novela frenética y adictiva que no te dejará despegarte de sus páginas y que en cuanto la termines sentirás la adicción."

«Es una novela de ficción, pero todo lo que se publica sobre el juego es real y nunca se ha contado. Hay más de un millón de personas con ludopatía diagnosticada y no hay campañas de prevención. Los adolescentes ven partidos de fútbol mientras les bombardean continuamente con publicidad de casas de apuestas”.

Santiago conjuga entretenimiento, crónica judicial y acción en una novela que saca a relucir las debilidades humanas: «Todo adicto tiene un lobo interior. Puedes apaciguarlo, dormirlo, pero no se va nunca». Una novela frenética y adictiva que no te dejará despegarte de sus páginas y que en cuanto la termines sentirás la adicción. No al juego, sino a todo aquello que escriba Roberto Santiago.

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Autor: Roberto Santiago. TítuloAnaEditorial: Planeta. VentaAmazonFnac y Casa del libro

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